La bailaora Sara Baras cambió anoche el baile por la palabra para convertirse en la pregonera de la edición número 23 de la Bienal de Flamenco de Sevilla, una cita que comenzó en 1980 y que ha pasado por todo tipo de etapas en estos 44 años de existencia: desde ser el gran referente mundial del sector a ser un evento que en ocasiones ha pasado desapercibido para los propios sevillanos.
La proliferación de cientos de festivales y eventos flamencos por toda España y el extranjero (desde el Flamenco On Fire de Pamplona al Flamenco Festival de Nueva York) han desdibujado de alguna forma a lo largo del tiempo la singularidad de acudir a la capital andaluza para ver un buen espectáculo de cante, baile o guitarra.
Por eso, en esta ocasión, el Ayuntamiento de Sevilla ha querido dar un nuevo impulso a esta Bienal de Flamenco para reclamar a la ciudad como epicentro de este arte declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad el 16 de noviembre de 2010 por la Unesco. El lema elegido es un claro grito sobre lo pretendido: “Ole de nuevo”.
Y para ello ha programado 62 espectáculos (17 son estrenos absolutos) muchos de los cuales no podrán verse en otros sitios. Son las denominadas “Noches únicas”, 30 espectáculos que apuestan por la colaboración entre artistas exclusivamente para este certamen. Son citas especiales que pretenden que al aficionado le merezca la pena acudir a Sevilla desde hoy y hasta el día 5 de octubre para ver algo que solo va a suceder en la capital andaluza en este tiempo.
Un buen ejemplo es el que se vivirá hoy mismo en el Teatro de la Maestranza con el espectáculo de Homenaje a Paco de Lucía, al cumplirse diez años de su fallecimiento, que reunirá nada menos que a Tomatito, Miguel Poveda, Israel Fernández, Aurora Vargas, Farruquito, Diego del Morao, José del Tomate, José María Banderas, Antonio Sánchez, y Paquete, entre otros, en un gran espectáculo absolutamente único e irrepetible que hará las delicias de los amantes del flamenco.
Sin embargo, los responsables de la Bienal aspiran a que no sólo los ya entendidos disfruten de estas creaciones sino a ampliar espectadores atrayendo a un público tan diverso como es el propio flamenco, como demuestra el cartel anunciador, obra de Miquel Barceló.
Para ello, este año el certamen va a contar prácticamente con todas las figuras más conocidas y reconocidas del mundo en el flamenco, artistas consagrados que van a alternarse con las jóvenes promesas. Desde Eva Yerbabuena a Arcángel, pasando por Manuela Carrasco, Farruquito, Esperanza Fernández, Israel Galván, Rafael Riqueni, Antonio Canales, Raimundo Amador, Rafaela Carrasco, Ricardo Miño, Andrés Marín, José de la Tomasa, Argentina, Manuel Liñán y un sin fin de cantaores, bailaores y guitarristas que vuelven a Sevilla para conquistar la capital del flamenco.
Algunos lo han hecho ya mucho antes de pisar los escenarios. Casi la mitad de los espectáculos tienen las entradas agotadas y algunos, como Miguel Poveda -el hijo pródigo que vuelve a La Bienal tras 14 años ausente- tendrá que hacer doblete tras agotar las 1.800 butacas del Maestranza en unas horas. También dos pases tendrá que hacer David Dorantes de su espectáculo en la Iglesia de San Luis para calmar la demanda de los aficionados.
Otros muchos espectadores se quedarán con las ganas de ver la nueva genialidad de Israel Galván, que clausurará este festival con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) para la interpretación de “Carmen” en el 150 Aniversario de la obra de Bizet. Un programa en colaboración con el Teatro de la Maestranza, el Teatro de la Ville y la Ópera de Lyon que ha levantado gran expectación.
Tampoco ha pasado desapercibido el gran encuentro que van a protagonizar figuras estrellas de los años 70, algunas de ellas ya retiradas y que son los últimos de una generación, en el espectáculo “Por los siglos del cante”. José de la Tomasa, Calixto Sánchez, Juan Villar, Marcelo Sousa, Romerito de Jerez y Nano de Jerez darán su lección magistral en el Real Alcázar de Sevilla. Frente a ellos, el Teatro Central o el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) acogerán los espectáculos con las vanguardias del flamenco.
La Bienal de 2024 contará para estos espectáculos con diez espacios por toda la ciudad, incluyendo algunos nuevos como el Muelle Camaronero en plena Calle Betis junto al río Guadalquivir. El Ayuntamiento ha tenido que buscar este año alternativas originales ante la falta de dos recintos emblemáticos como el Teatro Lope de Vega y el patio del Hotel Triana -ambos en obras-.
Es uno de los principales problemas al que se ha tenido que enfrentar el joven nuevo director del festival, el periodista Luis Ybarra, que, a cambio, cuenta este año con uno de los mayores presupuestos de la Bienal y un fuerte apoyo tanto de la administración como de los propios artistas para conseguir el objetivo de intentar volver a situar a Sevilla como epicentro de los certámenes de este arte.
También el sector turístico de la ciudad se volcará para que esta cita vuelva a estar señalada como imprescindible para muchos turistas extranjeros que en las últimas ediciones han decaído. Por ejemplo, la pandemia provocó un enorme descenso de uno de los mayores colectivos de turistas de La Bienal: los japoneses, que no sólo acudían en masa a este festival, sino que muchos de ellos aprovechaban su estancia en Sevilla para dar clases de flamenco, llenando todas las academias de la ciudad.
El Ayuntamiento pretende que La Bienal impregne todos los barrios y se note en la calle, como ayer ya hizo nada menos que el Ballet Flamenco de Andalucía con un flashmob que interpretó en el emblemático Parque de María Luisa junto a decenas de estudiantes con los sones de “Río de la miel” de Paco de Lucía, con una coreografía de del BFA, Patricia Guerrero, Premio Nacional de Danza. Un acto popular y festivo para anunciar que comienza el gran festival que solo llega cada dos años y que quiere ser único e irrepetible.
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