Barro y saqueos: castigo doble en el pueblo más pequeño de España

Barro y saqueos: castigo doble en el pueblo más pequeño de España

A Llocnou de la Corona, el reconocido como municipio más pequeño de España, la DANA le inundó doblemente: con la tromba de agua que se metió en sus casas y con la tromba de robos y pillajes que les alargó el miedo en los días posteriores.

El martes el agua comenzó a entrar por las cuatro entradas del pueblo. Primero como un pequeño riachuelo y después alcanzando los dos metros de altura. Pero cuando remitió la riada, ya sin calles ni casas iluminadas y con todo enfangado, llegó la inseguridad.

“Te asomabas por la ventana y veías a grupitos de gente con focos en la cabeza merodeando en los coches volcados y los locales destrozados”, explica un vecino de la localidad mientras desagua su garaje. “Era una sensación terrible, porque incluso llamaban a las puertas, en plena noche, para ver si había alguien dentro o no.”

Así llegó la riada a Llocnou de la Corona

“Y luego veías pasar a grupos de chavales que iban cargados con ropa de varias marcas, mochilas, patinetes eléctricos, con televisores y más cosas", cuenta María Ángeles, encargada hoy de gestionar los víveres y productos que llegan al ayuntamiento. "Ahí atrás, en una tienda de vinos, entraron con carros a llevarse lo que podían. En fin, mucha inseguridad, la verdad”.

Y es que Llocnou está situado a apenas 500 metros del centro comercial de Alfafar, un enorme polígono comercial donde están, entre otros, Ikea, Decathlon o Carrefour. Un lugar ideal para que los saqueadores hicieran de las suyas y que, en su huida hacia las poblaciones, acababan pasando por la pequeña población.

Llocnou de la Corona llena de escombros (E.T.)Llocnou de la Corona llena de escombros (E.T.) Llocnou de la Corona llena de escombros (E.T.)

Así estuvieron las cosas durante dos días, con los vecinos encerrados en sus casas sin casi poder salir y, sobre todo los más mayores, con miedo a que les robaran si salían. "Aquí somos solo 94 vecinos y la mayoría son personas mayores. Y además no tenemos policía local porque no quieren dárnosla. Por lo que nuestra única fuerza de seguridad es la comandancia de la Guardia Civil de Alfafar que tiene que cubrir muchos pueblos y hacen lo que pueden. Así que imagina esos días qué seguridad podíamos tener". Quien así se queja es Paqui Llopis, la alcaldesa, quien va recibiendo de vez en cuando abrazos y palabras de ánimo de algunos de sus vecinos y vecinas.

El ambiente cambia un poco con la llegada de un camión que transporta una pequeña retroexcavadora, que es recibida casi con júbilo. Una visita realmente esperada. "Es que es la primera máquina que conseguimos que llegue al pueblo", continúa Paqui, "y la ha traído esta señora". Esta señora es María José, vecina de Llocnou y cuyo marido ha movido unas palancas en Protección Civil de Serra, una localidad en el interior de la provincia, para conseguir obrar el milagro.

Momento en que llega la primera excavadora a Llocnou (E.T.)Momento en que llega la primera excavadora a Llocnou (E.T.) Momento en que llega la primera excavadora a Llocnou (E.T.)

"Si véis las calles un poco ordenadas, es porque el domingo un vecino consiguió que unos tractores de Alfafar se pasaran por aquí y nos retiraran algo de escombros", señala Llopis. Un Alfafar que dista de Llocnou apenas una decena de metros, pero que parece a años luz.

Y es que hasta el domingo el pueblo todavía seguía aislado por el barro y por los coches que el agua había encajado en las entradas. Días antes, entre varios jóvenes habían conseguido mover los coches para permitir al menos un paso. "Y por ahí conseguimos introducir un cargamento de alimentos que traía un trailer que no podía entrar de ninguna manera", explica María Ángeles. "Hicimos una cadena humana entre los vecinos, pasándonos los alimentos hasta el ayuntamiento".

Por su parte, la alcaldesa Llopis, muy disgustadad, lo tiene claro. "Yo solo puedo agradecer el trabajo de los vecinos y de los voluntarios. Si tenemos calles más limpias hoy es gracias a ellos, que están volcados en quitar el fango y quitar escombros. Pero necesitamos mucha más ayuda. Porque nosotros no tenemos nada. Aquí han venido hoy los bomberos, pero ni un militar, ni un policía ha llegado aquí. Y este pequeño ayuntamiento lo que necesita es un policía, al menos uno, pero no nos lo están poniendo fácil".



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