Hace ya cuatro años que los niños de Siero —una localidad de 50.000 habitantes de Asturias— casi se quedan sin ver la cabalgata de los Reyes Magos. Ocurrió en 2020, cuando la Policía Local del municipio se negó a escoltar a sus majestades en protesta por la escasez de efectivos de los que disponían. El alcalde socialista, Ángel García (apodado Cepi), tuvo que solicitar refuerzos a la Guardia Civil para no arruinar la Navidad a los críos; pero ideó un plan para vengarse: haría lo que estuviera en su mano para prescindir del cuerpo policial del municipio. "Son una mafia", declaró en su momento a El Confidencial.
Este tiempo no parece haber sido suficiente para limar asperezas entre ellos. La guerra interna entre algunos mandos policiales y el alcalde del municipio continúa abierta. El paso de los años —y ya van seis— solo añade nuevas tramas a la historia, en lugar de escribir un último capítulo con final feliz. En este relato, con multitud de subtramas, abundan los reproches, denuncias, graves acusaciones… Los residentes son conscientes de los rifirrafes constantes. "Tienen unos líos tremendos", explica a este diario Alejandro, un vecino de toda la vida de Lugones, perteneciente al término municipal de Siero.
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María Zuil
No obstante, y a pesar del intento de alcalde de eliminar a la Policía Local, dos sentencias judiciales ponen en tela de juicio la versión de los más próximos al primer edil. Una de ellas condena al jefe del cuerpo defendido por García; y la otra, absuelve a un mando díscolo con los argumentos del Consistorio. "El alcalde y sus amigos son unos enfermos de la mentira. Es una trama organizada", reseña a este diario un delegado sindical de SIPLA en Siero, que representa en torno al 85% de la plantilla.
Estas resoluciones judiciales les dan esperanzas para seguir combatiendo al regidor, a quien consideran su mayor enemigo. El sindicato también ha sido objeto de las críticas del dirigente socialista: "Están solo en lucha de poder y no en su trabajo", declaró al diario El Comercio. Silvia Tárano, concejal de Podemos en la oposición, destaca que la versión de luchas de poder deja de tener validez cuando hay sentencias sobre la mesa: "Unos aportan pruebas y otros no", relata.
¿Qué dicen las sentencias? Por un lado, el jefe de la Policía Local —Fidel Fernández, cercano al alcalde y repudiado por la citada organización sindical— ha sido condenado a un año y medio de prisión por supuestas vejaciones a un agente, al que también deberá indemnizar con 9.000 euros. Las fuentes consultadas aseguran que la resolución ha sido recurrida. La otra resolución la protagoniza el exresponsable del cuerpo, José Manuel Fernández, quien previamente había pedido la apertura de un expediente a Fernández, y que ha sido absuelto de un delito de injurias graves y calumnias por defender la labor de los policías.
El escrito, emitido por el juzgado de lo Penal número 2 de Oviedo, y al que tuvo acceso este periódico, es firme desde el 15 de julio. Sin embargo, la situación dentro de la jefatura continúa tensa: "En el último mes, cuatro interinos han preferido irse que soportar todo esto", explica el delegado sindical.
Las investigaciones parecen no quedarse ahí. La CSIF, enemistado con SIPLA, explica a este diario que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional abrió diligencias para estudiar supuestos amaños de contratos de su sindicato enemigo, pero que al conocer los agentes "que les estaban grabando las conversaciones", supuestamente cesaron la actividad ilícita. Ambas organizaciones se acusan la una a la otra de mentir y manipular la verdad.
¿Eliminar el cuerpo policial?
Una de las razones por las que el consistorio quería prescindir del cuerpo policial era una supuesta trama de los agentes para beneficiarse de las horas extra y el absentismo laboral. Básicamente, el alcalde estaba convencido de que la policía quería trabajar poco y cobrar mucho. Así lo aseguraba el jefe de la Policía Local, Fidel Fernández —y supuesta mano derecha de García—, quien defendía que las horas extra se extendían hasta el "infinito" y que había quien "ni siquiera" iban "a trabajar". La jueza que llevo el caso, en cambio, no opinó lo mismo: "No ha sido acreditada la realidad de tales afirmaciones", plasmó en su sentencia. Este periódico ha contactado con el equipo de Gobierno, pero el alcalde ha preferido no dar declaraciones sobre este tema.
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Desde la CSIF, el otro sindicato principal del municipio, defienden a Ángel García y al jefe condenado —afiliado a este sindicato—. "Con las horas extra tenía razón el alcalde", insiste el sindicato, "cuando pidió los cuadrantes [de las horas trabajadas], los quemaron", relatan sus fuentes. El modus operandi de los agentes locales de varios municipios de Asturias, según la CSIF, es duplicar su sueldo anual haciendo "una hora extra y sumando doce, como en el parchís". El texto jurídico destaca textualmente que "Fidel faltó a la verdad al asegurar que existían dos tipos de cuadrantes de horas extraordinarias, A y B, pues el sistema de trabajo es rotatorio".
"Faltó a la verdad"
En cualquier caso, estas acusaciones sentaron fatal al cuerpo y José Manuel Fernández, por entonces responsable policial, convocó una rueda de prensa en 2021 donde negó dicha trama de forma tajante. Allí, y según el escrito, no dudó en señalar al Fidel Fernández de no decir la verdad y posicionarse siempre a favor del alcalde: "[Es…] un mando intermedio al que no le importa mentir en los informes con el fin de agradar y así buscar sus beneficios personales". Fueron estas palabras por las que fue denunciado por calumnias, pero esta causa no ha prosperado. De hecho, en su fallo, la jueza observa que "Fidel Fernández faltó a la verdad" en varias ocasiones.
De forma paralela, Fidel ha sido condenado por el mismo juzgado por delitos contra la integridad moral contra un subordinado, Daniel M. Las supuestas vejaciones culminaron en varias bajas laborales por ansiedad. La jueza, además, añade que "en el ámbito de la Policía Local de Siero el acusado era conocido por su actitud vejatoria hacia otros compañeros". El abogado de Fidel defendió en El Comercio que su cliente era "una tecla que fue haciendo lo que mandaban el alcalde y el concejal, entre otros, a la hora de negar las vacaciones al demandante, retirarle el arma, no retirar carteles amenazantes o enviarle a hacer servicios que también realizaban otros compañeros".
A la pregunta de si el primer edil tuvo algo que ver respecto al modo de actuar del jefe policial, el alcalde ha preferido no responder. Desde la CSIF cuestionan el estado anímico de dicho agente porque estaba de baja laboral por problemas psíquicos, pero competía en deportes de alto rendimiento.
Los intentos de acabar con la policía no han surtido efecto. El alcalde tuvo el respaldo del Catedrático de Derecho Administrativo, Alejandro Huergo, quien defendió la posibilidad de suprimir el cuerpo municipal. ¿El resultado? La Policía Local continúa existiendo, pero "la está destruyendo por la vía legal, con el acoso y el hostigamiento"; aseguran desde SIPLA. En cualquier caso, celebran la victoria en los tribunales: "Esto va a ir a más. [El alcalde] está acostumbrado a amedrentar a la gente, pero nosotros no vamos a parar. Él está deseando que nos jubilemos, pero yo estoy dispuesto a ir al juzgado aunque ya no esté trabajando".
Todavía quedan procesos judiciales pendientes de resolución. La oposición del Consistorio señala que el malestar con el cuerpo policial se expande al resto del Ayuntamiento: "Hay un clima irrespirable. La gente quiere marcharse. Ahora ha sido condenada una persona a la que el alcalde defendió siempre; esto tiene que tener responsabilidades políticas", señala Tárano.
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