Cuando Noel Gallagher fue un extraño en Valencia: el antecedente necesario de Oasis

Cuando Noel Gallagher fue un extraño en Valencia: el antecedente necesario de Oasis

En 1994, esa monumental banda de rock americana de la década de los setenta llamada The Eagles anunció su regreso a la música tras una separación que duraba catorce inviernos. Aquel mismo año, debutaba Oasis con su inspirado álbum 'Definitely Maybe' y los amantes de las sonoridades británicas pertenecientes a la última generación X y a los primeros millennials recordarán con intensidad aquel rito iniciático de adolescencia. En cambio, el retorno a los escenarios de los dinosaurios del country rock estadounidense no significó nada para los jóvenes que creaban tendencia a mitad de los noventa.

En 1989, un lustro antes del estreno discográfico de Oasis, un Noel Gallagher de 22 años aterrizaba en la discoteca Barraca, en Sueca. Ni un solo valenciano recuerda haberlo visto. En 1991 volvería a Valencia. Fue el jueves 30 de mayo, con la sala Arena Auditorium a medio gas. No hay memoria colectiva sobre él, nadie repara en los probadores de baterías. El hermano mayor de Liam trabajó para la banda inglesa Inspiral Carpets como pipa, cargando y testando instrumentos, a lo largo de varias giras mundiales. En 1988, durante la celebración de un concierto de The Stone Roses en su Mánchester natal, Noel había entrablado amistad con Graham Lambert, guitarrista de los Carpets, y se presentó a las pruebas para convertirse en vocalista del grupo. Perdió ante Tom Hingley, pero aceptó unirse a ellos como apoyo técnico, ejerciendo labores logísticas durante tres años.

El profesor Marcos Rubio (Aspe, 1968) dirige el programa musical 'La línea del cielo' en Radio Godella y colabora en diversas publicaciones culturales: “El periodista radiofónico Jorge Albi promocionaba diariamente en su programa 'La conjura de las danzas' estos conciertos, radiaba a los grupos del Sonido Mánchester que estaban en plena explosión porque pinchaba los discos de importación de Radical Records -tienda de vinilos de Juan Santamaría en la calle Joaquín Costa del barrio del Ensanche- y ejercía de promotor de las bandas británicas en Valencia”.

La primera visita de Inspiral Carpets y Noel Gallagher a la ciudad aconteció en la fiesta de 'La conjura de las danzas' organizada por Albi, junto a Carlos Simó (Barraca) y Radio Color (Cadena Rato), un viernes 16 de junio de 1989. Significaba el debut en España del grupo de cabecera de la nueva música británica, Happy Mondays. Por aquel sarao también desfilaron The La's, The Pop Gun, Kid Pharaon, Los Flechazos, Los Coyotes y todas las cápsulas verdes de mescalina necesarias para convertir las modernas raves inglesas de suelo industrial y cielo plomizo en viajes tecnicolor por las playas de Les Palmeres y Mareny de Barraquetes.

El cronista musical Juanjo Mestre asistió al segundo acercamiento a Valencia de los Carpets, en esta ocasión en Arena Auditorium. “Entre la pandilla de amigos pegó fuerte el Sonido Mánchester. Escuchábamos a Mock Turtles, James, The Stone Roses, Real People, Nautical William... Inspiral Carpets no eran mis favoritos, pero me interesaban temas del disco 'The Beast Inside' (1991). El concierto fue soso, impostado y falto de naturalidad. A partir de entonces me parecieron en una división inferior a los antes nombrados. Por otra parte, siempre pensé que la primera gran influencia de Oasis era Inspiral Carpets, más que los Beatles”.

En 1991, Liam Gallagher rebautizó a The Rain, grupo al que acababa de incorporarse, como Oasis. Tras finalizar aquella gira, los Carpets despidieron a Noel como asistente, y el mayor de los hermanos se unió a Oasis para ejercer de compositor y cerebro logístico aprovechando la experiencia adquirida en el sector.

La vuelta de Oasis programada para 2025, después de quince años fuera de escena, ha propiciado un debate polarizado sobre el estatus de la banda en la historia de la cultura pop. ¿El último gran grupo del rock o un subproducto inflado por la influyente prensa inglesa?

Aplicando algo de rigor histórico, con datos fríos y contextos amplios, y orillando los sesgos particulares, en la extensa continuidad de aquella música pop nacida a mitad de los años cincuenta y que hoy permanece intacta con la mezcla de otras sonoridades más allá de las guitarras, podríamos aventurar que desde el 29 de agosto de 1994, fecha en la que 'Definitely Maybe' se convirtió en el debut más vendido de la historia, hasta el concierto de Oasis en Knebworth Park, con el que alcanzaban los 500.000 espectadores en dos días, un 11 de agosto de 1996, los Gallagher fueron hegemónicos en la cultura rock, tanto para el público como para buena parte de la crítica. Más allá de esta cronología el análisis se enfanga con bagaje identitario, nostalgia y un exceso de carga emocional por devoción o reacción.

La hoy certificable irrelevancia de los Eagles de los años noventa, a excepción de su burbuja generacional, pese a vender todas las entradas de aquella gira colosal, será quizá la de los Oasis de 2025. Una nota a pie de página frente a la trascendencia de obras que propulsaron los sonidos de su tiempo como 'Desperado' (1973), 'One Of These Nights' (1975), 'Hotel California' (1976), 'Definitely Maybe' (1994) y 'What's the Story, Morning Glory' (1995).



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