Descubre por qué este camposanto, lleno de historia, en Cuacos de Yuste, Cáceres, alberga exclusivamente las tumbas de casi 200 soldados germanos caídos en la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial.
En el corazón de la comarca de La Vera, al norte de la provincia de Cáceres, se encuentra un lugar único en toda España: el cementerio alemán de Cuacos de Yuste. Este camposanto, rodeado de olivos y robles en un entorno de gran belleza natural, es el único en el país que alberga exclusivamente tumbas de militares germanos. ¿Pero cómo llegaron hasta aquí los restos de estos soldados caídos lejos de su patria?
La historia se remonta a finales de 1919, poco después del fin de la Primera Guerra Mundial, cuando Alemania creó la Comisión de Cementerios de Guerra Alemanes. Su objetivo era dar una digna sepultura a los militares fallecidos fuera de sus fronteras. Décadas más tarde, en 1975, esta organización adquirió los terrenos del cementerio de Cuacos de Yuste, un lugar que ya había sido elegido en 1557 por el mismísimo emperador Carlos V para pasar sus últimos días de vida. De hecho, a pocos metros del camposanto se alza la casa-palacio que el monarca mandó construir junto al monasterio de Yuste.
En total, este cementerio de 4.000 metros cuadrados acoge los restos de 180 soldados alemanes. De ellos, 26 perdieron la vida durante la Primera Guerra Mundial, mientras que los 125 restantes cayeron en la Segunda Guerra Mundial, ya fuera en territorio español o en aguas cercanas a sus costas. Sin embargo, no todos tienen su nombre grabado en las lápidas, y algunas tumbas permanecen vacías, como símbolo de aquellos caídos que nunca pudieron ser identificados.
Un lugar con memoria histórica
Paseando entre las hileras de sencillas lápidas blancas, separadas por pequeños jardines, se respira recogimiento. Cada tumba muestra únicamente el nombre del soldado, su rango y la fecha de su fallecimiento, en los casos en que se conocen estos datos.
Visitar el cementerio alemán de Cuacos de Yuste es adentrarse en un capítulo poco conocido de la historia de España y Alemania. Un episodio que habla de guerras y conflictos, pero también de humanidad. Porque, como escribió el poeta inglés John Donne, "ningún hombre es una isla", y el recuerdo de estas guerras perdura en este camposanto, testigo silencioso de un pasado de luchas.
Cómo llegar al cementerio alemán
Para aquellos que deseen visitar este singular lugar, la mejor opción es hacerlo en coche particular desde Cáceres, ciudad que se encuentra a unos 115 kilómetros. El trayecto, por las carreteras A-66 y EX-203, tiene una duración aproximada de 1 hora y 20 minutos. Si se parte desde Madrid, el viaje se prolonga hasta las 2 horas y 25 minutos, utilizando la autovía del Suroeste, el paseo de Extremadura y la A-5.
Una vez allí, se podrá no solo recorrer el cementerio, sino también conocer el monasterio de Yuste y la casa-palacio de Carlos V, testimonios de la rica historia de esta comarca extremeña. Un viaje en el tiempo y en la memoria, que nos recuerda la importancia de preservar y honrar nuestro pasado.
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