El PSOE rematará en las próximas semanas la elección de los nuevos liderazgos territoriales que en las elecciones autonómicas y municipales de 2027 pujarán por restaurar su mermado poder institucional. Con la confirmación oficial de las aspiraciones de la portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Pilar Alegría, que hace unos días anunció su candidatura para dirigir el partido en Aragón, solo queda la gran incógnita de Andalucía.
La concatenación de citas electorales en 2023 —gallegas, vascas, catalanas y europeas— retrasó la renovación, pero una vez celebrado el congreso federal, se ha abordado en cascada con la realización de los cónclaves autonómicos. Con estos cambios, los socialistas inauguran un nuevo ciclo electoral que se estrenará con los comicios en Castilla y León de febrero de 2026 y las andaluzas de junio.
A pesar de que resuenan tambores electorales en Baleares, en el PSOE no dan crédito a esta posibilidad. Hay algo más de dudas sobre lo que puedan hacer Juanma Moreno y Alfonso Fernández Mañueco, pero la opción de que Marga Prohens se lance a unas elecciones en 2025 provoca un gran escepticismo entre los socialistas, hasta el punto de pensar que la presidenta balear ha dejado correr la idea solo para "asustar" a Vox.
El partido de Santiago Abascal rompió sus pactos con los populares después de que se abrieran a acoger menores inmigrantes y aliviar el drama humanitario que sufre Canarias. Génova no ha llegado a ningún pacto con el Ejecutivo incluso tumbó la reforma de la ley de extranjería para que alojar a estos niños en el resto de autonomías fuera obligatorio. Pero seis comunidades del PP, Extremadura, Castilla y León, Murcia, Aragón, Comunidad Valenciana y Baleares, cuyos gobiernos dependen de Vox, se han quedado en minoría, sin poder aprobar unos nuevos presupuestos. Pese a esta desestabilización, ningún presidente contempla ir a elecciones, salvo Prohens que ha explorado esta vía en las últimas semanas.
El PSOE, por ahora, no se lo ha tomado en serio. Aunque fuentes del PSIB sostienen que la presidenta de Baleares es "muy emocional" y "no da su brazo a torcer si algo se le mete en la cabeza", consideran que avanzar las elecciones sería "hacerse un Mañueco", en referencia a que supondría un movimiento fallido, similar al que realizó el presidente de Castilla y León en 2022, que convocó para buscar una mayoría más amplia y quitarse de encima a Ciudadanos y lo único que consiguió fue caer en manos de Vox.
En el caso de Baleares, la intención de Prohens de no estar ligada a la extrema derecha y gobernar en solitario podría saldarse, según los socialistas, con la misma o una mayor dependencia de Vox. Las fuentes consultadas apuntan que si avanza las elecciones a 2025, al ser solo autonómicas, se vería privada del empujón de movilización que supone tradicionalmente la coincidencia con las municipales. Y, además, no abriría una etapa de cuatro años, sino que las elecciones, en cumplimiento del Estatuto, deberían volverse a celebrar en 2027.
También piensan que va en su contra la "ola de antipolítica" que se ha generado en España tras la tragedia de la DANA en la provincia de Valencia. De hecho, en la Comunidad Valenciana las primeras encuestas realizadas reflejan un crecimiento muy importante de Vox que, junto a Compromís, se benefician del malestar con la actuación de la Generalitat y del Gobierno central.
El contexto internacional también ayuda a Vox que, al margen de su trabajo en el Congreso o de sus liderazgos territoriales, se nutre del momento álgido de los partidos de ultraderecha y de la penetración de su discurso en las formaciones conservadoras.
Todo esto hace que el PSOE no vea en el horizonte unas elecciones en Baleares que, de producirse, serían un absoluto engorro para el partido porque la expresidenta Francina Armengol, actual presidenta del Congreso y que repetirá como secretaria general del PSIB, no dejaría su cargo para volver a ser la candidata.
Los socialistas tampoco acaban de ver claro que haya adelanto electoral en Castilla y León y en Andalucía. La voluntad de Mañueco es acabar la legislatura, pero podría optar por un avance técnico que situara los comicios en el otoño de 2025. Fuentes del PSOE en esta región señalan que "en las últimas semanas llegan rumores de dentro de la propia Junta" de elecciones mucho antes, a los que no dan credibilidad porque creen que se basan solo en cierta ansiedad por pillarles fuera de juego, volcados en su congreso, en el que deberán dirimir la continuidad de Luis Tudanca o la apuesta por un nuevo candidato.
El PSOE andaluz tampoco está pensando aún en nuevas elecciones. La mayor federación socialista está enfrascada en un debate interno sobre quién debe ser la persona que pilote el partido para enfrentarse con Juanma Moreno. El barón popular tiene una comodísima mayoría absoluta y las encuestas apuntan a que mantiene la buena salud, aunque en el PSOE aseguran que disponen de sondeos que la ponen en riesgo.
Pero en el propio círculo de Juanma Moreno descartan que valore convocar en 2025 y están convencidos de agotar la legislatura. "Necesitaríamos incluso más tiempo", abundan desde el Gobierno andaluz, que tiene todavía en ciernes la Ley de Vivienda, señalada como la más importante del mandato. "¿Con qué excusa íbamos a adelantar?", expresa una fuente de San Telmo.
Entre los socialistas hay voces —minoritarias, eso sí— que desconfían de esta seguridad de Moreno en finalizar su mandato y no desdeñan que avance los comicios para coger al PSOE descabezado. El partido se debate entre un Juan Espadas muy contestado y dos opciones casi opuestas: María Jesús Montero y Juanfran Serrano. La primera tiene a favor su alto nivel de conocimiento y podría afrontar con garantías una campaña. El segundo, diputado y adjunto de Santos Cerdán en Ferraz, es casi un completo desconocido y sería una apuesta a un plazo más largo, con la vista puesta en 2030.
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