Los betacarotenos ayudan a preparar la piel a la exposición al sol porque la hidrata y le da capacidad antioxidante.
En busca del milagro definitivo para lucir una piel bronceada durante el verano, muchos optan por añadir a su dieta una buena dosis de zanahorias que, según se dice, ayudan a ponerse moreno. Pero, ¿cuánto de verdad hay detrás de esta creencia popular?
El argumento sobre el que se sustenta esta afirmación es que las zanahorias activan la melatonina, el pigmento encargado de otorgarnos coloración en la tez, el pelo y los ojos. Sin embargo, este vegetal no tiene nada que ver en este proceso.
Más que moreno, anaranjado
Lo que sí es cierto es que las zanahorias -como tantas otras frutas y verduras- poseen betacarotenos, una sustancia que tiene un pigmento que, tomado en grandes cantidades, otorga una tonalidad anaranjada en la piel. Y que, además, no es uniforme, sino que se evidencia más en algunas partes de la piel.
La explicación es que cuando se acumula esta sustancia en la sangre, se produce ese ligero coloreado en la piel, especialmente en aquellas zonas en las que hay una mayor acumulación de grasa subcutánea, como por ejemplo, las palmas de las manos, donde mejor se observa el cambio.
Esta alteración del color es inofensiva y no tiene riesgos sobre la salud. Además, acaba desapareciendo en el momento en que se dejan de consumir alimentos con betacaroteno.
¿Sirven los productos para broncear la piel?
Tampoco los complementos alimenticios que se usan para "broncear más rápido", que se basan en el mismo efecto: "contienen betacarotenos que ‘tiñen’ la piel desde dentro" sirven para tal fin, pues el color que logran tiende más, en todo caso, hacia el anaranjado que hacia el dorado.
Sí son buenas para las quemaduras
Los betacarotenos sí son buenos, sin embargo, para disminuir las quemaduras ocasionadas por el sol, según Medline Plus, el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU porque prepara la piel a la exposición al sol porque la hidrata y le da capacidad antioxidante. Pero "no parecen disminuir el riesgo de cáncer de piel u otros trastornos de la piel asociados con la exposición al sol".
Como fuentes vegetales de betacarotenos también encontramos la calabaza, el boniato, las espinacas, el brócoli, el mango, el caqui, el melocotón, los albaricoques, los nísperos y la papaya.
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