José Antonio Marqués, un vecino de Fabero (León) enfermo de cáncer, ha comenzado este martes un encierro intermitente en el Ayuntamiento de esta localidad acompañado de una huelga de hambre para exigir que se le conceda una invalidez total frente a la del 33% que tiene reconocida en la actualidad.La pasada semana anunció que si no obtenía respuesta a su demanda, este martes iniciaría un encierro indefinido en casa consistorial, aunque lo hará solo mientras esté abierta al público, hasta la 14.00 horas, por lo que su intención es ir y volver cada día.Ha asegurado que tiene una cotización de 27 años como encofrador y que desde que cayó enfermo su estado se ha ido agravando y complicándose con otras patologías hasta hacerse terminal. "Quiero morir en casa", dice, donde tiene una cuidadora desde hace un año a la que tiene que pagar.
Ha insistido en que las cuentas no le salen y que dada su situación debería contar con una ayuda acorde a su estado de salud. Según ha explicado, en enero presentó la documentación a la Seguridad Social para que se le reconociera una invalidez total, pero no ha conseguido ni siquiera una respuesta.
Ha admitido que, ocho meses después, no sabe cómo forzar que el proceso se agilice y recalca que ese ha sido el motivo que le ha llevado a tomar la decisión de encerrarse en el Ayuntamiento.Marqués agradece que desde el Ayuntamiento no le hayan puesto ningún impedimento para llevar a cabo su encierro intermitente y que le han mostrado su apoyo aunque precisan que debe ser la Seguridad Social la que resuelva su caso.
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