Lionsgate, distribuidora tras 'John Wick' o 'Los juegos del hambre', ha estrenado en cines un film que nos devuelve a los tiempos donde el cine era incapaz de entender el videojuego.
En la noche del pasado jueves Borderlands debutó en Rotten Tomatoes con un 0% de críticas positivas. El porcentaje luego se recompuso de forma ligera, pero quedaba meridianamente claro que la nueva película de Eli Roth no había gustado lo más mínimo a la prensa, que además no pudo hacer pública su opinión hasta las horas inmediatamente previas a su estreno mundial. Ya no hay quien esconda que Borderlands es una película muy deficiente, capaz de remitirnos a esa época (los primeros 2000, más o menos) en que Hollywood parecía incapaz de hacer una película solvente partiendo de un videojuego popular.
Borderlands toma su título en efecto de unos juegos muy populares de Gearbox Software. El primero de ellos llegó en 2009 y dio pie a dos secuelas igualmente exitosas, ambientando su historia en un planeta desértico llamado Pandora (nada que ver con los Na’vi). Varias facciones de aventureros y contrabandistas luchan por el control de los recursos de Pandora, articulándose los juegos como una mezcla de first person shooter y mundo abierto muy llamativa por el uso de la estética cel shading (a medio camino de las tres dimensiones y el look de comic). Era un buen precedente para hacer un gran blockbuster.
Parece que Borderlands no ha conseguido serlo, y a falta de ver cómo funciona en taquilla se pueden rastrear los motivos por los que el film tampoco tenía muy buena pinta en primer lugar. Resulta que Borderlands nace del impulso de los hermanos Ari y Avi Arad, productores que han trabajado en Marvel y han seguido vinculados a sus personajes a través del Universo de Spider-Man de Sony. De modo que en su currículum encontramos Venom, Morbius o Madame Web. También Uncharted, otra adaptación de videojuegos que por otro lado no salió demasiado mal, y ya tiene confirmada la secuela con Tom Holland y Mark Wahlberg.
Los Arad llevan queriendo adaptar Borderlands desde hace algo más de diez años. Asociada con la propia Gearbox como productora de los videojuegos y con Lionsgate (un estudio de tamaño medio de Hollywood, que ha financiado franquicias estilo Los juegos del hambre o John Wick), Avi Arad Productions encargó primeramente un borrador de guion que pasó por varias manos. De algún modo llegó a Craig Mazin a finales de la década pasada, cuando acababa de conocer el éxito crítico con Chernobyl y aún no había confirmado su participación en The Last of Us. Una serie basada en un videojuego mucho más aclamada de lo que ha resultado ser Borderlands, quizá porque el guion de Mazin sufrió notorios cambios.
Algo huele a podrido en Pandora
Este libreto convenció a Lionsgate de para dar luz verde a la película, y en 2019 le ofreció dirigir a Eli Roth. Este cineasta, conocido por sus terroríficos trabajos torture porn de años antes (Cabin Fever, Hostel o El infierno verde), acababa de demostrar que podía controlar una producción de público familiar, como podría serlo Borderlands, a través de La casa con el reloj en la pared. De esta película, de hecho, recuperó a Cate Blanchett y Jack Black para que interpretaran a Lilith y Claptrap.
Pero Roth también quiso reescribir el guion de Mazin, y aquí es cuando empieza la confusión. En algún punto Mazin vio que la historia estaba tan cambiada como para decidir abandonar el film y centrarse por entero en The Last of Us: en su lugar aparece acreditado como guionista junto a Roth un tal Joe Crombie. De quien apenas hay información como no sea que Borderlands es su primer guion, así que hay notorias posibilidades de que este sea un seudónimo de Mazin. Por lo que sea, el escritor no quería verse vinculado en lo más mínimo a Borderlands.
Roth rodó Borderlands a lo largo de 2021. De esto ya ha pasado bastante tiempo, y si ha tardado tanto en llegar a cines es por una mezcla de lo atribulado que fue el rodaje inicial (lidiando aún con la crisis del COVID-19) y los reshoots posteriores. En efecto, Borderlands grabó una gran cantidad de metraje nuevo el año pasado, antes de que Lionsgate se decidiera a confirmar su estreno para el verano de 2024. Tales eran los compromisos de rodaje, que Roth no pudo hacerse cargo de ellos (quería dedicarse por entero a Black Friday, que vio la luz a finales del año pasado), y se encargó Tim Miller.
Se trata del director de la primera Deadpool y cocreador de Love, Death + Robots; a priori, un perfil muy apropiado para el tono macarra y scifi que necesitaba Borderla... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}