El Juzgado de Instrucción número 1 de Orense ha archivado el caso abierto contra la exconcejal del PP Carmen Carballo, que fue imputada tras ser acusada de esclavizar presuntamente a una joven mexicana durante once años en su casa. La Justicia decreta el sobreseimiento provisional dos años después de que El Confidencial desvelara que la chica escapó y se presentó en plena noche ante la Embajada de su país en Madrid pidiendo auxilio. La expolítica estaba acusada junto a su madre de un delito de trata de seres humanos, contra los ciudadanos extranjeros y contra los derechos de los trabajadores y amenazas.
El juez no se cree el relato de la denunciante, que declaró recientemente desde México. El caso se inició con una denuncia de la Fiscalía en la que se avanzaba que la exdirigente presumía de su influencia política y de sus contactos en la Policía, por lo que le avisó a la mujer mexicana de que nadie la creería si denunciaba. Carmen Carballo, concejal del PP en Ourense en el momento en el que se produjeron los hechos, se sentará esta semana en el banquillo por otro caso acusada de coacciones, según informa el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
Esta exconcejal y su madre tenían negocios en México y allí es donde conocieron a la joven. Según la denuncia del Ministerio Público, le propusieron viajar a España para trabajar como "dama de compañía" a cambio de un sueldo. Ellas se ocuparían de todo, incluso de comprarle el billete de avión. La mujer mexicana, que entonces tenía solo 18 años, aceptó y llegó a España el 10 de diciembre de 2010. Se instaló en Ourense, donde ejerció como empleada doméstica al cuidado de los padres de Carmen Carballo.
Limpiaba el domicilio y otras casas de la familia, también el de Carmen Carballo. Pero según la Fiscalía, trabajaba "sin percibir salario alguno por su trabajo y sin ser regularizada administrativamente y sin reconocimiento de los derechos establecidos, ni habiendo estado nunca dada de alta en la Seguridad Social". Añade la denuncia inicial que le retiraron el pasaporte y que le impidieron comunicarse con su familia, "salvo en contadas ocasiones".
En el año 2016, la familia de la joven mexicana denunció su desaparición ante las autoridades de su país, que iniciaron una búsqueda de la mujer en España. La Fiscalía concluye que "durante el periodo de once años que estuvo al servicio de las denunciadas, recibió constantes amenazas por parte de las mismas en las que se le decía que, si abandonaba el trabajo, su familia tendría represalias" en México.
Añade la denuncia del ministerio público que la denunciante fue "golpeada en numerosas ocasiones" por parte de Carmen Carballo. No fue hasta ocho años después de llegar a España cuando a la joven se le otorgó una autorización de residencia, tras pedir la condición de protección internacional. Durante la tramitación, las denunciadas le quitaron la documentación.
"La presunta víctima escapó en 2022 de Ourense cuando la exconcejal le dijo que su madre había muerto por Covid"
La presunta víctima escapó en 2022 de Ourense cuando la exconcejal le dijo que su madre había muerto por Covid. Era mentira. La joven pidió regresar a su país, pero las denunciadas se lo impidieron y le amenazaron con enviarle a la cárcel, siempre según la denuncia que presentó la Fiscalía. Aun así, decidió escapar y en su fuga contó con la ayuda de una integrante de la familia de las denunciadas. Fue la tía de la exconcejal, que le prestó un teléfono móvil y algo de dinero para que escapara a Madrid, donde contactó con la Embajada.
A pesar de este relato de la Fiscalía, el magistrado del Juzgado de Instrucción número Uno de Ourense, Leonardo Álvarez, ha decidido dar carpetazo al caso en un auto firmado el pasado 18 de septiembre, al que ha tenido acceso El Confidencial. "Procede acordar el sobreseimiento provisional y el archivo de la presente causa al entender que no se deducen indicios suficientes para considerar acreditada la realidad de los hechos", dice. A su juicio, "la única prueba aportada por la denunciante a la presente instrucción es su propia declaración".
La denunciante ratificó su versión el 3 de mayo desde México por medio de una declaración que llegó al juzgado hace apenas unos días vía comisión rogatoria. La joven confirmó que, cuando declaró ante la policía y en el proceso de asilo, mintió en favor de las denunciadas al estar coaccionada. Ya en su país, se reafirmó en su relato y aportó novedades como que le forzaron a realizar trabajos en el campo sin ninguna contraprestación. Indicó que le hacían dormir en un sofá para no manchar las sábanas porque "decían que eran de mucha calidad".
También documentó vejaciones como que Carmen Carballo se echaba yogur en los zapatos y le obligaba a lamerlos mientras le decía que "así es como debe comer un animal". Desde su país, tras dos años lejos de Ourense, relató que la agredían si hablaba con otras personas: "Jalarme de los cabellos, azotarme contra algún mueble, patadas en la cabeza, recibí muchísimas". Alega que de las palizas que recibió sufre una lesión en la espalda que ahora le dificulta encontrar trabajo.
Ninguno de los testigos interrogados "observó a las denunciadas dar un trato vejatorio"
Para el juez es "más creíble la versión de los hechos ofrecida por las denunciadas, que la versión de los hechos ofrecida por la perjudicada". Dice que ninguno de los testigos interrogados en la causa "observó a las denunciadas dar un trato vejatorio". Añade también que "ninguno manifestó que, a su juicio, la joven trabajase por cuenta de las denunciadas y todos coincidieron al afirmar que presentaba un aspecto normal en cuanto a nutrición, vestimenta o aspecto externo".
El auto recuerda cuando la chica mexicana tuvo que declarar en el marco de la búsqueda iniciada por sus familiares: "No hizo ni la más mínima referencia a estar sufriendo alguna conducta delictiva, por el contrario, sus manifestaciones hacen pensar en una relación de auténtica cordialidad". La joven explica que esas son las declaraciones que hizo bajo coacción.
El juez concluye que, si la exconcejal y su madre le dieron durante once años "un techo para vivir, sería razonable pensar que ayudase tanto a Carmen Carballo como especialmente a su madre, pero ello en ningún caso implicaría que estuvo siendo sometida a un trato denigrante y vejatorio y mucho menos la existencia de una relación laboral". Contra este auto hay posibilidad de presentar recursos.
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