Pancarta y persiana bajada en 'casa': la 'rebelión' de las dependientas de Inditex en A Coruña

Pancarta y persiana bajada en 'casa': la 'rebelión' de las dependientas de Inditex en A Coruña

Diez y media de la mañana del primer día de las rebajas de verano en el centro comercial Odeón (Narón), uno de los que más facturan en la provincia y donde Inditex manda en la mayoría de tiendas con todas sus marcas: Zara, Pull&Bear, Stradivarius, Bershka... Persianas bajadas en las tiendas, carteles reivindicativos en las puertas, luces encendidas y ropa primorosamente colocada. En el interior, la estampa ayer a primera hora dibujaba tan solo los maniquís y ningún empleado. En el exterior, un centenar de empleadas -la mayoría mujeres- detrás de una pancarta y megáfono en mano circulaban por el perímetro del centro comercial con sus hijos, parejas y familias para hacerse ver y oír. También se sumaron las empleadas de Women'secret, del grupo Tendam.

Y una reivindicación: las mismas condiciones laborales y prestaciones sociales que sus compañeros en la sede central y almacenes frente a una situación que consideran “anómala, injusta y discriminatoria”. Escenas parecidas y piquetes informativos a primera hora se replicaron en los centros comerciales de As Cancelas (Santiago), Marineda y en el entorno de la plaza de Lugo (A Coruña), donde la firma tiene su céntrico kilómetro cero. "Si trabajo a 15 minutos de mis compañeros de la central y yo cobro 1.400 euros al mes en tienda y ellos el doble en almacén, no es justo. Si tienen un menú diario por 0,20 céntimos y nosotras no, no es justo", resume una veterana empleada del gigante textil que prefiere no dar su nombre, pero que enumera otras diferencias como "una ayuda de 200 euros por hijos celíacos o la posibilidad de reducir jornada a partir de los 55 años" que sí aplican en almacén o en la sede logística, pero que las dependientas en tienda no tienen incluida.

"La huelga ha logrado un seguimiento masivo en las tiendas de los centros comerciales de A Coruña (70%), Santiago (90%) y Ferrol (100%)", pese a estar convocada en solitario por la CIG, el sindicato nacionalista "que ostenta el 70% de la representación en el sector", señalan. Algunas tiendas lograron reabrir horas más tarde tirando de personal eventual, con largas colas en las cajas y los piquetes en la puerta. Desde Inditex sostuvieron, por su parte, que el impacto de la protesta ha sido "desigual" y que las cuestiones que reclaman se enmarcan en un contexto de negociación estatal, y no provincial, como las trabajadoras en huelga proponen.

Ganancias y protestas

Los choques entre el personal de tienda en la provincia y la firma vienen de lejos. El pasado 5 de junio, la firma presentó unos beneficios netos de 1.294 millones en el primer trimestre del ejercicio fiscal, un 11% más que el año anterior. "No estamos pidiendo nada más que una equiparación en prestaciones", explica Lucía Domínguez, delegada sindical de la CIG y presidenta del comité de Stradivarius. "Somos la cara de la empresa ante el público, pero las peor pagadas. Nos consideran lo más bajo y con nosotras no negocian", se queja L. Martínez, delegada en una de las muchas tiendas de Zara en A Coruña. Naomi, con muchos años de experiencia en la cadena textil, se queja de que se recompensa la antigüedad real en la nómina.

J. Melguizo

Las dependientas coruñesas de Zara, ya encabezaron una “revuelta” hace año y medio, logrando una subida salarial que luego se exportó a otras provincias. Ahora, lo que se discuten son otros conceptos. Se resumen, básicamente, en la diferencia de salario y prestaciones sociales entre los empleados de la central del gigante textil en Arteixo (sede, almacén…) y lo que perciben en tienda. De la base nodriza a las tiendas hay pocos kilómetros, pero muchos conceptos en la nómina de diferencia.

"Queremos que nos vean, que no estamos adormiladas y no somos trabajadoras de segunda", defienden las empleadas coruñesas de Inditex. Con la protesta laboral de este jueves, el personal también quieren forzar que se retome la mesa de negociación en A Coruña y no en Madrid, "comprometido por escrito en diciembre", remarca el sindicato CIG. "Tenemos que tener las mismas condiciones laborales que otros compañeros de igual o inferior categoría e idénticos complementos (plus sede, plus antigüedad, ayuda por escuelas infantiles o por dependientes a cargo) que los que trabajan en nuestra misma provincia", repiten.



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