Salvador Illa cumple 100 días en la Generalitat en lo que se ha oficializado como el final del procés. Son cien días en los que la Generalitat está sin presupuestos para 2025, pero también en los que el PSC gobierna sin resistencia, primero, porque Junts se ha negado a designar el jefe de la oposición que le correspondería, y segundo, porque las críticas que le ha podido hacer el independentismo no pasan del "president más españolista de la historia" o cuestiones menores, como la negativa a reunirse con Carles Puigdemont mientras siga huido.
Todo se le pone de cara al nuevo president, aunque gobierna en minoría. La DANA que ha arrasado Valencia ha resultado mucho más moderada en Cataluña, que además pudo escarmentar en la cabeza ajena de Carlos Mazón, y los servicios de emergencia catalanes funcionaron "razonablemente bien", según le reconoció a Illa alguien tan poco sospechoso de socialismo como el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández. Hasta ERC le ha regalado pagar los 365 millones heredados del desastre de ATLL estando en funciones, con lo que ahora Illa arranca su legislatura libre de esa hipoteca.
Puigdemont ha acabado suplicando sin éxito a TV3 que le entreviste en el formato de jefe de la oposición, prueba de la comodidad con la que está gobernando Illa estos cien días, de tal modo que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. Con la izquierda recibe en el Palau a Jordi Pujol, Artur Mas y Òmnium Cultural; con la derecha se reúne con el Rey, va al Día de las Fuerzas Armadas a Madrid y recupera la normalidad institucional, desde La Caixa hasta el PP o la Abadía de Montserrat.
Ciertamente, su fracaso es que no ha podido presentar los Presupuestos de la Generalitat en tiempo y forma. Hay que esperar a ver quién será el interlocutor en ERC para llegar a un acuerdo. Solo ha habido una reunión con los republicanos, pero se está a la espera de cómo acabe el Congreso del día 30, en el que el favorito es Oriol Junqueras.
La consellera de Economía, Alicia Romero, se abría en el Parlament a buscar la colaboración de Junts durante la sesión de control: "Los presupuestos los llevaremos al Parlament cuando tengamos garantizada su aprobación. Y no somos, nosotros, nada de nadie. Nosotros lo que hacemos es trabajar con una hoja de ruta que nos marcamos. Compartimos cosas con Esquerra Republicana y también con los comunes y con otros grupos parlamentarios. Por eso, les invitamos, cuando nos vemos, a poder compartir algunos aspectos".
Mossos
Los Mossos han sido la prioridad, sobre todo por el reconocimiento explícito tras la fuga de Puigdemont el 8 de agosto, de que el independentismo tenía una policía política dentro de la policía. El primer acto al que fue Illa fue de los Mossos. Y el trabajo de Núria Parlón como consellera y de Josep Lluís Trapero como director de la Policía ha sido ir normalizando el cuerpo. Illa marcó esta semana en el Parlament como una de sus prioridades "dar los primeros pasos en diferentes servicios públicos: en materia de seguridad, por ejemplo, buscando el objetivo de llegar a los 22.000 mossos lo antes posible". Con la activación de los servicios de Emergencia por la DANA, Interior ha estado siempre en el foco.
El diputado de Junts, Jordi Munell, les ha echado en cara que, como socialistas catalanes, estén alineados con el PSOE en Madrid: "Hemos sufrido, como decíamos, el silencio del Govern de Illa. De hecho, son cien días de silencio, cuando desde Junts intentamos defender intereses para Cataluña y para los ciudadanos de Cataluña. Pensamos que desde su Govern no pueden seguir arrastrando los pies detrás del PSOE a la hora de defender los intereses de Cataluña. Los diecinueve diputados del PSC en el Congreso y el conjunto de los diputados del PSC en el Parlament y en el propio Govern deberían estar también al servicio y junto a los catalanes y las catalanas, defendiendo temas claves como este”. Con una oposición así, Illa puede vivir muy tranquilo.
Salvador Illa valora sus primeros tres meses como presidente catalán así: "El primer balance que hago es que esto de los cien días creo que ya ha pasado a mejor vida. Cambian tanto las cosas, que ahora ni uno ni dos días, es decir, la gente ya… En fin, no se dan estos…, y seguramente está bien que no sea así".
Valoración positiva
Trabajadores de Palau dicen que Illa va con el turbo. Que es hiperactivo y que hay reuniones y un ritmo de trabajo que hace mucho que no se veía en Plaça Sant Jaume.
Illa ha imprimido en la Generalitat un ritmo de trabajo mucho más alto
Illa se compromete a cumplir "los acuerdos de investidura suscritos con Esquerra Republicana y los comunes; por tanto, gestión, gestión. Y normalización institucional, social y política de Cataluña —en este sentido, creo que responde también a un sentimiento mayoritario de la sociedad catalana—, e implicación, para que Cataluña vuelva a tener voz potente en España desde la voluntad y desde el principio de colaboración y no de confrontación". Y respecto al encuentro con Puigdemont: "Me reuniré con Puigdemont cuando toque", replicó en Catalunya Ràdio. Una respuesta que emulaba al "avui no toca", de Jordi Pujol.
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}