La secuencia de pólvora y sangre del sádico albanés que perdonó a su víctima tras descerrajarle diez disparos en Marbella

La secuencia de pólvora y sangre del sádico albanés que perdonó a su víctima tras descerrajarle diez disparos en Marbella

Después de recibir una decena de proyectiles que milagrosamente solo atraviesan tus piernas y un costado, hasta el más agnóstico escarba en su incredulidad para buscar indulgencia divina. Sobre todo cuando un tipo de cráneo rasurado y rostro hierático te maldice a gritos mientras juguetea acercando el cañón de su pistola a tu cabeza. En ese instante, únicamente queda pedir clemencia, rezar mentalmente y esperar que la luz no se apague para siempre.

No es difícil imaginar que ese cóctel de sensaciones y pensamientos debieron abordar a la última víctima de D.N.. Uno de los muchos fantasmas del crimen organizado que vagan por la Costa del Sol y que van dejando un rastro de pólvora y sangre vinculado al narcotráfico. Un peligroso delincuente que estaba en libertad a pesar de que hace un año fue detenido en una operación contrarreloj para liberar en Benalmádena a un secuestrado. Los agentes hallaron en la casa una habitación de tortura con una sierra de arco, unas tijeras de podar y una pistola con silenciador.

Los hechos por los que ahora ha sido detenido este individuo de nacionalidad albanesa, pero que solía utilizar documentación griega falsificada, se produjeron sobre las 21:00 del pasado 13 de abril. El escenario fue un restaurante del Centro Comercial Guadalmina de Marbella en el que D.N. y dos acompañantes se citaron con un compatriota para supuestamente tratar asuntos relacionados con un alijo de marihuana.

Fuentes cercanas al caso consultadas por El Confidencial explicaron que la conversación comenzó a "calentarse" por "disparidades". La víctima, en clara inferioridad, echó la mano a un arma blanca que ocultaba y la esgrimió para tratar de intimidar a la otra parte. Pero no lo consiguió. D.N. sacó una pistola y comenzó a apretar el gatillo de forma repetida. Una y otra vez. Sin piedad.

Como se observa en las imágenes a las que ha tenido acceso este periódico, el joven trata de escapar por la terraza de establecimiento, pero acaba vencido por los impactos de las balas. El tirador se aproxima a él y sigue disparando al mismo tiempo que le grita. Apunta a la cabeza mientras intentan separarlo y, cuando parece que va a asesinarlo, recupera un hilo de lucidez y se detiene. Después, D.N. y sus dos compinches, abandonan el local.

El herido, al que se le escapaba la sangre a borbotones por los agujeros de bala, presentaba un total de diez impactos. Uno en el costado derecho. Y la inmensa mayoría, en las piernas. Salvó la vida gracias a un doctor fuera de servicio que se encontraba en el lugar y que le hizo un torniquete con su cinturón para detener la grave hemorragia provocada por la rotura parcial de la arteria femoral.

Una sala de torturas y bitcoins

La investigación de este ajuste de cuentas se encarriló a las pocas horas porque el peligroso criminal albanés arrastraba antecedentes graves, y recientes, en la Costa del Sol. Y no por peccata minuta. Ya que la Policía Nacional considera a D.N. como el cabecilla de la banda de secuestradores que el 3 de mayo de 2023 perpetró el increíble rapto de un empresario que finalizó cinco horas después en una villa de lujo de Benalmádena.

El secuestrado fue un individuo de origen sirio que gestionaba una cartera de criptomonedas y que pudo contarlo gracias a la rápida actuación policial. Es lo que pensaban entonces los responsables del caso después de descubrir en el chalé una habitación forrada con plástico, un traje EPI, una sierra de arco, unas tijeras de podar y una pistola con silenciador. Una improvisada sala de torturas para que revelase a sus captores la ruta hasta "50 bitcoins valorada —entonces— en 1,3 millones de euros".

Pablo D. Almoguera. Málaga

D.N. y su banda, para demostrar que iban en serio, enviaron a un conocido de la víctima una fotografía en la que se veía a esta bocabajo y con el cañón de una pistola apoyado en la cabeza. Pero cometieron un error. La instantánea contenía información que llevó a los policías hasta una zona residencial junto al hospital Xanit Internacional de la localidad benalmadense y en la que se encontraba la exclusiva vivienda.

Cuando el jefe de la organización fue detenido, portaba documentación griega falsificada. Igual que tras el tiroteo de Marbella. Y es que su verdadera identidad no se ha conocido hasta después de esta tentativa de homicidio. Ha sido entonces cuando se ha sabido que D.N. es de origen albanés y que acumula más reseñas en su historial. Entre ellas: una búsqueda de las autoridades italianas por quebrantar una condena de ocho años por su implicación en el intento de asesinato de cuatro compatriotas.

Los especialistas de los Grupos II y IV de la Sección de Crimen Organizado de la Comisaría Provincial de Málaga se hicieron cargo de unas pesquisas que se centraron en un hipotético vuelco —robo— de droga y en las que colaboraron sus homólogos de la Comisaría de Marbella y el Grupo III de Greco Costa del Sol.

Los investigadores llevaron a cabo una pormenorizada reconstrucción de los hechos y el itinerario de los sospechosos que dio sus frutos el pasado día 3 de mayo con la detención en Sevilla de dos individuos de nacionalidad albanesa. Uno de ellos, D.N. El otro, un compatriota con el que se había citado.

D.N. ha ingresado en prisión, otra vez, como hace un año. ¿Cuánto tiempo ocupará su celda en esta ocasión?

Cinco días después, en Madrid, agentes del Grupo II de Fugitivos de la Comisaría General de Policía Judicial capturaba a un tipo de origen colombiano al que los responsables del caso señalan como la persona que facilitó la fuga en coche de los anteriores arrestados.

Durante la operación Mezquita, como se bautizó esta actuación policial, se practicaron tres registros domiciliarios —dos en Málaga, y uno en Sevilla— en los que se intervinieron 12.000 euros en efectivos, varios teléfonos móviles y documentación de interés para la investigación.

A los investigados se les atribuyen, según el grado de participación de cada uno de ellos, los delitos de tentativa de homicidio, pertenencia a organización criminal, tenencia ilícita de armas y falsedad documental. D.N. ha ingresado en prisión, otra vez, como hace un año. ¿Cuánto tiempo ocupará su celda en esta ocasión? Hagan apuestas.

El 'vuelco' de "los Teletubbies"

No ha sido el único tiroteo en Marbella que resuelven los agentes especializados en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. El otro es el conocido como "el de los Teletubbies" porque cada uno de sus tres protagonistas iba vestido con un chándal de color.

El germen de la operación Orange, llevada a cabo por agentes adscritos al Grupo de Crimen Organizado de la Comisaría de Marbella, está en lo sucedido a las 00:15 del pasado 2 de abril en la calle Almogía de la ciudad marbellí. "Allí, tres hombres, con prendas de colores vivos, abordaron a otro joven", tras los que se inició "un forcejeo por un macuto" en lo que posteriormente se supo que era un vuelco entre traficantes.

Como resultado de la reyerta, que fue captada por un vecino y difundida en redes sociales, un joven de 21 años recibía dos disparos —en una rodilla y la pelvis— por lo que fue trasladado al hospital Costa del Sol.

A raíz de la investigación "por tentativa de homicidio", según informó la Comisaría Provincial, se consiguió identificar a los responsables de los hechos. El 7 de mayo se puso en marcha un operativo que se saldó con el arresto de tres personas. Entre ellas se encontraba el supuesto autor material de los disparos.

En los siete registros domiciliarios, realizados entre Málaga capital y las localidades de Mijas y Marbella, se hallaron una pistola con silenciador, dos armas simuladas, nueve kilogramos de marihuana, tres balizas, 21.000 euros en efectivo y un pasamontañas.

Pablo D. Almoguera. Málaga

A los investigados, que han ingresado en prisión provisional, se les atribuye, según el grado de participación de cada uno de ellos, los delitos de tentativa de homicidio, pertenencia a organización criminal, tenencia ilícita de armas, robo con violencia, contra la salud pública y falsedad documental. Uno de ellos, además, tenía vigente una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) emitida por las autoridades de Francia por pertenencia a grupo delictivo.

Con estas dos operaciones policiales ya son cuatro los tiroteos esclarecidos de los cinco acontecidos este año en Marbella. Incidentes, todos ellos, relacionados con "operaciones de compraventa de drogas entre organizaciones criminales rivales".



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