¿Es normal sentir tristeza o ansiedad? ¿Se pueden reprimir los malos recuerdos de nuestra mente? ¿Qué edad es la ideal para ver la película? A examen estas y muchas otras preguntas sobre el exitoso filme de Pixar.
La maestría de Del revés 2 (Inside Out 2) para presentar conceptos complejos sobre la mente humana, simplificándolos y haciéndolos asequibles para todos los públicos, es una de las grandes bazas de esta superproducción del conglomerado Disney. Y es que la secuela ya ha superado los 1.200 millones de dólares de recaudación, convirtiéndose en una de las películas de animación más taquilleras de la historia.
El filme de Pixar dirigido por Kelsey Mann nos ha presentado emociones nuevas como Ansiedad, Envidia, Ennui (Aburrimiento), Vergüenza e incluso Nostalgia, quienes se sumaban a las ya conocidas Alegría, Tristeza, Miedo, Asco e Ira. Así, el salto a la adolescencia de Riley visibiliza la transformación de nuestra mente con las experiencias adquiridas y el proceso de madurez, expresando nociones tan intrincadas como la pérdida de la inocencia o el recorte de la alegría hacia una vida más planificada y acorde a la edad pertinente.
De esta forma, Del revés 2 (Inside Out 2) ha sido enormemente discutida en términos psicológicos por los profesionales del comportamiento humano, con cierto quorum en los elogios vertidos hacia el filme. Un reflejo de nuestra mente que ahora explica para CINEMANÍA Elísabeth Berzal, psicóloga especializada en Psicooncología y Duelo, quien está detrás también del proyecto digital Mi mente siente.
¿La ansiedad es tan mala como nos hacen creer?
A pesar del mantra actual de pugnar a toda costa contra la ansiedad (ya sea a golpe de terapia o de ansiolíticos), la secuela de Pixar nos ha mostrado la importancia de aprender a vivir con ella y su carácter perjudicial tan solo cuando se descontrola, siempre incidiendo en que se torna necesaria para todos.
"La ansiedad no aparece para hacernos daño, ni muchísimo menos. Al contrario, tal y como se muestra en la película, aparece para avisarnos de posibles peligros, más o menos reales o probables, pero peligros al fin y al cabo. De ahí la anticipación de cosas que aún no han pasado y su relación con el miedo, ya que estos dos suelen ser íntimamente amigos", señala Berzal sobre la nueva emoción de Riley.
El conflicto surge cuando esta angustia o inquietud por algo que va a suceder o que se teme que suceda sobrepasa nuestra propia forma de ser y actuar, provocando incluso problemas físicos. "Es cierto que cuando, por diferentes circunstancias, la situación excede nuestra capacidad de afrontamiento, la ansiedad se puede volver realmente abrumadora, originando intensos síntomas físicos que pueden desencadenar un ataque de pánico", añade la psicóloga.
A pesar de ello, la envidia, la tristeza o la ansiedad resultan tan relevantes en la conformación de nuestro propio 'yo' como las emociones más agradables, especialmente con el paso del tiempo. Y es que, aunque parezca que la alegría o el optimismo toman papeles secundarios frente a la planificación y la resolución, así como frente a la toma de decisiones, nada más lejos de la realidad.
"Nuestra alegría continúa dentro de nosotros, pero necesitamos seguir cultivándola y dándole relevancia (no olvidarnos de dedicar tiempo a lo que para nosotros es importante y nos hace disfrutar, es decir, lo que las psicólogas llamamos 'actividades agradables') y así cuidar nuestro estado de ánimo", declara Berzal. Una serie de acciones, aparentemente anodinadas, que puede ir desde leer un libro a respirar aire fresco, pasando por hacer deporte o ir al cine, y que ayudan en la construcción de nuestra felicidad.
¿Se pueden reprimir recuerdos y sentimientos?
La manifestación de emociones aparentemente más dañinas y, por ende, como consecuencia, de malos recuerdos necesarios para el aprendizaje, ha hecho que muchos se pregunten si realmente nuestras experiencias más impactantes a nivel emocional pueden enviarse a las profundidades de nuestra mente, como intenta Alegría sin éxito en Del revés 2 (Inside Out 2).
"La realidad es que, en muchas ocasiones, hay recuerdos de experiencias que nos han generado emociones poco agradables (como la tristeza) o muy intensas, y que pueden ser obviados de forma automática por nuestro cerebro para protegernos, y otras veces, podemos intentar omitirlos de forma voluntaria. Sin embargo, los recuerdos se quedan guardados con lo que se llaman 'claves de memoria o recuperación', es decir, asociados a sensaciones, imágenes o cosas", señala Berzal, quien confiesa que se trata de una de sus partes favoritas de la película.
"Es por esto que, en algún momento, pueden reaparecer a pesar de que no siempre queramos recordarlos. Y e... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}