Está en la provincia de Soria, fue una importante frontera entre los reinos cristianos y musulmanes y presume hoy de un espectacular patrimonio
Situado entre Aranda de Duero y El Burgo de Osma, a un paso del Parque Natural Cañón del Río Lobos y con una larga tradición vinícola (forma parte de la Ribera del Duero), encontramos San Esteban de Gormaz, una de las visitas más interesantes de nuestra geografía.
Esta localidad soriana, conocida por su conjunto de iglesias románicas, es una de las visitas más interesantes de nuestra geografía
Esta localidad soriana es conocida por su conjunto de iglesias románicas, con la de San Miguel y la de Santa María del Rivero a la cabeza. Estas edificaciones representan algunos de los primeros ejemplos del románico porticado en la Península Ibérica, lo que sitúa a San Esteban de Gormaz en un lugar destacado en la historia del arte y la arquitectura medieval de Castilla y León.
Referencia arquitectónica
La iglesia de San Miguel en San Esteban de Gormaz está considerada como la primera iglesia románica porticada de la Península Ibérica, un detalle arquitectónico que supuso un gran cambio en las sencillas construcciones del primer románico y que se fue copiando en el resto de iglesias castellanas, lo que la convierte en un punto de referencia del estilo románico en la península.
La iglesia de San Miguel en San Esteban de Gormaz fue construida en el siglo XI y presenta una estructura sencilla y robusta
La de San Miguel fue construida en el siglo XI y, al igual que lo eran las de su época, presenta una estructura sencilla y robusta, aunque aquí destaca su pórtico con arcos semicirculares que, además, se conserva en muy buen estado. Esto, unido a que en su interior pueden encontrarse restos de pinturas murales y otros detalles que ofrecen información sobre el arte religioso de la época, ayuda a que sea fácil imaginársela tal y como fue en su momento.
Más antiguo todavía
Antes de esta joya del románico, en San Esteban de Gormaz ya había un castillo. Fue levantado en el siglo X, cuando la localidad pertenecía al Califato de Córdoba. Hoy es interesante buscar entre sus restos el aljibe y el Pozo Lairón, excavado en la roca y que, según cuenta la leyenda, se comunica con el río ya que era la única forma de escapar en caso de no resistir un asedio. También tiene una larga historia el conocido como Puente de los 16 Ojos. De origen medieval, merece la pena parar en él tanto al entrar como al salir del pueblo.
De la tierra
Cualquier paseo por San Esteban de Gormaz (localidad por la que también pasó El Cid) terminará en su Plaza Mayor, corazón de la ciudad, punto de encuentro y el mejor lugar para sentarse en una de sus terrazas y saborear un buen aperitivo en el que no falte un vino Ribera del Duero y un sabroso torrezno soriano.
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