Este impresionante sendero tiene su origen y su final en un precioso hotel con aguas termales ideal para relajarse en invierno después de haber completado la subida a uno de los picos más grandes de los Pirineos.
¿Quién no ha anhelado alguna vez con relajarse durante unos días en un increíble entorno y disfrutar de la tranquilidad y de aguas termales? Uno de los mejores de toda España para poder hacerlo es el balneario de Panticosa, ubicado en el municipio homónimo, en la provincia de Huesca, y que se encuentra en plenos Pirineos. Pero su ubicación, además de convertirle en un verdadero remanso de paz, también da a los huéspedes una magnífica oportunidad de adentrarse en la naturaleza más salvaje.
Enclavado en el espectacular Valle de Tena, casi en la frontera entre España y Francia, este balneario situado a más de 1.600 metros de altitud (y cuyas termas ya se conocían en la época romana) está completamente rodeado de imponentes picos y cerros que conforman el paraje tan inhóspito y extraordinario del Pirineo de Huesca. Una de esas cumbres, la del Garmo Negro, es de las más altas de todo el entorno, y se puede ascender a ella a través de una increíble ruta no apta para todos.
Del balneario de Panticosa al pico del Garmo Negro
Desde el propio balneario de Panticosa comienza una ascensión de más de un kilómetro y medio de desnivel hasta llegar a la cima del Garmo Negro, a unos 3.000 metros de altitud. Esta ruta de 12 kilómetros se tarda en completar más de seis horas entre ida y vuelta, y no es apropiada para todo tipo de alpinistas, ya que su dificultad es moderada y se debe tener cierta experiencia para poder disfrutarla al máximo y completar el trayecto sin ningún tipo de contratiempo.
El primer punto de interés de la ruta está a poca distancia del balneario: se trata de la Fuente de la Laguna, protegida por un magnífico edificio. Tras ello, la senda (que está señalada perfectamente durante todo el recorrido), serpentea por enclaves montañosos y ríos, todo ello mientras se obtienen unas vistas panorámicas de otros picos del Pirineo oscense, como la Peña Xuans. Eso sí, según se va ganando altitud, el paisaje se va volviendo cada vez más inhóspito.
Atravesando la ladera del vecino pico del Collado de Argualas se llega a la cima del Garmo Negro, desde la que se pueden vislumbrar todas las maravillas que hay en el entorno, como el Ibon de Pondiellos. Además, en el trayecto de vuelta hacia el balneario de Panticosa se llegarán a otras cimas como la del Pico Algas. Tras seis horas llegaremos de nuevo al punto de partida tras una ruta inolvidable de alpinismo en los Pirineos.
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