A principios de verano, cuando comienza la época de reproducción de los atunes y estos se reúnen en ciertos puntos del Mediterráneo, los operarios de flotas pesqueras aprovechan y capturan los peces vivos con artes de cerco para trasladarlos en jaulas flotantes hasta granjas de cultivo, donde se engordan. Allí, los atunes se alimentan una vez al día hasta la saciedad. El alimento, que son otros peces como caballa, sardina, alacha o jurel, se suministra a los animales a través de un tubo que llega desde un barco hasta el centro de la jaula. Es una técnica habitual en el Mediterráneo, pero inexistente hasta ahora en el Cantábrico. En el País Vasco, donde no hay ninguna granja de este tipo por las adversas condiciones del mar, dos entidades tienen entre manos un pionero proyecto piloto para crear la primera granja marina de engorde de atún rojo en el Golfo de Vizcaya.
Hasta este momento, la pesca convencional del atún rojo en el mar Cantábrico es muy reducida. De hecho, el País Vasco cede parte de sus mil toneladas de cuota de pesca a otras comunidades. Entre los motivos están el pequeño tamaño que tienen los ejemplares capturados y las condiciones meteorológicas de este mar, que complican las técnicas de pesca de unos ejemplares que pueden llegar a pesar 600 kilos y medir 2 metros de longitud. Para revertir esta situación y fomentar la recuperación de la pesca de atún rojo en la región, la central científica y tecnológica Azti junto a la empresa catalana Bafelgó llevan a cabo un proyecto piloto de granjas de atunes.
Este plan, que nace de la cooperación, se traduce en dos jaulas sumergibles que se localizan a más de tres millas del puerto de Getaria (Guipúzcoa). Ahora y hasta el próximo verano, este proyecto está en fase de pruebas sin ninguna especie para medir la flotabilidad, la capacidad de inmersión y la resistencia de estas piscinas en un mar bravo como es el Cantábrico. A partir del período estival, un número limitado de ejemplares se engordarán como parte de la prueba piloto. El presupuesto asciende a los dos millones de euros.
La idea es que los atunes se pesquen vivos en los meses de junio y julio en colaboración con la flota local. La captura se producirá a través de artes de cerco y los animales se trasladarán hasta las granjas. La alimentación se producirá cinco o seis días a la semana, exclusivamente con pescado azul, y sin que se les administre compuestos procedentes de harinas o aceite de pescado, ni ningún tipo de aditivos ni medicamentos.
Los atunes vivirán unos meses en estas zonas acotadas mientras engordan. En octubre, cuando se estima que la calidad pueda ser óptima, se sacrificarán de forma individualizada. Es la manera de garantizar el bienestar del animal y evitar el sufrimiento porque este hace que la calidad de la carne baje al aparecer un ácido en los músculos que perjudica "al color, la textura y la durabilidad del producto". Lo que, según recoge el Ministerio de Agricultura en un informe, "hace que el precio de venta disminuya enormemente o incluso que no sea aceptado por el mercado japonés". Los resultados finales se evaluarán por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico.
"Los atunes vivirán unos meses en estas zonas acotadas. En octubre se sacrificarán"
En caso de que los ensayos superen las dificultades y se compruebe la viabilidad económica, se instalarán hasta seis jaulas más en los siguientes años, que supondrán una inversión adicional de entre cuatro y cinco millones de euros. En esta segunda fase, cada jaula tendrá capacidad para albergar 150 toneladas de atún.
"Creemos que es un proyecto necesario y se adecuará a las condiciones del Cantábrico", cuentan fuentes de la Federación de Cofradías de Pescadores de Guipúzcoa. Quienes tratan de capturar ejemplares de este pescado en la región no tienen tanto éxito como en el Mediterráneo: "El atún rojo que se puede pescar viene dañado y además es pequeño, lo que hace que su precio sea menor que el que se pesca en las granjas", recogen los pescadores y puntualizan: "Con este proyecto se plantea una posibilidad de sacar mayor rendimiento a la pesca de atún".
El atún engordado es un "valor añadido" frente al normal, recalcan desde la Federación. En la pesca convencional, cuando se captura el animal tiene que venderse inmediatamente. Esta rapidez hace imposible que el atún coja el peso de las granjas. En la organización tienen esperanza en este proyecto y se muestran optimistas ante la cooperación de estas dos empresas. Balfelgó es una firma especializada en atún rojo y tiene también unas granjas similares en L'Ametlla de Mar (Tarragona) desde 2004. El reto será adecuar estas piscinas a las características del Cantábrico.
Las jaulas tendrán un diámetro de 50 metros y estarán diseñadas para soportar las condiciones del mar y el fuerte oleaje. Además, en caso de que haya un temporal, las piscinas se podrán sumergir hasta 18 metros para proteger a las especies y a la propia instalación. Asimismo, durante el desarrollo del proyecto se realizará un monitoreo con sensores y cámaras para medir la calidad del agua y la actividad biológica alrededor de las jaulas.
Con este nuevo proyecto se consolida aún más la industria del atún rojo en España. Japón es el principal comprador y según datos del Ministerio de Agricultura, el 96% de la producción española se exporta al país nipón. Ahora, el sector español afronta un nuevo desafío: poner jaulas en un mar bravo.
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