A veces hay políticos que no se andan con demasiados tapujos a la hora de explicar el porqué de las cosas. Kissy Chandiramani, consejera de Hacienda y portavoz del Partido Popular en la Asamblea de Ceuta, lo dijo alto y claro el miércoles en el pleno: Si el rey Felipe VI no viaja a la ciudad autónoma es porque hay “cuestiones geopolíticas y geoestratégicas y razones diplomáticas que hacen que sea de difícil cumplimiento” ese desplazamiento. A la consejera solo le faltó añadir que el Gobierno de España no desea enfadar a Marruecos con esa visita.
Julia Ferreras, diputada de Ceuta Ya, un pequeño partido local izquierdista de oposición, acabó apuntando en su respuesta al país que la consejera se resistía a señalar. “El motivo es político, el de siempre”, dijo. “¡No se puede molestar al país vecino!”. Se lamentó a continuación que se intente “hacernos creer que Ceuta es igual al resto [de España], pero eso es una burda mentira”. Sufre un “trato discriminatorio” por parte del monarca español que en sus 10 años de reinado no cruzó el Estrecho.
Julia Ferreras se declaró republicana, pero aun así se quejó de que Felipe VI “dejase sin visita oficial a Ceuta y Melilla” tras la pandemia cuando recorrió todos los territorios de España excepto esas dos ciudades. “No es aceptable que la Ciudad adopte una actitud sumisa” ante esta omisión en el periplo real. Debe movilizarse para conseguir que la visite. Incluso para los republicanos ceutíes, que el monarca acuda a su ciudad contribuye a garantizar su españolidad.
“Nosotros hemos expresado en varias ocasiones la voluntad inequívoca de que [los Reyes] visiten Ceuta cuando lo estimen oportuno”, respondió Chandiramani. La voluntad del presidente de la ciudad, Juan Jesús Vivas (PP) es “insistir, en los foros oportunos, en que se produzca dicha visita”, recalcó la consejera.
“Quien prepara la agenda de Sus Majestades es el Gobierno de la Nación”, recordó, por último, Chandiramani eximiendo así de responsabilidad alguna al Ejecutivo ceutí y también al propio Felipe VI. Los Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, solo estuvieron una sola vez en las dos ciudades, en noviembre de 2007, y aquello desató una crisis con Marruecos.
El rey Mohamed VI llamó entonces a consultas a su embajador en Madrid, Omar Azziman, en reacción a “la lamentable visita de Su Majestad el Rey Juan Carlos I (...) a las dos ciudades ocupadas”, según un primer comunicado oficial. Después hubo otro, el 6 de noviembre de 2007, en el que el monarca alauí añadió: “Expresamos con fuerza nuestra enérgica condena y denunciamos con la misma firmeza esta visita sin precedentes”. “(...) golpea los sentimientos patrióticos del pueblo marroquí”, subrayó.
El año pasado, en febrero, tras la cumbre hispano-marroquí de Rabat, el presidente Pedro Sánchez explicó que ambas partes habían “asumido un compromiso de respeto mutuo, por el que en nuestro discurso y en nuestra práctica política vamos a evitar todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía”. ¿Organizar una visita de los Reyes a Ceuta y Melilla, reivindicadas por Rabat, sería incumplir ese compromiso y ofender a Marruecos?
Las autoridades de Rabat no se han privado, por su parte, de insistir en que ambas ciudades les pertenecen. La última vez fue en mayo de 2023 cuando recordaron que eran “ciudades marroquíes” en un documento remitido a la Comisión Europea. En él se quejaban de que el comisario Margaritis Schinas había reiterado que las ciudades autónomas son fronteras españolas y de la Unión Europea con Marruecos.
Felipe VI fue de nuevo mencionado, el miércoles, en la Asamblea de Ceuta, pero por otros motivos. El diputado de Vox, Carlos Verdejo, lamentó que el rey hubiese condecorado, el 19 de junio en el palacio real, con la Orden del Mérito Civil, a Abdelkader Chaib Haddu, presidente de la Asociación Cultural Al Idrissis. Es “un símbolo de la cultura marroquí en Ceuta”, aseguró. “(...) estoy seguro de que el rey no estaría de acuerdo con que esa medalla vaya a esa persona”, concluyó.
La medalla le fue otorgada porque su asociación está “centrada en fomentar la convivencia entre las cuatro cultiras para la integración de los jóvenes que viven en Ceuta”. A Abdelkader Chaib Haddu se la ha reconocido “el esfuerzo por la convivencia e integración de los jóvenes a través del teatro, la poesía o la música”.
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