A las personas, y lo mismo podrá decirse por extensión de los partidos políticos, se les acaba conociendo por sus obras. Es lo que está ocurriendo estos...
A las personas, y lo mismo podrá decirse por extensión de los partidos políticos, se les acaba conociendo por sus obras. Es lo que está ocurriendo estos días con Vox, la organización de la ultraderecha arcaica que pretendía hacernos creer a la sociedad actual que poniendo la marcha atrás en el progreso, renunciando a la democracia y a la libertad logradas, con la memoria de Franco viva volveríamos a estar mejor.
No puede decirse que fuesen muchos los españoles cautivados por las pretensiones de Vox, cuando si algo empieza a sobrar en España son partidos políticos con ideas y objetivos más allá de intereses territoriales, particulares y pretensiones de enfrentamientos utópicos. Pero algunos millares sí creyeron las tesis anacrónicas de Santiago Abascal y sus seguidores creando mayor confusión en la convulsa vida política, cerrándoles y abriéndoles las puertas del Gobierno a los dos partidos mayoritarios.
Pero un problema humanitario, de esos que unen en la sensibilidad a casi todas las personas de bien, vino de pronto a exhibir la verdad de un partido prepotente. Es inexplicable que alguien con sentimientos de solidaridad y protección a niños desamparados por la suerte se hayan opuesto a que los demás les protejan.
Un problema humanitario, de esos que unen en la sensibilidad a casi todas las personas de bien, vino de pronto a exhibir la verdad de un partido prepotente
A los ultras que hoy tanto nos avergüenzan por su desprecio a los derechos de los niños desamparados les ha costado romper con el único partido respetable con el que podían entenderse, abandonar a cinco gobiernos autonómicos que prestaban acogida y entidad a varias decenas de sus militantes, y sobre todo demostrar a los cuarenta y muchos millones de españoles avergonzados, sabiendo que niños abandonados a su suerte no son objeto de atención y protección en una sociedad donde la humanidad siempre ha sido lo primero.
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