Medio centenar de agentes de distintas unidades de la Guardia Civil, apoyados por medios técnicos como drones, y el olfato de los perros antidroga, se desplegaron sobre las 7:00 horas de este miércoles en una operación contra el tráfico de estupefacientes cuyo epicentro fue una urbanización próxima al centro de Manilva (Málaga) en la que desde hace tiempo reside un grupo de okupas conflictivos.
Fuentes del Instituto Armado señalaron que en el operativo fueron detenidas al menos dos personas en los primeros compases de la intervención, aunque no se descartaba que la cifra creciese.
Testigos presenciales relataron a este periódico que la llegada de los agentes al complejo Royal Manilva se produjo a primera hora de la mañana y se prolongó durante varias horas en las que se inspeccionaron diversos inmuebles que están okupados desde hace tiempo por sujetos que supuestamente se dedican a la venta de drogas.
Esta actividad delictiva, como es lógico, arrastraba problemas que trastornaban la convivencia de los vecinos que los padecían. Por eso no sorprendió a casi nadie el fuerte despliegue policial en distintos puntos de la urbanización y que se amplió con controles en algunos accesos de los alrededores, señaló un vecino, que apunta que antes de que amaneciera había dos drones sobrevolando la urbanización.
Detenidos en Málaga cuatro okupas que después alquilaban los domicilios
P. D. A.
Este conjunto de viviendas es una de las promociones damnificadas por la crisis del ladrillo que a partir de 2008 se expandió por el conjunto de la economía. Una entidad bancaria asumió "una buena parte" de los inmuebles —algunos sin concluir— y, los que no se vendieron, se pusieron en alquiler con opción a compra. Pero junto a estas familias dispuestas a respetar las responsabilidades contraídas, llegaron otras personas que directamente okuparon domicilios vacíos.
"Se corrió la voz de que había casas deshabitadas, y se aprovecharon de que no había vigilancia para ir okupándolas", señala una de las fuentes consultadas, que lamentó que eran inmuebles "muy bonitos" y que muchos "han sido destrozados por los okupas".
Son algunas de estas casas en las que se ha focalizado la actuación de los investigadores, ya que los indicios recabados apuntaban a que eran puntos relacionados con el tráfico de droga, sobre todo desde que en la urbanización presuntamente se asentasen elementos vinculados a un clan delictivo.
El lugar es bien conocido por las fuerzas de seguridad porque han tenido que intervenir allí por distintos motivos. La actuación de este miércoles no ha pasado desapercibida y son algunos residentes los que se han despertado sobresaltados al escuchar los golpes de los agentes para derribar las puertas y los gritos de "¡al suelo!" cuando entraban en las viviendas objeto de la investigación.
La intervención de la Guardia Civil ha supuesto un alivio temporal para los vecinos, hartos de comportamientos incívicos, y esperan que sea un antes y un después para despejar una situación que se había cronificado y a la que no veían solución.
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