Ferrol es una localidad de contrastes. La ciudad más pequeña de Galicia se debate entre su mitad militar y la parte obrera. Ocurre lo mismo con la casa natal del dictador Francisco Franco Bahamonde, en el número 136 de la calle María de Ferrol, entre la parada fotográfica de los nostálgicos y la indiferencia y el desconocimiento de otros.
El inmueble, cerrado desde hace años a cal y canto, enfila su rehabilitación. Fuentes del departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Ferrol confirman que los herederos de la propiedad. La familia Martínez-Bordiú ha solicitado permiso para acometer la reforma del edificio a través de una de sus empresas.
Cuenta con bajo, tres pisos amplios y planta baja cubierta —cinco pisos que suman 537 metros cuadrados— con una fachada de galerías blancas acristaladas, muy características del barrio de A Magdalena, protegido como Bien de Interés Cultural (BIC).
La casa familiar es un inmueble sobrio, situado en una manzana próxima a la plaza de Amboage, entre una tienda de ropa infantil y 'El ferrolano', un viejo bar cerrado para alquiler. Pasa inadvertido para quien no lo busca y es casi objeto de culto para quien sí, que se detiene para tomarse fotos con ganas de asomarse al interior de una construcción cerrada que no da pistas.
La menguante herencia de los Franco, propiedad a propiedad
C. Villar
Solo una placa en la balconada del primer piso con el vítor y el perfil del "Caudillo de España y Generalísimo de los Ejércitos" recuerda que es la casa natal de Francisco Franco. A su lado, otra mucho más voluminosa señala el lugar de nacimiento de dos hermanos, "valientes militares", y la hazaña del vuelo del Plus Ultra de España a Argentina que protagonizó su hermano menor, Ramón Franco, en 1926.
Acondicionar y remodelar los pisos sería el primer paso para su posible reconversión en Viviendas de Uso Turístico (VUT) en el centro urbano de Ferrol, con cada vez más tirón por su clima templado y su proximidad a las playas. También para su posible venta o alquiler, después de que varios portales inmobiliarios la situaran en 2023 como la ciudad costera más barata de España para comprar (844 euros el metro cuadrado) o alquilar.
La concesión de la licencia de VUT para la casa natal de Franco dependería de la Axencia de Turismo de la Xunta de Galicia, un organismo que no tiene constancia de la petición. De momento el permiso está pedido, pero las obras de rehabilitación no han comenzado. "Vivo aquí al lado, paso a menudo, varias veces al día mañana y tarde y la verdad es que nunca he visto nada", explica el residente de un edificio contiguo.
El 'trajín' de Franco en jaula
Francisco Franco nació en el segundo piso del número 136 —antes 108— de la calle María de Ferrol en 1892. Hijo de Nicolás, un capitán de Marina, y de Pilar Bahamonde y Pardo de Andrade, de familia acomodada.
Posteriormente, la familia se hizo con todo el edificio. La vivienda se reformó durante la dictadura y el Ayuntamiento costeó las facturas de los gastos corrientes hasta 1979. El inmueble lleva muchos años cerrado y sus plantas —100 metros cuadrados por piso— están deshabitadas. En eso coinciden varios vecinos veteranos de la misma manzana. El edificio cuenta con una ventana enrejada en el bajo y una gran puerta sin llamador ni timbre. Restos desdibujados de alguna pintada inconexa y una pegatina a medio rascar siguen en la entrada.
El 20 de noviembre del 2005, en el 30 aniversario del fallecimiento de Franco, cuatro activistas independentistas accedieron al balcón, trataron de arrancar la placa y tiraron pintura rosa chicle. Fueron a juicio y les cayó una multa.
Cinco años antes, fue la gran estatua ecuestre de Franco —un regalo de la ciudad al dictador— que presidía la plaza de España la que se tiñó de rosa. Ya había sido objeto de un intento de atentado con bomba que apenas arañó una esquina en 1987.
Ferrol perdió el apellido 'del Caudillo' por acuerdo plenario en 1982. Retirar la estatua ecuestre —siete toneladas de bronce— para cumplir con la Ley de Memoria Histórica de Zapatero fue más complicado.
En 2002 se bajó del pedestal para la reforma urbanística de la plaza. Se dio un paseíllo por la ciudad metida en una jaula entre aplausos y abucheos y quedó aparcada en una plaza del Arsenal Militar junto al Museo Naval durante 7 años apoyada contra el suelo. En 2010, volvió a hacer otra "mudanza" para terminar cubierta por una lona en un edificio de intendencia dentro de la Escuela naval.
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