Miles de personas han amanecido armadas con palas, azadas, escobas, cubos, bolsas de víveres y botellas de agua dispuestas a ayudar en la medida de sus posibilidades en las tareas de limpieza, desescombro y distribución en los pueblos del sur del área metropolitana de Valencia afectados por la DANA. Una riada de gente cruzaba andando desde primera hora de la mañana las pasarelas peatonales y de ferrocarril, inutilizadas por los daños, que unen los dos lados del nuevo cauce del río Turia, todavía con un enorme caudal de agua y barro.
Como un ejército de hormigas se han ido distribuyendo por La Torre, Sedaví, Paiporta, Catarroja o Alfafar, donde sus habitantes trabajan a destajo tratando de vaciar el barro y el agua que ha reventado todos los bajos, comercios, garajes y viviendas de una sola planta. El paisaje es desolador, como una zona de guerra, con los coches amontonados unos encima de otros, destrozados y en algunos casos bloqueando el acceso a calles enteras.
La ola solidaria llega muy descoordinada, en la mayoría de los casos sin saber muy bien qué hacer. Van dejando los víveres, pañales o ropa en los puntos de reparto habilitados por las autoridades municipales. Los ciudadanos han tomado el mando de la situación en gran parte, ante la percepción de que los responsables de la coordinación no dan abasto y no son capaces de asignar tareas a esta multitud.
Las unidades y máquinas de la Unidad Militar de Emergencia, los destinos cuerpos de bomberos y Protección Civil trabajan sin descanso, pero el espacio físico arrasado y la magnitud de los daños es tan grande que es evidente que los recursos del Estado y la Generalitat no alcanzan a remediar el desamparo que siente muchos habitantes de estas localidades, que recogen con sus propias manos el barro de sus viviendas y sus comercios.
“La solidaridad es encomiable, pero nos está generando problemas porque estamos trabajando con máquinas que tiene puntos ciegos y se hacen más difíciles los trabajos porque nadie los coordina”, explica el responsable de una de las contratas que asegura tener treinta años de experiencia en desescombros y tareas de limpieza en situaciones complejas. A su juicio, el problema no es tanto de que no haya una planificación en la labor de Emergencia, como que “no hay medios ni recursos suficientes” porque las Administraciones no estaban preparadas para afrontar un desastre natural así. “Lo que ha ocurrido es tan grande que es imposible cubrir todo”.
El Centro de Coordinación de Emergencia ha advertido también del colapso de vehículos en los accesos al norte del cauce y a las pasarelas peatonales y ha pedido a la gente que no acuda en sus vehículos. A las 12 del mediodía, la Generalitat tuvo que difundir un comunicado en el que pedía a los ciudadanos que a las poblaciones de L’Horta Sud. “Desde el profundo agradecimiento por la ayuda que se está prestando a las poblaciones afectadas, pedimos por favor que no se desplacen a estas zonas porque se están colapsando las vías y los servicios de emergencia no pueden acceder”, señalaba el mensaje. En esta misma línea, Mazón ha adelantado en una rueda de prensa que "no descartamos medidas adicionales para que no se obstaculicen las vías. No solo para los vehículos, también para los peatones.
Todo esto no frena a los voluntarios. “Ayer vinimos y esto era un erial. Una mujer nos pidió ayuda y estuvimos limpiando y desescombrando. Hoy tenemos varias direcciones apuntadas de gente a la que vamos a ayudar”, señala un grupo de personas que sí tiene claro qué hacer. “Vamos a ayudar a unos amigos que tienen un comercio en Catarroja”, explica otra chica, acompañada de un grupo de personas ataviadas con botas de agua y utensilios de limpieza. Otros muchos van caminando por las calles ofreciéndose para lo que haga falta. También hay turismo de catástrofes. Gente sin más voluntad que hacer fotos y vivir de primera mano lo que está ocurriendo.
En las pasarelas rodadas, camiones de la UME y Bomberos van cruzando y aportando medios. Grúas militares y civiles mueven los cientos de coches destrozados para abrir las calles y las vías de comunicación. Esta tarea es fundamental porque es la que permitirá que los efectivos organizados por la Generalitat y el Gobierno puedan acceder y colaborar en las tareas de limpieza. Hay bomberos y militares esperando el momento de intervenir.
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