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Villarroya, una joya escondida en La Rioja, atrae miradas por su diminuto censo y su extraordinaria riqueza histórica. Este pequeño municipio, habitado por solo cuatro personas, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), guarda en su territorio un yacimiento paleontológico de gran relevancia que lo convierte en un destino único para los amantes de la historia y la naturaleza.
Ubicado en la falda sur del monte Gatún, a 925 metros de altitud, Villarroya conserva vestigios que cuentan miles de años de historia. Su yacimiento fósil, estudiado desde 1926, ha revelado restos de micromamíferos del Plioceno inferior, una era que transporta a los visitantes a un tiempo en el que la vida florecía de manera diferente. Algunos de estos hallazgos se exhiben en prestigiosos museos como el Geominero de Madrid y el Martorell de Barcelona.
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Marina Velasco
La historia del pueblo no termina en el Plioceno. Durante el siglo XVI, Villarroya destacó por sus derechos de pastoreo otorgados por Carlos I. Más tarde, en los siglos XIX y XX, vivió un auge gracias a la explotación de minas de carbón, actividad que cesó en la década de 1960. Tras esos años de apogeo, el éxodo rural dejó a Villarroya con apenas un puñado de habitantes, pero su esencia permanece intacta.
¿Qué visitar en Villarroya?
Además de su patrimonio paleontológico, este municipio es un enclave perfecto para quienes buscan tranquilidad y contacto con la naturaleza. Sus alrededores cuentan con suelos empedrados con la forma de la rosa de los vientos y ofrecen una vista privilegiada desde el campanario. También se han recuperado infraestructuras históricas como el Horno Comunal, el Lavadero y las Neveras de Gatún, reflejo del compromiso por preservar el valor etnográfico de la zona. Otro de los puntos de interés es la iglesia parroquial de San Juan Bautista, que data del siglo XII y que ha sido restaurada por la Asociación Amigos de Villarroya
@vivetupueblo 🏘 El viajero comienza la semana conociendo #Villarroya, en #LaRioja 🚙 🚩 Villarroya pertenece a la comarca de Arnedo, siendo el caserío más pequeño de La Rioja con 3 habitantes censados, aunque su alcalde señala que en realidad son 7 👥 📜 Esta localidad fue fundada por pastores arnedanos en la Baja Edad Media 👨🏻🌾 💦 El descubrimiento de un pozo de agua potable en los años 70 ofreció la posibilidad de seguir manteniendo el pueblo a la decena de vecinos que todavía vivían en él 🚰 👪 La Asociación de Amigos de Villarroya, fundada en el año 1985 por un grupo de vecinos, realiza, con sus 300 socios, una labor imprescindible para el mantenimiento del caserío 🏗️ 📍 Descubre todos sus secretos en #ViveTuPueblo 📲 🗺 Este lugar, y sus gentes, te sorprenderán... 🫂 ▶ Reportaje: https://youtu.be/3gmIHXCUHEU 🔗 Más información en: https://vivetupueblo.es/la-rioja/gallinero-de-cameros/ 🗣 Entrevista: https://youtu.be/L2WF9DLbTAk 🏢 Colabora: Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico @MITECO ♬ sonido original - Vive tu pueblo 🏘
El entorno natural de Villarroya ofrece rutas de senderismo ideales para descubrir la riqueza paisajística de la Reserva de la Biosfera de La Rioja. Caminos como la Ruta de las Minas, la Ruta de las Neveras o la Ruta del Carrascal permiten explorar este pequeño paraíso, conocido también por su riqueza micológica, con variedades como el hongo negro y la Amanita de los Césares.
Aunque pequeño en habitantes, Villarroya no carece de actividad cultural. Sus festividades en honor a San Juan Bautista, San Juan de Gracias y Santa Bárbara, junto con eventos como las Jornadas Micológicas, aportan vida y color a este rincón riojano que parece detenido en el tiempo. Por la noche, la escasa contaminación lumínica permite disfrutar de cielos estrellados, haciendo de este lugar un punto perfecto para la observación astronómica. De ahí, que la localidad riojana haya sido declarada Reserva Starlight.
En sus fósiles se encuentran las claves de eras remotas, mientras que su arquitectura y tradiciones hablan de siglos de esfuerzo por mantener su esencia. Su combinación de patrimonio, naturaleza y cultura lo convierten en un rincón especial donde la modernidad no ha borrado las huellas del tiempo. Este pequeño enclave riojano es un refugio para los curiosos, los amantes de la tranquilidad y quienes buscan un lugar auténtico que invita a detenerse, respirar y dejarse cautivar por su singularidad. Villarroya es la mejor oportunidad para viajar al pasado mientras se disfruta del presente.
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