Danielle llegó hace cuatro años a Madrid desde Roma. A pesar de eso, en su día a día habla sobre todo en italiano, razón por la que conversa con un castellano algo inseguro en el que se mezclan palabras de un idioma y del otro. Casi todos sus amigos son italianos, trabaja en un restaurante italiano y vive en el barrio italiano. Danielle, de 33 años, ha podido construirse una vida en Madrid sin salir de su país. Tanto es así que compra su pasatiempo favorito, una revista en italiano, en el quiosco de abajo de su casa, en la calle Río Rosas.
Danielle es solo uno de los 30.000 italianos que viven en la ciudad y, como él, un tercio de ellos residen en el distrito de Chamberí, según los últimos datos del Ayuntamiento. La razón por la que la mayoría de estos se agrupan en estas calles es simple. Viven allí para estar cerca de la escuela italiana, del consulado y la Cámara de Comercio. Todo está en la misma manzana.
Desde hace 40 años, a su alrededor se han abierto decenas de mercatos, gelaterias y trattorias que han convertido el barrio en el little Italy madrileño. Por sus calles se puede escuchar a la gente saludarse entre negocios: "Buongiorno", a lo que algunos responden con un simple: "Buenos días".
Grandes camiones distribuyen productos italianos a los restaurantes. La Academia del gusto lleva décadas trayendo todos los días embutidos desde su fábrica en Bologna. "Seguimos la receta tradicional de nuestros embutidos, y todos son sin gluten, sin lactosa y sí colorantes", aclara un dependiente del local.
"La calle Ríos Rosas en Madrid ha experimentado en los últimos años un notable auge de la presencia de comercios italianos, especialmente restaurantes, pizzerías y tiendas gourmet que ofrecen productos de alta calidad. Este fenómeno no solo enriquece la oferta gastronómica de la ciudad, sino que también refleja la creciente importancia de la comunidad italiana en la capital", aseguran desde La Cámara de Comercio e Industria Italiana para España.
Para los italianos residentes en la capital, estos negocios no solo son un espacio de conexión cultural y culinaria, sino también un puente que les permite compartir su rica tradición con los autóctonos. "La demanda creciente de productos italianos en esta zona pone de manifiesto el aprecio que los madrileños tienen por la cocina italiana, consolidando así la relevancia de este sector en la economía y cultura de la ciudad", afirman desde la Cámara de Comercio.
Uno de los primeros restaurantes que abrió en la zona fue Il Pastaio, un local donde venden todo tipo de pasta fresca. "Llevamos 25 años alimentando a todos los italianos y argentinos del barrio", asegura la dependienta, que ha visto cómo cada vez más españoles también están añadiendo la pasta a su menú. "Lo que más se vende son los ñoquis y los ravioli de trufa", dice orgullosa mientras suena de fondo la radio italiana.
"La gente que está aprendiendo nuestro bello idioma viene aquí para practicar con los dueños de los comercios", explica la dependienta del local, que asegura que ellos fueron los primeros en llegar y que después vino el resto. "La competencia no es un problema, cuanto más, mejor", dice.
A pocos metros se encuentra La Taberna de Francesco, un pequeño bar con aroma a Sicilia en donde el capuchino y el limoncello son los reyes del lugar. "Bellaa, bellisisima", se escucha gritar detrás de la barra al dueño. "Llevamos 20 años viviendo en el barrio, nuestros hijos van al cole italiano y nos encanta tener la Cámara de Comercio italiana tan cerca", dice Sara González, de 45 años, que asegura que llegó por amor y se quedó cocinando las recetas de la nonna de su pareja.
"El 90% de las empresas italianas encuestadas considera a España como un mercado estratégico para el desarrollo de su modelo de negocio. En este sentido, tres de cada cuatro empresas (75,9%) han señalado que parte del carácter estratégico del mercado español reside en su posición como plataforma de acceso a terceros mercados: especialmente, la región de América Latina (27,6%) y Portugal (25,9%)", explica La Cámara de Comercio Italiana.
A pocas calles también se encuentra la Librería Italiana, que lleva 40 años en la misma esquina. “Vendemos todo tipo de libros en italiano para los niños y sus padres”, explica el dependiente.
"La zona en la que se encuentra el consulado, llamada Los Nuevos Ministerios, se ha convertido en el centro de múltiples actividades del colectivo italiano de Madrid. Aquí se pueden encontrar también numerosos bares, cafeterías y restaurantes de estilo y cocina italianos, así como tiendas de productos típicos de nuestro bello país", aseguran en la web del consulado italiano sobre el barrio Chamberí. El little Italy madrileño conquista la ciudad y gana espacio.
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