El Tribunal Supremo ha rechazado el último recurso del futbolista brasileño Matheus Fernandes contra el Barça por "despido improcedente". Tras una primera sentencia que obligó al club a pagarle más de 7,7 millones de euros de indemnización, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) rebajó esta cantidad hasta los 731.000 euros en julio de 2023. La defensa de Fernandes confiaba en revertir esta decisión en el Supremo, pero en una resolución del 10 de septiembre a la que ha tenido acceso El Confidencial, la Sala de lo Social de este tribunal rechaza sus argumentos: "Declarar la inadmisión del recurso de casación para la unificación de doctrina".
El paso de Fernandes por el Barça es la historia de un despilfarro. Tras pagar más de 8,6 millones de euros al Palmeiras por su fichaje en enero de 2020, el club lo cedió al Valladolid, donde apenas jugó tres partidos. La temporada siguiente volvió al Barça, pero el entonces entrenador, Ronald Koeman, no contó en ningún momento con él. De hecho, después de la llegada de Joan Laporta a la presidencia del club en marzo de 2021, el equipo técnico no dudó en desmarcarse del fichaje y advertir a la directiva de que el jugador carecía "del nivel físico, técnico y actitud para formar parte de la plantilla", tal y como destacó el propio TSJC en su sentencia de hace un año.
Su temporada se saldó con 17 minutos jugados y el 29 de junio de 2021 el club le comunicó su despido disciplinario: "Afirma que el bajo rendimiento apreciado ha conllevado que haya participado en pocos partidos, no habiendo asumido el rol de jugador de élite por el que fue contratado, ni alcanzado las expectativas que justificaron la contratación (...) por falta de implicación y desinterés en los entrenamientos". Fernandes decidió plantar cara y recurrió a los tribunales para reclamar 14,8 millones al Barça.
La demanda quedó en manos de un juzgado Barcelona y, justo antes de dictarse sentencia, el club pagó 810.000 euros a Fernandes por la rebaja salarial común que la plantilla había pactado en 2020. El juzgado consideró que esta cantidad era insuficiente y condenó al Barça a abonarle otros 7,7 millones de indemnización, sumando a su vez un 10% de los mencionados 810.000 euros por el tiempo que había tardado en pagárselos. "El juzgador de instancia (...) pone de relieve la imposibilidad de imputar al demandante el que no hubiera participado en los partidos, al ser decisión del entrenador y el equipo técnico", señaló la sentencia frente a los argumentos del Barça.
No conforme con esta decisión, el club recurrió al TSJC. La Sala de lo Social de este tribunal no cuestionó "la inexistencia de un incumplimiento grave y culpable imputable al jugador basado en el rendimiento exigible", pero sí apuntó a que el juzgado de Barcelona había errado en su interpretación sobre un aspecto fundamental: la cláusula que incluía el contrato entre Fernandes ante un posible "despido improcedente" por parte del Barça. El debate se centró a partir de ahí en si esta cláusula resultaba "abusiva".
Si el jugador decidía de manera unilateral "desvincularse del contrato y prestar sus servicios profesionales en otro club", esta cláusula le obligaba a pagar 300 millones como indemnización al Barça. Si, por el contrario, era el propio club el que decidía romper su acuerdo con Fernandes, la indemnización que este cobraría quedaba en "dos mensualidades". El juzgado de Barcelona consideró que esta cláusula no podía librar al club de una indemnización mayor, pero el TSJC corrigió su decisión.
"En cuanto a la comparativa entre la indemnización mínima que percibiría por despido improcedente y la de 300.000.000 de euros exigible al jugador de extinguir el contrato unilateralmente, supone una garantía de reversión de la inversión realizada en el fichaje del jugador ciertamente muy elevada con relación a las, también elevadas, percepciones salariales pactadas", concluyó el tribunal. "Nada obstaba a la posibilidad de fijar en el contrato una indemnización por despido en cuantía superior a las dos mensualidades a cargo de club y no se hizo, posiblemente valorando los demás factores positivos de la contratación para el jugador".
Al aplicar esas "dos mensualidades", la indemnización pasó de 7,7 millones a 731.000 euros, pero sin variar en lo referente a los 810.000 que el club ya le había pagado. El futbolista recurrió al Supremo y, entre otros argumentos, defendió que la cláusula sobre el despido improcedente era "nula por abusiva". La Sala de lo Social de este tribunal ha rechazado ahora su escrito y apunta que las sentencias a las que se agarraba su abogado para defender su postura en ningún caso contradicen el análisis de fondo del TSJC: "La redacción de las cláusulas contractuales de la sentencia recurrida y de la de contraste no es igual", explican los magistrados.
Este pronunciamiento marca el final de la batalla de Matheus Fernandes con su antiguo club al declarar "la firmeza de la sentencia" con la que el TSJC dejó la indemnización en 731.000 euros. Tras pagar 8,6 millones por su fichaje y jugar 17 minutos durante un partido contra el Dinamo de Kiev, esa es la factura final para el Barça.
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