La sesión extraordinaria en el Senado para acoger las explicaciones del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, sobre la crisis en Venezuela ha puesto una nota de tensión al habitual barbecho parlamentario del mes de agosto. El PP había exigido su comparecencia para elevar la presión y forzar en primer lugar, el reconocimiento de la victoria de Edmundo González frente al "golpe" de Nicolás Maduro; y, por otro, la condena del "silencio" de José Luis Rodríguez Zapatero, quien participó como observador en el proceso electoral y mantiene buenas relaciones con el régimen venezolano. Pero no obtuvo ni una ni la otra.
Albares ensalzó el papel de Zapatero y aseguró "valorar y apreciar" la labor del dirigente socialista, que "trabaja para conseguir una solución dialogada y negociada", como "solicita la oposición venezolana". No ha aclarado, no obstante, que haya hablado o no en los últimos días con Zapatero, que permanece desaparecido desde las elecciones del pasado 28 de julio. "Ha participado en muchas liberaciones de presos políticos, y ustedes lo saben", lanzaba, en respuesta al PP. "Pero la diplomacia, la mediación y la prudencia son categorías que no manejan".
Mucho más encendida ha sido la defensa dentro de la comisión del portavoz socialista, el senador Rafael Lemus, que ha situado a Zapatero como "un ejemplo de diálogo, de consenso y de honestidad política". "Ya pueden decir lo que quieran", lanzaba a la bancada del PP. "Él siempre ha apostado por la libertad", incidía, reivindicando que el expresidente del Gobierno "sacase a este país de la guerra" o "consiguiese que ETA desapareciese", a lo que el PP reaccionó con estupefacción.
Albares, por su parte, se revolvió en primer lugar contra los "bulos" que, a su juicio, habían vertido los populares las dos últimas semanas sobre la postura del Gobierno en esta crisis internacional. Y se limitó a exigir la publicación de las actas electorales para "garantizar unos resultados plenamente verificables", sin reconocer al líder opositor, Edmundo González, como vencedor del proceso, tal y como le exigía el PP.
En este punto, el ministro ha asegurado estar en permanente "contacto" tanto con el régimen de Nicolás Maduro —en concreto con su homólogo venezolano, Yvan Gil—como con María Corina Machado y otros líderes de la oposición en busca de una "solución negociada", pero desde la "neutralidad" política. "La oposición venezolana agradece la posición del Gobierno de España desde el pasado 29 de julio", reivindicaba, al tiempo que aseguraba que el último contacto con Edmundo González se produjo este mismo lunes. "La oposición solicita que avance el diálogo y la negociación, y para eso necesitamos hablar con todos", incidía.
"Para que la presión internacional sea eficaz, ni España ni el resto de países deben actuar por su cuenta. Esto no es una carrera para ver quién llega más lejos en sus demandas", justificaba Albares, que reivindicaba la acción coordinada del Gobieno con la UE para exigir las actas electorales. Anunció, además, que se darán nuevos pasos en los próximos días, pero de forma coordinada, en el seno de la reunión del Consejo de Ministros de Exteriores de la UE, prevista para finales del mes de agosto. Albares anunció, además, que España asumirá a partir de ahora la representación diplomática de los nacionales de República Dominicana en Venezuela.
Albares asegura haber llamado a Feijóo
La comparecencia se desarrolló con varios momentos de tensión por los rifirrafes entre el ministro y la portavoz del PP, Alicia García, que protagonizó una dura réplica al ministro acusándole a él y a Sánchez de tener "intereses inconfesables" con Nicolás Maduro que le impiden condenar el "atropello democrático" en Venezuela. "¿Qué le impide llamar a las cosas por su nombre? ¿Por qué tanta condescendencia con un dictador?", lanzaba la dirigente popular, que tiraba sendos dardos a José Luis Rodríguez Zapatero. "¿No le avergüenza que se ponga del lado de los torturadores mientras el pueblo venezolano es perseguido y secuestrado en la calle?", cuestionaba.
En su contrarréplica, Albares aseguró no dar crédito a los ataques del PP después de que él mismo se haya puesto en contacto con Alberto Núñez Feijóo para informale sobre la crisis en Venezuela. "Sabe perfectamente lo que estamos haciendo", revelaba. Acto seguido, el ministro elevó el tono y acusó al primer partido de la oposición de aprovechar la situación de Venezuela por "oportunismo político", y respondía al ataque de Alicia García asegurando que el PP "demuestra una enorme nostalgia por dictadores muertos", en alusión a Francisco Franco.
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