Muere Luis de Lezama, el sacerdote que se propuso dar una oportunidad a todos desde la Taberna del Alabardero

Muere Luis de Lezama, el sacerdote que se propuso dar una oportunidad a todos desde la Taberna del Alabardero

Luis de Lezama (Amurrio, Álava, 1936), sacerdote, periodista, hostelero y empresario, ha fallecido este sábado en Madrid. El religioso, conocido popularmente como el cura Lezama, siempre se caracterizó por su implicación social y por su empeño en intentar brindar una oportunidad a todas las personas. “Luis fue más que un líder visionario. Fue un guía espiritual, un creador de oportunidades y un constructor incansable de sueños a través de sus muchos proyectos”, ha recordado el presidente de la Fundación Iruaritz Lezama, Jon Urrutia Palacio.

Lezama recaló en Madrid en los años 50. A la capital llegó para estudiar Ingeniería, pero se acabó ordenando sacerdote tras ingresar en el Seminario Diocesano de Madrid. Ya en su primer destino, en una parroquia de Chinchón, mostró su predisposición por ayudar a los demás. En la localidad se hizo rápidamente conocido por brindar apoyo a los jóvenes que aspiraban convertirse en toreros. Al mismo tiempo, impulsó diferentes iniciativas para mejorar las condiciones de los trabajadores y facilitar una formación para los chavales con problemas de inserción.

El sacerdote, impulsor también de Radio Popular de Madrid y de COPE y enviado especial de la Agencia EFE a Israel para cubrir la Guerra de los Seis Días, trabajó con el padre Llanos. Le conoció en el barrio de Entrevías, cuando en los 70 se trasladó a la parroquia de San Carlos Borromeo. En aquellos años, ideó la Taberna del Alabardero, embrión del Grupo Lezama, un referente internacional en el ámbito de la economía social.

Lezama brindó a decenas de jóvenes con problemas de inserción una formación de calidad para proporcionarles un futuro

A través de la Taberna se propuso dar una oportunidad a jóvenes con problemas de inserción. Lezama les brindó una formación de calidad en el sector de la hostelería con el objetivo de proporcionarles un futuro. Al local de Madrid, junto al Palacio Real, años después, se sumaron otros en lugares tan dispares como Marbella o Washington. El Grupo Lezama cuenta hoy con 10 establecimientos y con una plantilla de más de 500 empleados.

“Su vida y dedicación han dejado una huella imborrable en cada uno de nosotros y en el camino que hoy recorremos juntos”, ha destacado Urrutia Palacio. “Sus valores, su fe y su empeño por mejorar la vida de tantos a través de nuestra labor siguen siendo el motor que nos impulsa a avanzar. Hoy, su partida nos deja un gran vacío, pero también el inmenso legado de su vida y su trabajo, que debemos honrar con esfuerzo y dedicación”, ha remarcado.

Lezama también fue el artífice de la Fundación Iruraritz Lezama, la institución de la que hoy depende el Grupo y el Colegio Santa María La Blanca, en el madrileño barrio de Montecarmelo. El centro escolar fue uno de los otros muchos proyectos educativos que el sacerdote impulsó a lo largo de los años, junto a la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla. Su última aventura es la creación de la Universidad de Ciencias de la Gastronomía y el Turismo, que ofrecerá estudios de grado, posgrado y formación permanente reconocidos por la Complutense.



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