El municipio palentino de San Cebrián de Mudá alberga, gracias a su entorno privilegiado, la Reserva Natural del Bisonte Europeo (Bison Bonasus). Un espacio de 20 hectáreas de robledal y praderas que ofrece la posibilidad de observar varios ejemplares de este animal en estado de semilibertad. El objetivo con el que nació este proyecto fue la recuperación de una especie que en 1927 estaba completamente extinguida, y consiguió ser recuperada. Ahora la disfrutan centenares de visitantes que cada año pasan por este enclave, situado en plena montaña palentina. El empeño de Jesús González, antes alcalde de San Cebrián de Mudá, lo puso en marcha.
El valor natural que tiene este espacio es incalculable y no solo por lo que alberga, sino también por la transformación que sufrió el municipio del que forma parte dejó de ser un valle minero para convertirse en una verdadera reserva natural. Todo ello lo ha llevado a considerarse el "kilómetro cero" a nivel mundial del Bisonte Europeo en la Península Ibérica.
González, además de ser el regidor de San Cebrián de Mudá durante más de 30 años, no ha dejado de trabajar por recuperar una memoria cultural que no olvide lo que pequeños pueblos como el suyo fueron en un pasado no tan lejano, cuando la minería movía el mundo y este municipio formaba parte de un engranaje tan esencial.
“Después de más de cien años de minería del carbón y de asistir al desmantelamiento de la actividad, generando una amenaza de despoblación, la escasa actividad de las distintas administraciones nos dejó solos ante el peligro. La actividad dejó de existir y la gente lloró por la mina, ya que los más mayores ya no soñaban con envejecer y terminar sus días en su pueblo”, recuerda González.
Ante esta situación, el pueblo encontró este proyecto como vía de reconversión ante la falta de ayuda externa y “nos inventamos este proyecto a través del gran bisonte” al mismo tiempo que “nadie daba un euro por nuestras ideas, porque nadie conocía ni había leído el modelo de renaturalización que pretende gestionar espacios con animales en peligro de extinción. A los ganaderos, cazadores, incluso naturalistas y algún ecologista no les gusto mucho la práctica del Rewilding”, remarca.
“El caso es que fuimos los primeros en devolver a la cordillera cantábrica al tótem de los animales salvajes, y continuamos. Todo ello gracias a los Fondos Miner, y a la aportación del Instituto para la Transición Justa y de la Junta de Castilla y León, que fueron convencidos para poner en marcha este proyecto”, destaca.
Reclamo turístico
El exalcalde agrega que "más de 80.000 personas han pasado por la reserva", y eso ha dejado "sustento para los bisontes y cinco puestos de trabajo". Ni que decir tiene que, en la montaña palentina, "restaurantes, hoteles y demás actividades turísticas se han beneficiado de este proyecto". El antiguo regidor defiende que esta especie única debe pacer por los bosques, ya que, allí donde se encuentra, como es en este caso, logra mejorar todo su entorno suponiendo un aumento de la calidad del ecosistema y la biodiversidad, favoreciendo también a otras especies de animales, según queda también aquí demostrado.
En San Cebrián de Mudá, hace décadas todo un pueblo vivía de la actividad minera. Al terminar esta, la mayoría de los vecinos se vieron obligados a emigrar fuera en busca de nuevas oportunidades laborales y de vida. Quienes quedaron trataron de reconvertir la mina en el mayor semillero de planta silvestre y árboles de planeta.
Los antiguos edificios de la mina también se convirtieron en la Primera Universidad Rural, donde podían desarrollarse todo tipo de estudios medioambientales o sobre el cambio climático, así como la gestión de especies y sostenibilidad y otros ámbitos similares. Por eso, cuando se puso en marcha el proyecto de esta reserva natural no se quiso que fuera un zoológico ni un lugar en el que tener expuestos los animales.
La iniciativa, por tanto, ha supuesto una segunda oportunidad no solo para estos animales sino también para todos aquellos que, gracias a ella, pueden seguir viviendo en la conocida como España Vaciada, creando una auténtica cultura alrededor del bisonte europeo y generando interés por una especie única. Lo que se pretende es preservar esta especie y que estos animales cuenten con libertad, por eso, los visitantes son siempre prevenidos de que es posible que puedan ver a los bisontes, pero nunca se les da esa certeza. Quienes pasan por este recinto pueden elegir realizar el recorrido de diferentes formas, andando, en bicicleta o en todoterreno.
7.000 visitas anuales
Todos ellos, quienes previamente pasan por el centro de interpretación del Bisonte Europeo, van acompañados en todo momento por una guía que les aporta toda la información necesaria sobre la fauna y flora que alberga la reserva natural. Solo este mes de agosto, la reserva natural ha tenido 989 visitas que no han querido perderse los 12 bisontes y 23 caballos salvajes con los que cuenta. Se prevé que el año pueda cerrar con más de 7.000 visitas que sustentan un proyecto que cuesta cerca de 130.000 euros anuales poder mantener.
“Nuestro futuro con una especie tan endogámica tendrá sobresaltos y tendrá también buenas noticias, como siempre nuestro empleo será seguir teniendo pueblo y el beneficio, salvar en lo posible nuestro planeta. ¿La obligación? Trabajar en local y pensando en global a través de nuestro proyecto. Tenemos que seguir teniendo más animales, más puestos de trabajo, más y mejor naturaleza y mucho cariño a nuestro estupendo planeta”, proyecta el creador de este lugar único.
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}