El aceite de oliva no deja de sorprendernos por las muchas cualidades que posee y los beneficios que nos aporta. Nuevas investigaciones han reforzado lo que se sospechaba, que también puede ser positivo para cuidar nuestra memoria
Si hay un producto que se relacione con España por encima de todos los demás, ese es el aceite de oliva. El oro líquido del que no dejan de descubrirse beneficios y que es uno de los elementos estrella en dietas saludables y equilibradas, como la dieta mediterránea.
Especialmente valorado a la hora de cocinar o añadirlo a las comidas, el aceite ha demostrado que es ideal en desayunos, comidas, meriendas y cenas, siempre por supuesto consumido con moderación y en el marco de una dieta variada. Cuanta mayor sea la calidad de este producto, mayores serán sus beneficios, pues tendrá una mayor concentración de polifenoles y antioxidantes naturales. Ahora un reciente estudio ha descubierto otros efectos que también tiene para la salud.
Aceite de oliva: evita la pérdida de memoria
Esta no es la primera investigación que estudia la relación entre el aceite de oliva y sus efectos sobre la memoria, pero es uno de los más recientes, realizado en Estados Unidos por investigadores de la Universidad de Harvard y publicado en la revista Jama Network. "El aceite de oliva puede ejercer efectos antiinflamatorios y neuroprotectores debido a su alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados y otros compuestos con propiedades antioxidantes como la vitamina E y los polifenoles", explican los investigadores.
Los investigadores descubrieron que las personas que tomaban más de 7 gramos de aceite de oliva al día, que equivale a media cucharada, reducían en un 28% las posibilidades de morir por causas relacionadas con la demencia, frente a quienes nunca o rara vez tomaban aceite de oliva. Descubrieron también que el consumo de aceite de oliva tenía efectos positivos incluso cuando su consumo es esporádico.
Estos efectos del aceite de oliva sobre la salud y la memoria hace tiempo que son de interés para la ciencia, de hecho hay varios estudios previos que apuntaban hacia estos mismos resultados, como el estudio realizado hace tiempo por investigadores de la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple, en Filadelfia (EE.UU.). Sus hallazgos ponían de manifiesto las propiedades positivas del aceite, especialmente en la lucha contra el envejecimiento y las enfermedades cardiovasculares, pero también en la preservación de la memoria y la protección contra el Alzheimer.
También, expertos de la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple, investigaron el efecto que el aceite de oliva tenía en ratones y revelaron que podría proteger contra enfermedades vinculadas con el envejecimiento o tauopatías, que se caracterizan por una acumulación anormal de la proteína tau en el cerebro, lo que puede dar lugar a problemas cognitivos o demencia.
Demencia: los síntomas más comunes
La demencia no es una enfermedad específica, sino un término que se emplea para hacer referencia a una alteración de la capacidad para recordar, pensar o tomar decisiones. Por lo general se produce a una edad avanzada, pero eso no quiere decir que forme parte del envejecimiento normal. Muchos adultos viven su vida completa sin desarrollar demencia, aunque presenten cambios en la memoria como olvidar dónde se han dejado las llaves, olvidar el nombre de un conocido, no recordar hechos recientes o tener dificultad para recordar una palabra en un momento determinado, aunque se recuerde después.
Como demencia es un término general, los síntomas pueden ser diferentes en función de sus causas, pero en general, los síntomas más frecuentes son pérdida de la memoria, que generalmente nota otra persona, dificultades para comunicarse o encontrar las palabras, dificultad con las habilidades visuales y espaciales, problemas para razonar o resolver problemas, dificultad para realizar tareas complejas, dificultad para planificar y organizarse, mala coordinación y control de los movimientos, confusión y desorientación.
Además de estos cambios cognitivos, también suelen verse cambios psicológicos, como cambios en la personalidad, depresión, ansiedad, agitación, comportamiento inapropiado, desconfianza o paranoia, y alucinaciones. Ante síntomas como estos, lo mejor siempre es consultar cuanto antes con un profesional médico, porque, si bien la demencia no tiene cura, muchos de los síntomas se pueden suavizar tratando la causa.
Referencias
Tessier, A., Cortese, M., Yuan, C., Bjornevik, K., Ascherio, A., ... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}