El pueblo del norte de Portugal en la frontera con España: aguas termales y un majestuoso hotel


         El pueblo del norte de Portugal en la frontera con España: aguas termales y un majestuoso hotel

Punto de partida de la conocida ruta N2, este pueblo del norte de Portugal es ideal para una escapada de relax y bienestar gracias a su balneario, entorno natural y buena gastronomía (sobre todo para los amantes de la carne de cerdo).

La vecina Portugal es un destino habitual entre los españoles, ya sea por las fascinantes urbes de Lisboa y Oporto, el encanto de pequeñas localidades como Óbidos o por las playas de Algarve. Si ponemos la lupa en la frontera norte, la parte que colinda con la provincia de Ourense, encontramos el apacible pueblo de Chaves; ubicado a una hora en coche de la ciudad de Ourense y a media hora de Verín.

Chaves, ubicada en la región de Trás-os-Montes, es una localidad cuya historia se remonta a la ocupación romana de Portugal. El emperador Flavio Vespasiano la denominó "Acquae Flaviae" por las aguas termales aquí situadas. Con una temperatura de 73ºC, estas aguas curativas hacen de Chaves un destino ideal para destensar los músculos y pausar el ritmo.

Arquitectura romana y medieval

Aquellos amantes de los viajes de carretera y en caravana sabrán que la N2 de Portugal es una de las rutas más conocidas del país al recorrerla de norte a sur. Chaves es el punto de partida.

Con un pequeño y sobrio casco histórico de calles empedradas destaca el castillo y su robusta Torre del Homenaje, ubicada junto a un tramo de la muralla. Chaves fue un baluarte importante de Tras-Os-Montes desde el siglo XIII.

La entrada más bonita a Chaves es por el Puente de Trajano, un puente romano integrante de la vía romana XVII que conectaba Braga (Brac cara Augusta) y Asturica (Astorga). Formado por 18 arcos, aunque visibles solo quedan doce, atraviesa el río Támega y su construcción empezó en el año 104 d.C.

Relax y buena gastronomía

Su posición estratégica y sus aguas termales son dos aspectos fundamentales de Chaves. Bien pasadas las guerras con Castilla y donde Napoleón sufrió su primera derrota en suelo portugués, el principal atractivo de Chaves son sus aguas termales.

Para disfrutar de ellas, una de las opciones son Las Termas de Chaves, un balneario junto a la fortaleza y frente al río. Los circuitos y visitas al spa parten de los 25 euros por persona.

También se puede optar por el Parque Termal de Vidago, a unos 18 km de Chaves y que acoge en la actualidad un complejo hotelero íntimo y sofisticado con spa y campo de golf. Las visitas del rey Don Luis I entre 1875 y 1877 vincularon este lugar con el termalismo de élite y en el que actualmente encontraremos Vidago Palace Hotel, un conjunto ideado por este monarca, inaugurado en 1910 y rehabilitado este siglo. La noche cuesta una media de 235€ por habitación.

Cubiertas las necesidades de relajación, toca satisfacer al estómago. En Chaves se come mucho jamón, la "alheira" y el "fumeiro" (embutidos ahumados con una técnica típica de allí). La carne de cerdo está muy presente en varios platos, como el cocido, el caldo a la Trasmontana o en los pasteles de Chaves (panes rellenos de carne de cerdo). Incluso cuenta con su propia raza, el "porco" bísaro.

Para los paladares sibaritas, la localidad de Chaves cuenta con dos restaurantes dentro de la Guía Michelin. Por un lado, el elegante Salão Nobre (en el Vidago Hotel Palace), y, por otro lado, y junto a las Termas de Chaves, está Carvalho, de cocina tradicional.

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