Convertirse en el primer colegio de España en apostar por la sostenibilidad energética con financiación privada. Ese es el propósito que se ha marcado el Colegio Centro Cultural Palomeras, en Vallecas, a través del proyecto europeo Aurora, auspiciado por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Su idea es instalar paneles fotovoltaicos y aerotermia para contribuir a la transición energética, para lo que necesitan 150.000 euros que no serán aportados por ningún banco, sino por particulares que quieran apoyar la iniciativa. Poco a poco, de lo ahorrado en las facturas, irán devolviendo la inversión con un interés del 1,5% a lo largo de 15 años.
El presidente de la cooperativa a través de la que se gestiona el centro de gestión concertada, Chechu Rincón, se muestra ilusionado con este proyecto. "Hace un año la UPM nos contactó y la idea que nos trasladó nos pareció muy interesante. Este será nuestro granito de arena para intentar reducir el calentamiento global", defiende. Además, demostrarán que es posible llevar a cabo intervenciones de gran envergadura para "dejar de depender de los grandes monopolios energéticos y a espaldas de los bancos, que siempre buscan un retorno de intereses muy elevados".
De esta forma, además de producir la energía que el propio colegio consumirá, tendrán la posibilidad de "estar fresquitos en verano y calentitos en invierno gracias al sistema de aerotermia", relata Rincón. Tras un largo camino de burocracia y papeleo, desde el Colegio Centro Cultural Palomeras ven que su propuesta pueden hacerse realidad: "Sobre todo por la financiación al margen de las entidades bancarias, porque para nosotros era inasequible conseguir esos 150.000 euros por nuestra cuenta".
Es un colegio pequeño, en el barrio vallecano de Palomeras, fundado en 1969. Tan solo cuentan con una línea, es decir, una clase de alumnos desde primero de Infantil, con 3 años, hasta cuarto de Secundaria, con 16. "Tenemos miedo de no conseguir el dinero suficiente, pero de verdad creemos que se trata de un proyecto en el que todo el mundo gana. Nosotros como colegio y nuestros hijos e hijas todavía más, pero también el ciudadano que, al invertir, se le devolverá la cantidad a lo largo de 15 años con un pequeño interés", subraya Rincón.
Ahora, han depositado toda su ilusión en la confianza de la gente, que puede participar a partir de los 100 euros. En este sentido, los estudiantes de la UPM podrán formar parte del proyecto a partir de los 20 euros. "La filosofía no es sacar beneficios de la inversión, pero sí retornarán ciertas ganancias al 1,5%", esclarece.
Primer objetivo: concienciar a la sociedad
Ana Belén Cristóbal, investigadora y profesora en el Instituto de Energía Solar de la UPM, es una de las personas que mejor conocen el plan. "Lo financia la Unión Europea y tiene como objetivo materializar todos esos discursos que vemos tantas veces repetidos sobre que hay que hacer algo ya para actuar contra el cambio climático". Y de las palabras a los hechos: "Creemos que la mejor manera de educar es que los niños vivan esas experiencias, así que el colegio es un lugar ideal para ello".
"Dentro de Aurora desarrollamos un algoritmo, una medida para saber la huella energética de cada persona, al igual que sucede ya con los electrodomésticos o los coches. También hemos hecho muchos talleres abiertos por los que han pasado decenas de personas que han tomado conciencia desde su propia experiencia", explica la docente universitaria sobre la necesidad de explicar el impacto en el medio ambiente.
Más allá de la rentabilidad
En la COP29, celebrada en Bakú en el mes de noviembre, se abordó el asunto de la financiación en torno a la transición energética. "Defienden que deben ser los Estados, las entidades bancarias y las empresas quienes deben financiarla, pero yo no conozco a ninguna compañía que entre sus misiones esté dejar su dinero de forma gratuita", reflexiona Cristóbal. Por eso, con Aurora pretenden cambiar el esquema: "¿Y si le decimos a la gente que puede poner dinero para que otros ciudadanos se lucren con él en acciones justas y necesarias? No hace falta que esperemos a que los de arriba avalen nuestros proyectos solo si ven una alta rentabilidad en ellos", añade la profesora del Instituto de Energía Solar.
Todo es un ciclo. Si consiguen llegar a los 150.000 euros, Cristóbal cifra en 120.000 euros lo que el colegio se habrá ahorrado en 25 años, una vez devueltos los préstamos e intereses. "Con ese dinero podrán afrontar el cambio de ventanas, por ejemplo, algo imposible si fuera a través de las cuotas que pagan los padres en este colegio concertado", continúa la experta.
En manos de la ciudadanía
Aurora Blanco es la coordinadora de Comunidad en Ecooo, la entidad que se ha encargado de la planificación económica del proyecto. "La idea es movilizar a la ciudadanía para que sea parte activa en la transición energética, sobre todo en un lugar como Vallecas, con gran tradición de movilización y trabajo conjunto", resume.
Desde Ecooo, con dos décadas de historia, se encargan de dar herramientas a la ciudadanía para luchar contra el cambio climático a través del sector energético. "Estamos ante un proyecto muy bonito, de esos que te llenan de vida. Además, permite inculcar otros valores a los más pequeños a través de la economía colaborativa, dejando a un lado los cauces de financiación habituales", opina.
Cristóbal, por su parte, sí reclama que la Administración pública apoye y promocione más proyectos como este. "La idea puede sonar muy bonita, pero lleva mucho trabajo detrás. Debería haber técnicos a disposición de la ciudadanía que orienten a aquellos interesados en reproducir este sistema de financiación, pero también de lucha contra el cambio climático", defiende la profesora de la UPM.
Si todo sale bien, Aurora se convertirá en un nuevo marcador a nivel europeo. "Ya hemos aparecido en el portal de las Naciones Unidas como un ejemplo de lo que ellos llaman ciencia ciudadana contra el cambio climático. Ojalá se replique en muchos otros lugares", concluye.
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