El Gobierno catalán consolidará las delegaciones en el exterior (o embajadas) pero no abrirá más "de momento", según ha podido conocer El Confidencial de fuentes solventes. Ahora se está "en la consolidación" de las existentes, y, pese a que no cerrará ninguna, la mano del socialista Salvador Illa comienza a notarse y ha levantado la ira de los independentistas. De momento, dos de los 'embajadores' independentistas han recibido la carta de despido: se trata de Isidre Sala y de Eric Hauck: el primero, delegado en Estados Unidos y Canadá, y el segundo, en el Sureste de Europa.
Es el primer paso para remodelar las funciones y los responsables de las delegaciones o embajadas del Govern a lo largo y ancho del mundo. ERC se había lanzado a una frenética apertura de embajadas hasta completar un total de 21. Las principales han sido llamadas a capítulo por el nuevo conseller de Unión Europea y Acción Exterior, Jaume Duch. Hace poco más de un mes, nombró responsable de la delegación ante la UE a Ester Borràs, que sustituía a Ignasi Centelles. Por esta embajada habían pasado la fugada Meritxell Serret (exconsejera de Educación que prefirió retornar a España y pasar cuentas con la justicia para, finalmente, ser nombrada consellera de Exteriores por Pere Aragonès) o Gorka Knörr, un vasco adoptado como uno de los puntales independentistas de Cataluña y que pasó antes por la delegación del Govern en Madrid.
El nombramiento de Borràs ya levantó suspicacias entre el independentismo, especialmente por su impecable trayectoria diplomática en diversas embajadas españolas (pasó por la representación permanente de España en la ONU, Angola, Bolivia, Kenia o Qatar). Su nombramiento, además, es una apuesta del Govern para profesionalizar la relación con la UE.
Ahora, con la sustitución de Sala y Hauck, el independentismo pierde a dos puntales. El primero proviene “de la casa”, es decir, había desarrollado prácticamente toda su carrera profesional en la Administración catalana y había llegado a ser director general de Exteriores y de Asuntos Multilaterales y Europeos. En 2019 fue el encargado de introducir al Govern de Quim Torra en organizaciones multilaterales “con el objetivo de maximizar la contribución de Cataluña a los principales retos globales”.
Salario de 95.000 euros
Este miércoles, el Govern abrió un periodo para presentar solicitudes a ocupar la plaza de 'embajador' en los Estados Unidos y Canadá, puesto por el que ofrece un salario de 95.023,94 euros brutos anuales "más las indemnizaciones que correspondan en concepto de equiparación del poder adquisitivo y de la calidad de vida". En otras palabras, la remodelación de las 'embajadas' comienza a ser una realidad, aunque desde el independentismo se critica que rebaja su contenido puramente político por uno más económico y social. "Las delegaciones han de servir para solucionar problemas, no para causarlos. Y si algún ciudadano catalán o empresa o entidad necesita algo del país donde están, deben de tener la suficiente capacidad como para poder solventar sus demandas o, como mínimo, ayudarlos y asesorarlos", dicen a El Confidencial fuentes del Gobierno catalán.
La sede de la delegación norteamericana está en Washington y para el cargo de delegado se exige un mínimo de cinco años de experiencia en funciones de dirección y conocimientos en el ámbito de las relaciones internacionales, el comercio internacional, las instituciones gubernamentales o los organismos internacionales.
Asimismo, se piden conocimientos de la historia y la realidad económica, política y social de los dos países norteamericanos y de sus relaciones con Cataluña. El delegado ha de tener una licenciatura o grado y se valora la tenencia de un máster o posgrado en derecho internacional, comercio y relaciones internacionales y otras materias. Por último, se exige dominio del catalán y del inglés en nivel C1 y se valora el conocimiento de otras lenguas a nivel B1 o superior.
Lo que se ofrece es un contrato laboral de alta dirección y se pueden presentar solicitudes hasta el próximo 2 de diciembre. Esta oferta apunta a un ligero matiz en la naturaleza de las delegaciones, que minoran su carga política y priman más las características técnicas y de gestión de los candidatos. De ahí que desde la Administración autonómica se subraye que lo que se pretende con las delegaciones o embajadas es "que puedan ser útiles a la ciudadanía". Fuentes empresariales explican a El Confidencial que en alguna de las 'embajadas' no tienen ni siquiera personal especializado y "cuando se hace una consulta, se deriva inmediatamente a los responsables de la embajada española, por lo que su papel deja mucho que desear".
Desvío de 300.000 euros
Hauck, el 'embajador' en los países del sureste europeo, por su parte, tiene una historia mucho más truculenta que la de Sala: era gerente de la Plataforma Pro Seleccions Esportives Catalanes. Desde su cargo, propició, al parecer, el desvío de decenas de cientos de miles de euros de subvenciones del deporte hacia la organización de actos políticos a favor de la independencia de Cataluña. Una de sus principales acciones fue la organización de un foro internacional en Barcelona encargado a la multinacional Crans Montana. El acto fue sufragado con fondos de la Plataforma Pro Seleccions, que hurtaban así el dinero al deporte para engordar las arcas de la política.
Cuando se descubrió el pastel, Hauck pidió ayuda a sus superiores. El 25 de febrero de 2019, agobiado por las investigaciones internas abiertas al detectarse el desvío de dinero, enviaba un correo al secretario de Estado de Deporte, Gerard Figueras, a Xavier Vinyals, presidente de la Plataforma, y a Xavier Vendrell, exdirigente de ERC también investigado por un supuesto pelotazo urbanístico (entre otras cosas). En esa misiva, decía que no podía justificar ante una inspección de la Administración una factura de 300.000 euros que había pagado por el acto político de Crans Montana en el verano de 2017.
"Como sabéis, la diferencia del resto de justificaciones (que nos habéis confirmado ya han pasado satisfactoriamente todos los filtros), esta factura responde a un encargo político y, por tanto, si necesita de más explicaciones, será necesario aportar las respuestas al nivel político que corresponda. Esperemos, no obstante, que el interventor entienda el encargo, la naturaleza del proveedor y, por tanto, de cómo se procedió con este pago. A nivel de gestión, no podemos aportar ninguna justificación más", se quejaba en el correo.
La destitución de los dos pilares soberanistas ha puesto de los nervios al independentismo. El presidente del grupo parlamentario de Junts per Catalunya, Albert Batet, acusó a Salvador Illa de aplicar una "purga política" con cargos independentistas. Claro que Batet englobaba no solo los cambios en las embajadas, sino también en los Mossos d’Esquadra, que en realidad han sido propiciados por Josep Lluís Trapero, un hombre que antes estaba en las filas de los soberanistas.
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