Feijóo es conocido a la interna por su habilidad para apurar los plazos en sus decisiones orgánicas. Pero si hay una renovación que se le puede atragantar a Génova es la de la Comunidad Valenciana. La dirección nacional sigue sin tener claro cuál será el futuro político de Carlos Mazón. El congreso para ratificarle o derrocarle al frente del PPCV debería celebrarse el próximo mes de junio, cuando se cumplen cuatro años de su designación bajo el mandato de Pablo Casado. Pero, por ahora, en la cúpula popular enfrían la posibilidad de convocar el cónclave en tiempo y forma por las dudas sobre su continuidad al frente de la Generalitat.
El aplazamiento del congreso valenciano no sería un problema para Génova. De hecho, la previsión es que no sea el único. Fuentes de la dirección también ponen en cuarentena otras renovaciones pendientes, como el enquistado congreso del PP catalán o el de Nuevas Generaciones, con el liderazgo de Beatriz Fanjul caduco desde hace casi un año. A finales de 2025, y siguiendo de forma estricta el calendario, también tocaría celebrar congresos en Andalucía y Castilla-La Mancha. "No hay fecha prevista para ninguno", suscriben.
Con esta maniobra, el PP lograría colar el posible retraso del congreso de Carlos Mazón dentro de una dinámica orgánica general y alejar las señales de inestabilidad interna por el cisma abierto en la Comunidad Valenciana. No se aplazaría un único congreso, poniendo el foco en él, sino un paquete de varios. Es una solución que gusta también en el entorno de Mazón, porque permite defender que la pasividad orgánica no es exclusiva de la organización valenciana.
En el partido insisten en que el motivo de no abrir, de momento, el melón de los congresos responde a la "falta de urgencia" en unas organizaciones "cohesionadas", sobre todo ante un "tenso" e "inestable" contexto nacional en el que "puede haber elecciones en cualquier momento", sobre todo tras la crisis entre Junts y Sánchez que ciega la posibilidad de salvar los Presupuestos.
Génova no quiere desviar el foco "de lo importante", y que un hipotético cambio de Gobierno le pille con una crisis abierta. Distintos dirigentes del PP consultados por El Confidencial rebajan también las opciones de celebrar un congreso de la Comunidad Valenciana con solo unos meses de margen. Por varios motivos. Feijóo ha ligado la continuidad de Mazón al "éxito" de la reconstrucción tras la DANA y se dio hasta mayo para testar la evolución de las encuestas y comenzar a proyectar el debate interno. Pero una decisión prematura, advierten en el partido, puede "levantar ampollas" y lastrar el propio liderazgo de Feijóo.
Sobre el presidente de la Generalitat sigue pesando un fuerte desgaste político y social, y cargos del partido a todos los niveles siguen teniendo serias dudas sobre la posibilidad de que pueda restaurar su credibilidad como para recibir el aval del partido en tan poco tiempo. "Su futuro es un libro en blanco", inciden estas fuentes. Hace unas semanas, Feijóo se trasladó a Valencia dos días, pero evitó dejarse ver con el presidente de la Comunidad Valenciana en los pueblos afectados por las inundaciones, que visitó de forma privada y sin medios de comunicación.
Sí hubo foto y gestualidad al día siguiente, con toda la plana mayor del partido a nivel regional reunida en un hotel de la ciudad de Valencia. Allí, Feijóo lanzó elogios al barón alicantino y se transmitió una percepción de cierre de filas de la que los populares tampoco pueden prescindir. La disyuntiva del dirigente gallego conservador es que, al tiempo que pospone la decisión sobre una posible reválida de Mazón en 2027, no puede dejarlo caer o abandonarlo a su suerte. Está en juego la salud del partido en un territorio clave para los intereses electorales a nivel nacional y el poder sobre la cuarta economía del país en PIB anual.
El otro condicionante que incentiva el posible aplazamiento del congreso son las dudas respecto a un eventual recambio —todas las miradas se posan en la alcaldesa de Valencia, María José Catalá—, y la falta de garantías de que un Vox al alza en las encuestas apoyase a la sustituta en las Cortes Valencianas. "A Abascal le interesa ir a elecciones", advierten. Y el momento no es propicio para los intereses autonómicos del PP. Fuentes del partido en la Comunidad Valenciana admiten un "empate técnico" entre bloques, con el PSPV-PSOE y Compromís a la izquierda, por un lado, y con Vox, aprovechando el desgaste de los populares por la derecha.
Mazón se agarra a Sánchez
En este sentido, los tiempos juegan a favor del deseo de Mazón de ganar margen para intentar recuperar respaldo electoral y dejar atrás la polémica de la gestión de la DANA. Faltan todavía cuatro meses para el ecuador de la legislatura y 2027 es un horizonte todavía lejano. Los ciclos políticos son ahora más cortos que las legislaturas formales. Sobre esa base, el barón alicantino tiene a su equipo volcado en tratar de dar la vuelta a la imagen de una actuación negligente la misma tarde de la catástrofe, con la larga y controvertida comida en El Ventorro con la comunicadora Maribel Vilaplana mientras saltaban todas las alarmas en el Centro de Coordinación de Emergencias.
Mazón ha diseñado una estrategia basada en hacer responsable al Gobierno de Pedro Sánchez de todos los fallos antes, durante y después de la emergencia. Su núcleo duro fabrica argumentarios dirigidos a denunciar fallos en los organismos estatales y un supuesto abandono del Ejecutivo central a los valencianos, en los primeros compases de la tragedia y ahora, también, en los meses posteriores. Los ministros desfilan todas las semanas por Valencia para defender la gestión de las ayudas públicas y tratar de desactivar el relato de los populares. El último encontronazo ha sido a propósito de la tramitación en Bruselas del Fondo de Solidaridad de la Unión Europea.
¿Conseguirá Mazón su objetivo? "Ha pasado lo peor. Estamos en otra pantalla", señalan fuentes populares valencianas. En Génova, no obstante, prefieren el silencio. Wait and see, que dicen los anglosajones.
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