El actor desvela que perdió 23 kilos y se alimentaba de atún y pepino para la transformación física más desafiante a lo largo de su carrera.
Hay actores que han hecho de los cambios de peso por exigencias del guion una especialidad. Entre los casos más destacados, está el de Christian Bale, que ganó una insensata cantidad de kilos para interpretar a los protagonistas de La gran estafa americana o El vicio del poder, y se quedó en los huesos para El maquinista o The Fighter.
Ahora ha sido Orlando Bloom el que se ha sometido a una estricta dieta para perder peso para The Cut, su último trabajo de la mano del director Sean Ellis. En el filme, el actor da vida a un boxeador retirado al borde del colapso cuando decide volver al ring y debe perder kilos a toda prisa para un combate.
En una habitación en Las Vegas, el protagonista, guiado por un entrenador sin escrúpulos (John Turturro), hará lo que sea por conseguir su objetivo en esta última oportunidad para alzarse con el título, aunque se juegue la vida.
Ahora, en un encuentro con Variety en el Festival de Toronto, el británico ha desvelado que perdió 23 kilos en tres meses antes de arrancar el rodaje del filme, que también cuenta con Caitriona Balfe en el reparto. "Básicamente fui reduciendo comida durante un periodo de tres meses hasta justo antes del rodaje, cuando estaba en mi mayor delgadez", ha explicado.
"Perdí 23 kilos y pesaba 83 kilos cuando empecé", ha revelado sobre su drástica transformación: "Así que perdí bastantes kilos y fue todo un desafío mental también. Cuando alimentas a alguien con atún y pepino el suficiente tiempo...".
La transformación más brutal de Orlando Bloom
Como decíamos, el boxeador protagonista de The Cut está inmerso en un viaje tormentoso para perder peso. Ellis rodó el filme en orden cronológico inverso, permitiendo a Bloom que recuperara su peso a medida que avanzaba la producción.
"El cerebro está hambriento de calorías, básicamente", ha explicado el director sobre la decisión de que Bloom perdiera peso antes del rodaje: "Iba a ser imposible para él trabajar mientras hacía la dieta. Así que llegó al set cuando menos pesaba y después empezó a comer. Tuvimos que rodar el final primero y el principio de la película al final. Durante los 25 días que rodamos, él introducía más calorías. Y después lo editamos a la inversa".
Para Bloom, esta transformación física extrema fue más "emocionante" que "desalentadora": "Me sorprendió más el aspecto mental, cosas como la privación del sueño, que la reducción de calorías. Están pasando muchas cosas en tu cerebro... Vivir en ese espacio mental por un tiempo fue muy desafiante".
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