Un segundo juez estudió parar la eutanasia de la joven de 23 años a petición de sus amigas

Un segundo juez estudió parar la eutanasia de la joven de 23 años a petición de sus amigas

Un segundo juzgado catalán estudió la semana pasada paralizar in extremis la aplicación de la eutanasia a una joven de 23 años. En este caso fue el Juzgado de Primera Instancia número 8 de Vilanova i la Geltrú, quien aceptó una denuncia presentada por dos amigas de la mujer que pedían parar su muerte asistida programada para el viernes pasado. Coinciden en sus argumentos con la tesis del padre, que alega que su hija padece trastornos mentales, episodios suicidas y constantes cambios de opinión. Menos de 24 horas antes de que se le aplicase la eutanasia, el progenitor logró una paralización cautelar en otro Juzgado de Barcelona.

“Debido al trastorno bipolar que padece, puede sostener opiniones contradictorias en escaso margen de tiempo, no siendo capaz de tomar libremente una decisión  de poner fin a su vida. Su decisión no es individual, madura y genuina, como exige el artículo 4 apartado 3º de la Indicada Ley (que regula la eutanasia). Su consentimiento está viciado. Atraviesa por un estado de confusión que la incapacita para tomar la expresada decisión, y para deliberar adecuadamente”, dice la denuncia presentada el pasado miércoles 31 de julio por estas dos amigas a la que ha tenido acceso El Confidencial.

Dicen conocer a la chica desde hace tres años y en el documento comparten experiencias vividas con ella y planes vitales para acreditar que su deseo de morir es cambiante. Citan haber compartido con ella un viaje a Lourdes (Francia) “en el que se sintió perfectamente”. Al Juzgado han aportado un audio de WhatsApp de su amiga en el que “expresa claramente los planes que está haciendo para ir a vivir con su hermana a un piso y de los problemas de la mudanza desde el hospital. E incluso la posibilidad de efectuar un viaje a Italia,  todo ello en las antípodas de la decisión de quitarse la vida”.

Según confirman a El Confidencial fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), el Juzgado de Vilanova i la Geltrú asumió la denuncia de las amigas el jueves, un día antes de la fecha fijada para la eutanasia. Ordenó que un forense explorase de forma urgente a la joven de 23 años en el hospital Sant Camil de la localidad de Sant Pere de Ribes en el que se encuentra ingresada y en silla de ruedas tras un intento de suicidio hace dos años. El juez optó por archivar sus actuaciones al saber que ya había una causa abierta en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 12 de Barcelona, al que acudió el padre representado por la asociación Abogados Cristianos.

Alejandro Requeijo

Los argumentos de las dos denuncias coinciden. Ambos apelan a los problemas mentales que han sumido a la joven en un estado de confusión, también a que su invalidez no le supone un dolor insoportable y que puede valerse por sí sola. A su juicio, estas circunstancias hacen que no se cumplan los parámetros que exige la Ley de eutanasia para proceder a una muerte asistida, tal y como estaba previsto para el pasado viernes en Barcelona.

La carta en la que pidió tiempo

La segunda denuncia de las amigas aporta más datos de la intrahistoria de la carta de la joven desvelada por este periódico. En un texto escrito a mano con un bolígrafo azul la semana pasada, la mujer pidió más tiempo para madurar su decisión de morir. En concreto, solicitó un aplazamiento de seis meses y admitió estar atravesando “un periodo de confusión”. Se lo dirigió a los médicos que la tratan en el hospital y la registró ante notario.

Paralizan la eutanasia de una joven a petición de su padre

Las amigas narran que al día siguiente les envió un audio de WhatsApp en el que “señalaba haberse sentido engañada, que estaba casi dormida cuando lo escribió, y en definitiva que quería terminar con su vida el 2 de agosto” tal y como estaba previsto. No obstante, sus amigas recuerdan que “escribió la carta libremente. No se limitó a firmar un texto escrito por un tercero, sino que ella la escribió entera de su puño y letra, lo que le llevó un buen rato. Más aún, pretendió rehacerla de nuevo para que quedara ‘más en limpio’. “Una decisión como la de poner fin a la propia vida debe ser madura y no lo es la de quien manifiesta una cosa y la contraria con tan sólo un día de diferencia”, concluyen sus amigas.

El caso vivirá este miércoles un día decisivo. El Juzgado de Barcelona que ha asumido la denuncia del padre ha citado a las partes a una vista para escuchar sus alegaciones. Según una providencia emitida por la jueza a la que ha tenido acceso este periódico, convoca a los implicados una vez que ha recibido la exploración judicial y el informe del médico Forense ordenada por el Juzgado de Primera Instancia número 8 de Vilanova i la Geltru. La previsión es que la jueza tome una decisión sobre el fondo de la cuestión tras escuchar a las partes: la familia, la Fiscalía y la comisión de Garantía y Evaluación de Cataluña que había autorizado la eutanasia.



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