Creen que la iniciativa de Junts para medir los apoyos parlamentarios de Sánchez es una "marcianada".
El optimismo que reinaba en Moncloa con la posibilidad de tener unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2025 se ha esfumado. El Gobierno se ha resignado y ahora asume que Junts puede descolgarse de la mayoría necesaria para tramitar el proyecto presupuestario, lo que dejaría a la legislatura tambaleándose tras dos años con las cuentas prorrogadas. Han decidido plantarse en el último de los órdagos y envites de Junts, que pide que el presidente del Gobierno se someta a una cuestión de confianza en el Congreso o, al menos, a un posicionamiento político que, en todo caso, podría poner en tela de juicio la mayoría parlamentaria de Sánchez. Fuentes gubernamentales reconocen que esto les pondría en una situación poco conveniente y "paradójica", por lo que asumen el riesgo que entraña dar un 'no' a tramitar la iniciativa a sus socios más volátiles.
Junts ya avanzó que estos riesgos "no gustarán al PSOE", pero llevarán a término su amenaza al entender que si no permiten que se tramite su proposición no de ley (PNL) para pedirle a Sánchez una moción de confianza significa "que no se ven capaces de restablecer la confianza", por lo que tendrían que tomar decisiones al respecto. Y aunque el Gobierno es consciente de que esto puede ser el motivo final —aunque no el único— que les lleve a quedarse sin cuentas públicas, trata de minimizar el órdago y, de hecho, rechaza elevarlo a la categoría de "amenaza".
"Todos tenemos que sobrevivir", argumentan fuentes de Moncloa, que creen que Junts tenía que llegar hasta el final con su planteamiento para poder ser "creíble". De hecho, lo circunscriben en el "lógico juego de presiones" para hacer valer sus escaños y dar cancha a sus compromisos. Todo ello lo respaldan con el hecho de que los grupos tienen instrumentos "más fuertes" para hacer caer al Gobierno, si es que esta fuese la intención real de Junts. Es el caso de la moción de censura, un debate que precisamente está avivando el PP después de que Vox se haya abierto a unir sus votos a los de Junts a fin de echar a Pedro Sánchez del Gobierno. Si bien, los de Carles Puigdemont califican esta posibilidad de "broma macabra". Al menos, de momento.
Fuentes del Gobierno achacan los últimos aspavientos de Junts a la frustración de que Puigdemont no pudiese beneficiarse de la ley de amnistía que el PSOE logró sacar adelante en el Congreso de los Diputados, lo que sucedió a finales de mayo de 2024. Sin embargo, rechazan hacerse cargo de este enfado dando vía libre a una cuestión de confianza que, reconocen, les haría daño. "Es una marcianada", concluyen desde Moncloa, donde también apuntan a que hay más grupos con los que jugar partidas más allá de Presupuestos, es decir, con otras cuestiones que también tienen que pasar el trámite parlamentario. "Hay que sentarse y hablar mucho para avanzar y hay veces en las que no se avanza", se resignan.
En todo caso, les resulta incomprensible que Junts mantenga su intención de someter a Sánchez a la confianza de la Cámara. "¿Para qué y por qué?", son preguntas que circulan por los argumentarios de Moncloa, donde tienen claro que ninguna de las respuestas animaría a Sánchez a someterse, una vez más, a los ajustadísimos números de su mayoría parlamentaria en el Congreso.
Lo cierto es que este ha sido el enésimo órdago de Junts al Gobierno, que en los últimos tiempos ha escenificado todo tipo de choques a través de acercamientos al PP, advertencias sobre las consecuencias de no cumplir con los acuerdos o ademanes de tumbar varias iniciativas. Todo ello pese al "juego limpio" que Moncloa dice que existe por su parte, en alusión a los compromisos que afirman que cumplen y cumplirán. "No tiene sentido", lamentan desde el Ejecutivo.
Con todo, no escatiman en intentar hacer -otra vez- de la necesidad virtud alegando que esto demuestra que el Gobierno no se ha "vendido" a los independentistas, lo que no sería "compatible" con que Junts amenace y lleve a término sus amenazas. En todo caso, si finalmente los posconvergentes no apoyan los Presupuestos, Moncloa ya trabaja en el relato para normalizar la prórroga, alegando que el PP también tendrá que hacerlo en algunas comunidades tras la ruptura con Vox, por lo que no se plantea un adelanto electoral.
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