Cuántos votos dio la Valencia más peatonalizada: la movilidad ante las urnas

Cuántos votos dio la Valencia más peatonalizada: la movilidad ante las urnas

Durante los ocho años que Valencia estuvo gobernada por Joan Ribó, uno de los principales caballos de batalla fue la movilidad y la peatonalización. La apuesta por el carril bici fue tan totémica que en su última campaña electoral como candidato, Ribó eligió la bici como cartel electoral. En ese tiempo, la peatonalización de espacios señeros como la Plaza de la Reina, la del Ayuntamiento o el entorno del Mercado Central se convirtieron en una de las principales municiones de la oposición para combatir a la dupla Compromís-PSPV. Como una última muesca, la creación de una supermanzana en el entorno de la Petxina fue la polémica final.

Tras cumplirse el primer año desde las elecciones municipales del 28 de mayo y el cambio en el gobierno municipal (en manos de PP-Vox), el debate sobre el centro peatonal se ha reducido a la mínima expresión. Si el concejal de Vox Juanma Badenas lució en la campaña con un taladro, promoviendo la reversión de carriles bici, la apuesta municipal al respecto es fundamentalmente continuista. Es más, la semana pasada la alcaldesa María José Catalá expresaba en un encuentro con Las Provincias la idea de seguir promoviendo la peatonalización del centro a partir del entorno de la calle Jorge Juan.

Vicent Molins. Valencia

Es una expresión simbólica de cómo el de la movilidad y el achique del coche han viajado en los últimos años en dos carriles opuestos: la confrontación pública y la aceptación personal. El barómetro municipal de Valencia, a partir de una encuesta a 2.300 vecinos entre diciembre y enero, fija el del tráfico (problemas de circulación y gestión de movilidad) como el segundo problema que tiene la ciudad, con un 7,6% de las respuestas, por encima de otros asuntos como la vivienda, la desocupación o la precariedad laboral.

¿Pero qué ocurre cuando se les preguntan por los problemas que, personalmente, más le afectan al encuestado? El de la movilidad y el tráfico cae bruscamente hasta el puesto 11, con un 2,6%. Un problema de los demás, pero no de uno mismo.

El propio comportamiento electoral en los últimos comicios, en aquellos puntos calientes de la peatonalización, podría indicar que es un eje sensible que provoca grandes vuelcos electorales, de forma reactiva. Por ejemplo en la sección del entorno de la Supermanzana de la Petxina, desde las municipales de 2019 a las de 2023 el bloque de izquierdas pasó del 47% de los votos al 41%, mientras que la suma de PP, Ciudadanos y Vox escaló del 51 al 55%.

Si en 2019, previo a la reforma, Compromís fue la primera fuerza del enclave con hasta el 33,5%, en 2023 pasó a serlo el PP con el 41,7%. El proceso fue similar en su gran espejo urbano, la Superilla del Consell del Cent, en Barcelona, en cuya sección la izquierda pasó del 44 al 40% en cuatro años, y la derecha deshizo el empate de 2019 escalando hasta el 50% en 2023.

"Los valencianos sitúan el de la movilidad como el segundo problema principal de la ciudad. Cuando se les pregunta por aquello que les afecta cae hasta el 11, la estrategia de peatonalizacon continúa"

Con la misma proporción de avance, el bloque de derechas se impulsó en el entorno de la Plaza de la Reina (hito del cambio urbano en los últimos años) desde el 65% al 75% y del 73% al 74% en la Plaza del Ayuntamiento, donde apenas se movieron las posiciones. Apenas a un par de minutos, la Plaza del Mercado, en el entorno del Mercado Central y la Lonja, habitual sección con mayoría de izquierdas, vio cómo el bloque Compromís-PSPV-Podem pasó del 57,5% en 2019 al 49,8% en 2023.

¿Puede interpretarse como una penalización a los planes de poner al peatón en el centro? Como en tantos casos, la correlación (bajada del bloque de izquierdas en los entornos peatonalizados) está lejos de implicar causalidad. En todos los casos el comportamiento es similar al de sus entornos más amplios, y más bien lo que puede deducirse es que no supone un desincentivo sensible, aunque desde luego tampoco un aliciente. La principal lectura lleva a creer que las áreas peatonalizadas no son un aldabonazo electoral porque forman parte de la normalidad, han sido asumidos como cambios lógicos.

Vicent Molins. Valencia

La izquierda ha impuesto su marco (desvestir ahora la Plaza del Ayuntamiento o de la Reina para que regrese el tráfico rodado sería inconcebible), pero esa victoria no crea movilizaciones adicionales. Son cambios que se dan por descontados.

La nueva centralidad de la vivienda, y las consecuencias de un exceso de presión turística en los barrios más visitados de Valencia, ha pasado a fijar la agenda de los partidos en su agenda municipal. Hasta el punto de que este martes, el pleno municipal aprobó por unanimidad la moratoria de pisos turísticos durante doce meses.

Una señal de que el debate en los últimos años se fijó en lo que ocurría de puertas para afuera de las viviendas (coches, peatones…), con un exceso de polémicas estériles, pero apenas en lo que ocurría de puertas para adentro (alquileres y política de vivienda). Era cómo nos movíamos, pero también cómo vivíamos.



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