En solo siete días transcurridos del año, dos personas han fallecido en la Comunidad Valenciana en las vías de un tren. La primera de ellas es un hombre que el pasado domingo se encontraba en un tramo no autorizado de la vía en Alfafar, en la provincia de Valencia. La segunda, una mujer que hablaba por teléfono mientras caminaba por una zona donde tampoco estaba autorizado el paso, en el alicantino barrio de San Gabriel. Los vecinos de ambos municipios exigen desde hace más de veinte años una alternativa para las vías que pasan por núcleos de población. Una problemática que ha instaurado miedo y malestar en los barrios por donde pasan los convoyes: "Cada vez que oyes el brusco sonido que hace el tren al llegar lo pasas mal. Piensas en dónde estarán tus hijos en ese momento", incide Encarna Alcaide, vicepresidenta de la Plataforma Soterrem y vecina de Alfafar.
Alcaide es una veterana en los requerimientos para el soterramiento del tramo de vía que pasa por las localidades de Alfafar, Benetússer y Sedaví, tres localidades asoladas por la DANA del pasado 29 de octubre. Desde 1986 y bajo diferentes grupos vecinales, ha encabezado las peticiones: "Es una infraestructura arcaica que tienen que eliminar", exclama Alcaide sobre el kilómetro y medio de vías que parte por la mitad los tres municipios.
El tramo en el que falleció el hombre el pasado domingo está resguardado por unas vallas provisionales que colocó Adif tras la DANA. Antes, había un muro de hormigón que protegía la vía y dificultaba el paso de personas, pero acabó destrozado por la presión que ejerció el agua. "La DANA, por desgracia, nos ha dado la razón de que el soterramiento es la única solución", comenta Alcaide. También en el tramo de 1,5 kilómetros que pasa por estos núcleos urbanos hay un paso a nivel, donde principalmente reside la peligrosidad, según relatan los vecinos.
Muchos ciudadanos de estos municipios cruzan a diario el paso a nivel para ir al médico, comprar o encontrarse con allegados. "Yo tengo mis servicios básicos como son el centro de salud, el mercado o la parada de autobús al otro lado de las vías", recalca la vecina y continúa: "Cruzar el paso a nivel es la rutina de mucha gente, y a veces, la barrera está bajada hasta 9 minutos, ¿hay algún semáforo que dure eso?". En los casi cuarenta años que Encarna lleva al frente de las protestas, calcula que unas 78 personas han perdido la vida en este tramo de la vía. Aunque hay casos de suicidios, también hay despistes y excesos de confianza al tratarse de movimientos rutinarios. "Te confías o vas con prisa. ¿Quién, cuando camina, no se ha saltado un semáforo en rojo alguna vez?", se pregunta Alcaide.
Además de la peligrosidad, los ciudadanos reconocen los problemas de ruido derivados del paso de unos 260 trenes cada día. Los vecinos presentaron una denuncia a Adif por contaminación acústica en junio de 2023. La solución propuesta por la empresa pública diez meses después fue la de un paso ciclo peatonal subterráneo. Es decir, un túnel. Una opción que los vecinos también descartan porque crea inseguridad a altas horas de la noche para quien lo transita y no evita los problemas acústicos ni las muertes, ya que muchas, comentan, "no se producen en el paso a nivel, como fue la del pasado domingo". La organización, que ya se ha reunido con la Subdelegación del Gobierno en Valencia, pide ahora una reunión con Pilar Bernabé, la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, y con el ministro Óscar Puente, para atajar un problema que afecta a unas 60.000 personas en esta zona. Fuentes de la alcaldía de Alfafar coinciden con los vecinos en que la solución pasa por el soterramiento e inciden en que es una problemática trasladada al Ministerio en varias ocasiones.
En Alicante, las negociaciones para acabar con las vías en la costa, donde se ubica el barrio de San Gabriel, están mejor encauzadas desde el pasado mes de julio. Aunque es una zona restringida por la que no está permitido cruzar ni caminar, muchos ciudadanos acuden a diario para pescar. El fuerte sonido del mar dificulta escuchar la llegada del tren y como consecuencia, diez personas han fallecido en los últimos veinte años sobre la vía de San Gabriel. La última, una mujer que este lunes acudía con su pareja a pescar y que, según recoge EFE a través de testimonios presenciales, caminaba despistada cuando por la fuerza de la onda de presión de un tren con origen Valencia y destino Cartagena, cayó y se golpeó la cabeza con una piedra.
Tras años de protestas y negociaciones entre los vecinos, el Ayuntamiento de Alicante y el Ministerio de Transportes, el plan de electrificación que tenía el Gobierno central en San Gabriel quedó descartado este verano y hace menos de un mes, el Ministerio consolidó la variante de Torrellano, una opción que los vecinos clamaban desde hace años. Es decir, que las líneas que unen la Comunidad Valenciana con la Región de Murcia no pasen por la costa. Una solución que ya se puso sobre la mesa hace 21 años, pero que quedó guardada en el fondo de un cajón. En 2019, el movimiento vecinal se reactivó, ante la peligrosidad de ese tramo, y seis años después el Gobierno ya trabaja en la elaboración de estudios y planes para sacar las vías del barrio.
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