"La probabilidad de encontrar un donante compatible es de una entre cuatro mil, así que si cuatro mil personas donan estos días estaremos muy cerca de salvarle la vida". Héctor se mantiene optimista a pesar de que los plazos se agotan y que Alejandro "está muy débil". Es su sobrino. Un pequeño de diez años que desde hace dos pelea contra la leucemia desde la cama de un hospital almeriense y que precisa urgentemente un trasplante de médula ósea. "Se le agota el tiempo", imploraba su madre, María Luisa, quien estos días ha pedido a la que gente que "colabore" donando.
Héctor se disculpa por haber tardado una hora en responder, pero es que "he estado trabajando esta noche". Se le percibe una voz cansada, aunque no por la falta de sueño, sino porque su sobrino está sufriendo. Actualmente vive en una cuenta atrás que únicamente puede parar la aparición de un donante compatible. Y por eso se están movilizando.
Hasta el momento no ha surgido esa persona que pueda ayudar a Alejandro y el proceso médico para la preparación del trasplante entra en su fase límite. "Le queda una última sesión de quimioterapia, pero se ha demorado porque está extremadamente débil y no la hubiese soportado", relata Héctor, que cuenta que su sobrino "no es consciente de lo que está pasando".
Si en estos días que quedan no aparece ese donante con una compatibilidad del cien por cien, o la más aproximada a esta cifra, se recurrirá a los padres. Esta sería la última opción, "como lanzar una moneda al aire", señala el tío, ya que las posibilidades de que el trasplante sea efectivo se reducen notablemente porque la compatibilidad de los progenitores suele rondar el 50%. "Un poquito arriba, un poquito abajo".
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Ángeles Gómez
Este proceso, que está fuera del plazo de búsqueda de donante, requiere "un mes o mes y medio". Un tiempo en el que, según afirma el familiar, si apareciese una médula ósea con mayor compatibilidad podría ser trasplantada a Alejandro.
¿Esto significa que hay un mayor margen de maniobra? Es lo último que quieren transmitir los familiares, pues nadie puede asegurar que ese escenario que desean finalmente ocurra, y porque las unidades de procesamiento de las muestras requieren un tiempo. Por eso es necesario que las donaciones se produzcan inmediatamente.
María Luisa, en distintas comparecencias en los medios, ha detallado que existen dos sencillos métodos para donar. El primero, a través de una extracción de células madres sanguíneas en cualquiera de los centros de transfusión; y segundo, con una punción lumbar. No precisan desplazarse a otra provincia, son inocuos e indoloros y con un simple análisis de sangre se puede conocer el grado de compatibilidad.
"Es tan sencillo como donar un poquito de sangre y ver si es compatible", insiste María Luisa, la madre de Alejandro
Héctor cuenta que "prefiero no pensar" en los distintos escenarios y que "me centro en que aparezca un donante". "Mi misión ahora mismo es buscar, buscar y buscar", remarca, mientras espera que la ciudadanía responda a un llamamiento que persigue salvar a un niño.
"Se nos agota el tiempo. Necesitamos que acudáis a los centros de donación. Ayudadnos, no lo dejéis, porque no tenemos tiempo", ha manifestado la mamá en las redes sociales.
Alejandro sigue en su habitación del hospital Torrecárdenas, a cuyos médicos y resto de profesionales ha agradecido la familia su dedicación. Siente "dolor" y la quimioterapia le ha pasado factura, pero aún no está todo perdido. "Es tan sencillo como donar un poquito de sangre y ver si es compatible", insiste su madre, que explica que su niño sólo quiere volver a jugar con sus juguetes y sus partidos. Regresar "a su vida".
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