Conocida como la ciudad de los cien campanarios, la capital normanda es un fiel reflejo de la historia gala desde la época romana a la actual. Sus paisajes y monumentos inspiraron a numerosos pintores impresionistas.
Francia siempre está de moda. Y no solo París. Por su cercanía con España, es un lujo poder escaparnos a algunas de sus ciudades y recorrer sus pueblos, cada uno de ellos con algo especial que ofrecer. Y mucho mejor si optamos por un destino más allá de los de siempre, como Rouen, donde te esperan imponentes monumentos, elegantes cafés y fachadas muy especiales con entramado de madera que convierten a esta antigua ciudad de Normandía en un destino de postal. Seguro que ya la has visto en los cuadros del pintor Claude Monet, quien inmortalizó sus paisajes y su catedral 30 veces, pero ahora te animamos a que la disfrutes en persona.
Recorriendo los callejones de la antigua Rouen
Este destino del norte de Francia, bañado por el río Sena, cuenta con más de 2.000 casas con fachadas de entramado de madera, de las cuales 200 se mantienen en pie desde la Edad Media. Una de las más populares se encuentra en la esquina de las calles Damiette y Martainville. Del siglo XVII, fue durante mucho tiempo la vivienda de uno de los principales zapateros de la ciudad. Hoy destaca sobre las demás por estar algo inclinada, lo que la hace ser la más fotografiada. En el recorrido quedarás también fascinado con los palacios renacentistas y el patrimonio religioso.
La Catedral de Rouen, uno de los tesoros de Normandía
Empezamos visitando su Catedral, una de las más importantes de Francia. Situada en el corazón de la ciudad y construida en distintas fases entre los siglos XIII y XV, esta joya gótica que inspiró a Monet destaca por su maravillosa fachada repleta de detalles arquitectónicos. Uno de los elementos que más llama la atención es su flecha de hierro que se eleva a más de 150 metros y que, por cierto, se incendió este último verano, aunque sin consecuencias importantes.
En la Catedral no solo se encuentran las tumbas de los duques de Normandía, en el templo está enterrado el corazón del Rey Ricardo I de Inglaterra, más conocido como Ricardo Corazón de León. Es una de las pocas catedrales de Francia que conserva un palacio arzobispal y edificios anexos que datan de la Edad Media.
La plaza donde murió Juana de Arco
En la Plaza del Viejo Mercado, el lugar donde fue quemada viva Juana de Arco (1431), se encuentran varias casas medievales que no debes pasar por alto, así como numerosos bares y restaurantes. También es donde se encuentra “la posada más antigua de Francia”, inaugurada en 1345.
El gran reloj
Muy cerca se encuentra el Gros Horloge. Este reloj astronómico del Renacimiento, que está situado sobre un arco y adosado a los campanarios, es uno de los lugares más emblemáticos de Rouen. Con sus ornamentos dorados merece la pena pararse a admirar cada uno de sus detalles. Estás al lado de una de las calles más animadas de Rouen, llena de tiendas y bonitos edificios arquitectónicos.
Dos joyas góticas que no debes perderte
Una de ellas es la iglesia de Saint-Maclou, declarada Monumento Histórico, está considerada como una de las joyas del arte gótico. Del edificio destaca un portal de cinco puertas realizado en madera tallada, así como la fachada en su conjunto que resulta impactante.
El otro tesoro arquitectónico que debes incluir en tu lista de visitas es la Abadía de Saint-Ouen, que entre los siglos XIV y XVI fue uno de los monasterios benedictinos más poderosos de Normandía. Su enorme tamaño hace que puede ser confundida con la catedral. Tenemos que destacar su fachada gótica y las 80 vidrieras que confieren a este complejo religioso de una fisonomía muy especial.
Los paisajes de Normandía
Además de monumentos y tesoros arquitectónicos, este viaje también te ofrecerá la oportunidad de disfrutar de unos entornos únicos. Y la mejor manera es a bordo de un crucero por el Sena, río que pasa por esta ciudad. Durante el trayecto tendrás ante ti los maravillosos lugares que inspiraron a Monet y a otros pintores impresionistas.
Y no puedes abandonar Rouen sin haber disfrutado de algunos de los típicos productos normandos como la sidra, el queso y las vieiras. Y para paladares golosos: las populares Lágrimas de Juana de Arco de chocolate o el Biscuit sablé, que son algunas de las dulces delicias de la zona .
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