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El PP mira al PSOE, y Vox mira al PP. El partido de Santiago Abascal intensifica su guerra contra su socio de derechas dinamitando las negociaciones de los presupuestos en seis comunidades autónomas (Comunidad Valenciana, Castilla y León, Extremadura, Aragón, Murcia y Baleares) por la reunión que mantendrán los populares con el ministro Ángel Víctor Torres sobre materia migratoria. Se trata de la segunda jugada de impacto que diseña Bambú desde la ruptura de los gobiernos autonómicos por el reparto de mena' entre las comunidades autónomas.
En esta ocasión, el movimiento ha vuelto a generar rechazo en algunos sectores territoriales del partido, como ha podido comprobar El Confidencial. La jugada de Abascal se produce en un momento de máxima debilidad del Gobierno socialista, con Pedro Sánchez acorralado por las múltiples causas judiciales que cercan a su entorno más cercano y la incapacidad de aprobar grandes medidas en el Congreso de los Diputados al no recabar el consenso entre sus socios. Vox deja al PP fuera de juego en una de sus líneas argumentales más esgrimidas en los últimos meses: un presidente que no aprueba presupuestos es un presidente que no gobierna.
La queja mayoritaria es, una vez más, la falta de democracia interna en la formación. En los grupos de WhatsApp donde se comparten las instrucciones que deben seguir los concejales, decididas por la cúpula, se ha hecho llegar un 'Posicionamiento sobre la suspensión de las negociaciones presupuestarias en las Comunidades Autónomas'. "Aquí grupos de debate como ni uno... Creo que los electores lo que quieren es cumplir los objetivos y esto solo se logra desde el poder, sabiendo que hay que negociar con quien quiere lo contrario para llegar al mejor acuerdo posible para todos, porque España somos todos... Somos el mejor regalo para Sánchez", lamenta un concejal crítico.
En el argumentario enviado a los concejales, al que ha tenido acceso este periódico, se llega a acusar al Partido Popular de expulsar a Vox de los gobiernos autonómicos, cuando es bien sabido que la decisión se tomó unilateralmente en Bambú. "Fuimos expulsados de los gobiernos porque queríamos un cambio total y absoluto en esas políticas inmigratorias que están condenando a los barrios con cada vez más inseguridad, pérdida de nuestra identidad y la saturación de los servicios y las ayudas sociales que no llegan a los españoles", apunta el mismo.
La decisión de la dirección de no seguir negociando los presupuestos con el PP se ciñe, de momento, a las comunidades autónomas. En las 114 alcaldías donde gobierna el PP con el apoyo de Vox las cuentas siguen en el aire. Hay otras fuentes locales que sí que apoyan la estrategia del partido de Abascal. "Creo que Vox está siendo fiel a sus principios y sobre todo leal a los españoles, y cumpliendo con lo que les hemos prometido. En mi opinión, los programas electorales deberían ser 'contratos entre políticos y ciudadanos' y al primer incumplimiento el político el partido debería quedar expulsado del gobierno que maneje. Creo que Vox está actuando correctamente. El PP de manera silenciosa siempre intenta salirse con la suya", subraya una concejal conocedora de la estrategia contra la inmigración ilegal del partido.
En el argumentario facilitado a los equipos regionales, Vox dice estar "profundamente preocupado tras conocer que el Partido Popular se va a reunir con el Partido Socialista para negociar otra vez la política inmigratoria a nivel nacional. El Partido Popular tendrá que rectificar y romper los pactos con el Partido si quiere seguir negociando con Vox esos presupuestos en las regiones en las cuales necesite nuestros votos. A Vox no le va a temblar el pulso. Si quiere seguir impulsando las políticas inmigratorias del Partido Socialista, tendrá que pactar los presupuestos con el Partido Socialista".
La alcaldesa de Burgos (PP) pierde la cuestión de confianza con los votos del PSOE y Vox
EFE
El mensaje lanzado desde Bambú es que "el PP debe decidir si está al lado del PSOE o si prefiere caminar con Vox para recuperar la seguridad y la identidad de nuestros barrios. La reunión en un despacho del señor Feijóo con Pedro Sánchez para ver cómo repartir la inseguridad de la inmigración ilegal por toda España es una traición a la gente más humilde. Estamos ante una estafa política al conjunto de españoles y es algo que Vox va a combatir. Queremos recuperar la seguridad de los barrios de toda España":
"Exigimos que el Partido Popular rectifique y que rompa los pactos con el Partido Socialista. Solamente así Vox volverá a la mesa de negociación para mejorar el futuro de los de los españoles", concluye el escrito. Por el momento no hay pacto alguno entre PP y PSOE sobre política migratoria, solo una reunión agendada y motivada por el deseo del Gobierno de Canarias, donde los populares gobiernan con Coalición Canaria.
El PP mantiene su estrategia
La ruptura de los gobiernos autonómicos de Vox llegó tras el reparto de 400 menas entre las comunidades autónomas y en plena negociación del PSOE y el PP por la Ley de Extranjería. Los populares terminaron votando en contra del proyecto y abocando a los socialistas a otro fracaso parlamentario en el Congreso de los Diputados al darles la espalda Junts.
El nuevo pulso de Vox será ignorado por el PP, que desde hace meses optó por la estrategia de no responder a los ataques de Vox. "Estamos centrados en Sánchez", manifiestan desde Génova. La delegación del partido, encabezada por el portavoz parlamentario, Miguel Tellado, y la vicesecretaria Ana Alós, mantendrá las mismas posturas que en anteriores conversaciones. Piden, declarar la emergencia nacional en todo el país, que el Estado asuma los costes de la acogida de menores cuando las comunidades estén desbordadas, aumentar el control policial en la frontera y llegar a acuerdos con la Comisión Europea para desplegar el Frontex y activar mecanismos de reparto entre los países europeos.
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