Esta miniserie histórica de cinco episodios está basada en hechos reales de la Transición española y está arrasando en la plataforma en streaming.
La serie española que está viendo todo el mundo en Netflix ha sido un éxito en España por delante del otro gran estreno de la plataforma de streaming del pasado fin de semana: la segunda temporada de Arcane, que ha conquistado sin problema los tops de lo más visto en hasta 57 países diferentes, incluidos México, Brasil, Canadá, Reino Unido o EE UU. Sin embargo, en Netflix España la reina es Asalto al Banco Central.
La miniserie de cinco episodios, dirigida al completo por Daniel Calparsoro con guion de Patxi Amezcua, recrea los hechos del asalto al Banco Central de Barcelona producido el 23 de mayo de 1981. Está protagonizada por María Pedraza, Miguel Herrán y Hovik Keuchkerian, lo que supone un reencuentro muy especial de tres actores de otra serie muy popular en Netflix con atracos de por medio: La casa de papel.
Asalto al Banco Central se estrenó el pasado 8 de noviembre y desde entonces se ha mantenido imbatible en el primer puesto dentro de lo más visto de Netflix España; también supera a Arcane en otros países como Venezuela, Uruguay, Malta, Pakistán o Argentina, según los datos de FlixPatrol.
De qué trata 'Asalto al Banco Central'
María Pedraza interpreta a Maider Garmendia, una periodista que acaba de incorporarse al Diario de Barcelona el 23 de mayo de 1981. En su primer día de trabajo tiene lugar el asalto al Banco Central, en la Plaza de Cataluña, donde once hombres encapuchados mantienen a casi 300 personas como rehenes. Maider se dirige al lugar de los hechos junto a Berni (Hovik Keuchkerian), un fotógrafo veterano del periódico.
Dentro del banco, el líder de los asaltantes, que se hace llamar Número 1 (Miguel Herrán), controla la situación. Fuera, el comisario Paco López (Isak Férriz) intenta comprender las intenciones de los atracadores y averiguar su identidad después de que se se filtre a la prensa que exigen la liberación de militares participantes en el golpe de Estado del 23-F.
La historia real del asalto al Banco Central
A las nueve de la mañana del sábado 23 de mayo de 1981, una banda de once atracadores entraron en la que entonces era la sede del Banco Central en el número 29 de la Plaza de Cataluña en Barcelona y empezaron a encañonar con sus armas a trabajadores y clientes. 23 minutos después, la policía de Barcelona recibió el aviso de que el banco estaba siendo atracado.
Tan solo habían pasado tres meses del intento de golpe de Estado del 23-F, y en una cabina telefónica cercana al banco se encontró un comunicado de los asaltantes en el que exigían la puesta en libertad del coronel Tejero y otros cuatro militares prisioneros, así como sendos aviones en El Prat y Barajas para facilitar su huida.
Tras evacuar la Plaza de Cataluña y la parte superior de las Ramblas, se formó un tenso gabinete de crisis en un edificio cercano, la sede del Banco Bilbao, donde el general José Aramburu Topete, director general de la Guardia Civil, coordinó la respuesta a un asalto en el que se creía que podían estar implicados militares.
Los asaltantes habían amenazado con ejecutar rehenes pasadas 72 horas, pero mucho antes empezaron a realizarse intercambios de algunos de ellos por comida mientras las autoridades negociaban su liberación. Al día siguiente, el domingo, se produce un giro de los acontecimientos. Por la mañana, se envía una tanqueta militar que inicia un tiroteo de fuego cruzado con los asaltantes. Por la tarde, un francotirador abate a uno de ellos que se encontraba en la azotea del edificio.
Poco después, los GEO entraron en el banco a través de la azotea y fueron ganando posiciones de arriba abajo, a pesar de que aún quedaban más de doscientas personas como rehenes. Los asaltantes intentaron huir saliendo del edificio camuflados entre las víctimas, pero fueron detenidos todos menos uno, que consiguió huir.
Aunque la versión oficial estableció que las motivaciones de los atracadores se limitaban al dinero, el líder de la banda José Juan Martínez Gómez "el Rubio" declararía años después que habían sido contactados para sustraer de dentro del banco ciertos documentos incriminatorios relacionados con el 23-F.
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