Los ultras del independentismo catalán, encandilados por la victoria de Trump

Los ultras del independentismo catalán, encandilados por la victoria de Trump

La victoria de Donald Trump en Estados Unidos ha provocado euforia en algunos círculos independentistas, entre ellos, los más extremistas y xenófobos. Uno de los partidos que mejor ha recibido la victoria del republicano es Aliança Catalana (AC), el partido liderado por la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, que tiene dos diputados en el Parlament. Desde posiciones cercanas a este partido se ha defendido la voluntad del pueblo de los Estados Unidos y se han atacado con dureza las campañas anti-Trump desatadas por medios de comunicación catalanes.

"Trump no es santo de mi devoción, pero no me creo que sea el demonio prefabricado que nos vende la caverna mediática catalana. ¡Qué vergüenza de medios subvencionados!", dijo Anthony Sánchez, exlíder de las juventudes de Junts y ahora pasado al partido de Orriols. Y resaltaba que "Donald Trump vuelve a la Casa Blanca por la puerta grande".

En segmentos de la ultraderecha independentista se cree que la victoria del magnate es un ejemplo a seguir por varias razones: en primer lugar, por el discurso patriótico, con tintes xenófobos. En realidad, los posicionamientos de Trump, que aboga por cerrar las fronteras a la inmigración y por la expulsión inmediata de inmigrantes, es muy similar al de Aliança Catalana, cuyos postulados siguen esa misma senda. Patriotismo, reticencia a la inmigración y guerra sin cuartel contra la izquierda woke son las piedras angulares tanto del norteamericano como de la alcaldesa de Ripoll. Son elementos fundamentales en su discurso ideológico.

De hecho, en webs digitales próximas a Orriols, la defensa acérrima del candidato republicano se complementaba con las acusaciones de lawfare contra el empresario y la disculpa de todas las tropelías penales cometidas. El posicionamiento de Aliança Catalana se hizo notar inmediatamente tras la elección. Una nota oficial del partido felicitaba al empresario "por haber sido elegido el 47 presidente de los Estados Unidos de América. Una nueva etapa de prosperidad y libertad se extiende por América".

La visión desde Junts

De hecho, desde los círculos independentistas catalanes del entorno de Carles Puigdemont se había visto con buenos ojos la llegada de Donald Trump al poder en 2016. Y, aunque el norteamericano apostó públicamente por la unidad de España, la consigna del soberanismo era mantener públicamente ante sus activistas, que "nunca rechazó expresamente el referéndum del 1 de octubre". Era un modo de mantener la autoconfianza, esperando el milagro de un gesto cariñoso por parte de la Administración estadounidense.

La brasa de ese posicionamiento sigue existiendo y desde los círculos más cercanos a Carles Puigdemont, se echa un capote al nuevo presidente electo norteamericano. "Veo toda clase de opiniones sobre el resultado electoral en los Estados Unidos. Creo que nosotros nos lo hemos de mirar desde el respeto que corresponde a la diplomacia y, sobre todo, pensando en nuestros intereses para crear un Estado Catalán independiente en los próximos 4 años", sentenció Josep Lluís Alay, jefe de la Oficina de Carles Puigdemont. Alay es la persona que ideológicamente está más cercana al actual presidente de Junts per Catalunya (JxCat) y publica en las redes sociales lo que Puigdemont, por razón de su cargo, debe callar para no levantar polvareda. Es algo así como el alter ego del expresident fugado.

Antonio Fernández

El mantener la esperanza de que Trump, aunque solo sea por debilitar a Europa, se refiera en algún momento de su mandato a Cataluña abre un portal de esperanza entre el independentismo más intransigente, que tiene evidentes connotaciones con el discurso épico y patriótico del norteamericano. Y de la misma manera que en un momento determinado giraron su mirada hacia Vladimir Putin, ahora lo hacen hacia Donald Trump.

Aunque Junts acogió los resultados con prevención, reclamando que puede ser la oportunidad "para reforzar Europa", algunos de sus dirigentes miran hacia otro lado para observar si puede existir algún guiño de complicidad proveniente de la nueva Administración que encabeza Trump. Joan Carretero, fundador de Reagrupament, partido que hoy está dentro de Junts, añade leña al fuego del trumpismo indepe. "Pese a los diagnósticos y pronósticos apocalípticos (siempre demagógicos) de nuestros periodistas y políticos, pienso que la victoria de Trump es buena para EEUU, para Israel y para el mundo". Carretero, exconseller de Gobernación, proviene de las filas de ERC, pero hace años que partió peras con los republicanos. Uno de sus seguidores sustenta esa opinión. "Completamente de acuerdo. Ojalá los catalanes tuviésemos un Trump que se posicionase contra el establishment político".



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