La victoria judicial de los vecinos del Bernabéu ha prendido una mecha. Su batalla ha protagonizado decenas de titulares en prensa, debates entre amigos y charlas de bar: a favor o en contra de su causa, la opinión pública era conocedora de lo que exigían estos residentes. Nadie duda de que su principal denuncia era que el ruido de los conciertos en el estadio estaba perjudicando su día a día. Los decibelios triplicaban la legalidad y, gracias a un minucioso trabajo legal, los vecinos consiguieron tumbar judicialmente el argumento del Real Madrid y del alcalde, José Luis Martínez-Almeida. Su éxito marca ahora la hoja de ruta para otros residentes del país.
"Somos una referencia de por dónde hay que ir", reseña Enrique Martínez, la voz cantante de esta denuncia. "Lo ideal es el diálogo, pero si te toman el pelo, no hay otra vía que la judicial", explica. Este ingeniero de caminos dará una charla el próximo 19 de octubre en el Ateneo de Madrid. La capital acoge, a través de una iniciativa civil, un novedoso congreso antirruido donde participarán abogados, juristas, técnicos, vecinos e incluso expertos extranjeros. La intención es poner sobre la mesa que la contaminación acústica del ocio es un grave problema de salud. "El ruido es una epidemia nacional que las autoridades se tienen que tomar muy en serio", continúa Martínez.
La iniciativa responde a uno de los principales reclamos ciudadanos desde hace un tiempo. Ricardo Bustos, presidente de la Asociación de Vecinos de la Plaza Mayor, lleva años alzando la voz contra los botellones celebrados en este enclave histórico. Es ahí donde los hooligans del fútbol han encontrado un hueco para beber, pasarlo bien, ensuciar la ciudad y atormentar a los residentes. Otros grupos de vecinos, como los del distrito de Chamberí, también clamaron contra el Ayuntamiento de Madrid cuando se impusieron las terrazas covid: alegaron en multitud de ocasiones que el ruido les impedía descansar y pelearon para demostrar su ilegalidad.
"Siempre se empieza la casa por el tejado", reseña Yomara García, presidenta de Juristas Contra el Ruido (JCR) y portavoz de la Campaña Contra el Ruido (CCR), ambas de carácter nacional. García se refiere a que el conflicto con el ruido "se está produciendo en muchas ciudades" y que "las terrazas provocan problemas increíbles para las familias" porque "no hay inspecciones".
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Agustín Marco
El hartazgo generalizado culmina en este encuentro. La cita ha sido impulsada por la Federación de Asociaciones Contra el Ruido, formada por 35 organizaciones de todo el territorio nacional afectadas por el impacto negativo de actividades de ocio al lado de sus viviendas. Esta lleva cinco años movilizada y, cuando propusieron a Martínez ser uno de los ponentes, no se lo pensó dos veces: "Nos pareció interesante. Hay gente que vive con una situación monstruosa y nadie, nadie les hace caso". Para seguir el evento –tanto en el Ateneo como online– será necesario inscribirse. Y, además de la participación de los vecinos del Bernabéu como faro en la causa, también habrá conferencias de expertos de diferentes materias.
Una de las claves del evento radica en la participación de UMRAE, un laboratorio de investigación mixto de la Universidad Gustave Eiffel y Cerema, dos organismos públicos franceses destinados a buscar soluciones al impacto del ruido. "Tendremos una videollamada con ellos", señala Yomara García. En el evento se presentará una aplicación móvil que puede servir de herramienta para los habitantes.
NoiseCapture, la app, está destinada para que los ciudadanos puedan medir el nivel de ruido a su alrededor. "De momento está solo para Android", señala Ricardo Bustos, muy involucrado en el Congreso. No solo eso; también se impartirá un taller para calibrar los teléfonos. La medición no registra datos oficiales, sino que se extraen de "mapas colaborativos" donde expertos van añadiendo registros. "Queremos que en España también se hagan mediciones de ruido del ocio", continúa García.
Los mapas cartografiados tienen datos de todo el globo. Este periódico ha recogido las cifras correspondientes a la ciudad de Madrid. Según los registros de los académicos franceses, la máxima zona de ruido de la capital es el entorno de La Paz, donde en junio de este año se alcanzaron los 111 decibelios. Los barrios de Justicia, Berruguete y Cortes también superan los 110. Estas áreas cuentan con multitud de edificios históricos que, según García, pueden verse perjudicados por el exceso de volumen porque las "vibraciones" generan "fisuras" en las infraestructuras.
Cabe destacar que, en el mapa, el dato de Hispanoamérica -la ubicación más cercana al estadio merengue- no supera los 85 decibelios porque la fecha del análisis data de 2022; es decir, antes de que se inaugurase el nuevo estadio. La Ordenanza de Protección Contra la Contaminación Acústica limita la cifra a 55; un número que se sobrepasa con creces en muchos casos.
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