Adiós Tinder, hola 'speed dating': la moda de ligar a la antigua se extiende por Madrid

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Eva Sánchez, de 28 años, se siente frustrada con el amor en Madrid. Después de malas experiencias con las aplicaciones de citas, pensó que tendría que haber una manera más fácil y divertida de encontrar pareja. "Empecé a quedar con una persona que me hizo ghosting (dejó de contestar a los mensajes), y después de esa decepción decidí cerrarme las aplicaciones de citas en las que estaba", cuenta.

Ni corta ni perezosa, en vez de renunciar a encontrar su media naranja creó Slow Dating Club, una empresa que se dedica a organizar eventos en los que los asistentes tienen un único propósito: conectar con otros solteros y hacer match a la antigua. "La química surge cuando nos miramos a los ojos", dice Sánchez, que apela a dejar de lado las pantallas, pero también los prejuicios mientras se hace gala de madurez y de responsabilidad afectiva.

Para la fundadora de la marca, las citas rápidas son una forma de conocerse muy forzada, así que sus eventos no siguen las reglas tradicionales del clásico speed dating de las películas estadounidenses. "El amor para mí es una cuestión de azar, por tanto, hacemos cuestionarios y juegos durante la velada y al final, si te gusta alguien lo puedes anotar en un sobre", cuenta. Su público objetivo es gente de su edad. Los eventos tienen un precio de 25 euros y se hacen cada mes en diferentes restaurantes de la capital.

Eva Sánchez en el estanque del parque de El Retiro reivindicando el amor sin las aplicaciones de citas(L.F)Eva Sánchez en el estanque del parque de El Retiro reivindicando el amor sin las aplicaciones de citas(L.F) Eva Sánchez en el estanque del parque de El Retiro reivindicando el amor sin las aplicaciones de citas(L.F)

Pero no todo el mundo confía en eso de que el amor se cocina a fuego lento. Tom Hopcroft, de 31 años, lleva la cuenta Guiris de Mierda, que nació hace siete años con la intención de crear conexiones más allá de las redes sociales. Dentro de la oferta de todos los eventos que organiza, uno de ellos es precisamente el speed dating. "La gente quiere encontrar el amor porque se siente muy sola", explica. El éxito es tan rotundo que organiza dos quedadas al mes. "Tenemos grandes historias de amor que han salido de nuestros encuentros", dice. El precio es de 20 euros con una consumición.

Uno de los pioneros del sector es la empresa Bedazzling. Su director, Jordi Martínez, de 56 años, cuenta que llevan desde 2018 haciendo eventos todos los meses con una media de 60 personas por encuentro. Aquí las citas siguen el método tradicional de siete minutos por charla. Durante una noche, se pueden tener hasta una docena de citas diferentes, lo que, con las estadísticas en la mano, aumenta las posibilidades de encontrar el amor. Al menos, en teoría.

Al final, cada persona rellena un formulario diciendo quiénes les gustaron y al día siguiente reciben un correo con la información de contacto si se ha hecho match. "Hacemos diferentes grupos de edad, desde los 26 hasta los 65. Lo que más cuesta es conseguir mujeres jóvenes", dice, razón por la que ellas tienen descuentos y promociones para asistir. En seis años, han pasado casi 8.000 personas por sus eventos. "La gente está cansada de las redes sociales. A través de una foto no puedes conectar", afirma Martínez, que está convencido que sus eventos son la mejor forma de filtrar el amor.

Lucía Franco

Para el dueño de Cita2, que lleva 10 años haciendo citas rápidas en Madrid, siempre hay alguien para otro alguien. "Organizo los eventos por franjas de edad cada sábado", cuenta Francisco Morgado. Cada evento cuesta 25 euros. Durante este tiempo, lo han invitado a bodas y hasta a bautizos de hijos que nacieron de parejas que se conocieron en uno de sus encuentros y que viven felices juntas.

Morgado explica que este concepto viene de Estados Unidos, donde un rabino de Los Ángeles empezó a hacer encuentros entre judíos porque vio que había mucha gente de la comunidad casándose con gente que no profesaba su religión. "De ahí se expandió por el mundo y llegó a España", dice, aunque reconoce que su verdadero boom se dio cuando se popularizó en películas y series.

Según los expertos consultados, de media, la mitad de los asistentes hacen match en cada evento. No obstante, la propia naturaleza de estos encuentros hace que se trate de datos poco estables. Al fin y al cabo, una vez se les da la información de contacto de su potencial pareja, las empresas no pueden saber si al final la relación cristaliza o no.

Lucía Franco

Lo que sí tienen claro todos los empresarios consultados es que sus eventos casi siempre se llenan, aunque se hagan cada semana. "Hay una demanda cada vez más grande. Algunos vienen por hacer amigos, otros por experimentar lo que han visto en las películas y otros a encontrar el amor", asegura el dueño de Cita2. Ni el idioma, ni la nacionalidad, ni la cultura suponen una barrera insalvable cuando nace la magia.

En el caso de Guiris de Mierda, la mayoría de los eventos se hacen en inglés y español. "Cada vez se ha puesto más de moda volver a intentar encontrar el amor a la antigua, ya pasó la era de las apps. Ahora lo que mola es mirar a alguien a los ojos y dejar que el azar actúe", asegura Sánchez. Ella tampoco ha perdido la fe en el amor.



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