Festivales o cuando la música es lo de menos


         Festivales o cuando la música es lo de menos

Dime cómo vistes y te diré que escuchas. Música y moda han ido de la mano desde el principio de los tiempos.

Dime cómo vistes y te diré que escuchas. Música y moda han ido de la mano desde el principio de los tiempos. Desde el perfecto traje de Frank Sinatra hasta las locuras estéticas de Harry Styles, pasando por la continua reinvención estética y musical de Madonna o la locura intergeneracional que ha desatado Taylor Swift apoyada tanto en sus conciertos como en lo que se pone en ellos. Por sólo poner unos ejemplos.

Pero cuando hablamos de la preciosa amistad que tienen estos dos mundos no sólo nos referimos a los que se suben a un escenario. Fans y 'groupies' han sido también máximos exponentes de diferentes corrientes estéticas que se han asentado tanto a lo largo de la historia que han pasado de pequeños locales de conciertos a protagonizar colecciones en pasarelas internacionales. Estoy pensando ahora en Kurt Cobain y su raído 'grunge' o en Vivianne Westwood y todo lo que hizo por el 'punk'.

Estoy pensando ahora en Kurt Cobain y su raído 'grunge' o en Vivianne Westwood y todo lo que hizo por el 'punk'.

Esto, que me parece de una belleza sublime, además de interesantísimo en términos tanto sociológicos como históricos, se ha desvirtuado al mismo ritmo que los pequeños conciertos de sala han ido desapareciendo para dejar paso a macro festivales donde lo menos importante de todo es la música, y la gente parece que va exclusivamente para hacerse fotos para Instagram.

Me atrevería a decir que el principio de toda esta locura estética festivalera nace en Coachella. Ese evento que se celebra en mitad de un desierto y donde hay más 'celebrities' por metro cuadrado que en algunas entregas de premios. Desde hace algunos años estoy convencida de que la gente es incapaz de decir el cabeza de cartel, pero sí la tendencia que triunfaba entre los asistentes. Desde el 'boho chic' de principios de los 2000 hasta los maquillajes imposibles de la época de Euphoria. En serio, menuda pasarela espectacular ha desfilado bajo la noria más famosa del mundo año tras año.

Desde el 'boho chic' de principios de los dos mil hasta los maquillajes imposibles de la época de 'Euphoria'.

Es tan increíble esto que cuando se acercan las fechas, las búsquedas en plataformas como Pinterest se disparan con la idea de encontrar inspiración para la temporada festivalera de cada verano. Porque lo de Coachella puede parecer para pros, pero en España ya tenemos nuestros propios sitios donde sí o sí tienes que estar si quieres decir que perteneces al grupo de la gente que mola. El 'Primavera Sound', 'Sónar' o 'MadCool' son los grandes nombres, pero estoy convencida de que a día de hoy una ardilla ya no puede recorrer España de árbol en árbol, pero sí de festival en festival. La lista es interminable e iba a decir que de lo más variada, pero me temo que esto último no es tan así.

Cada festival tiene, eso sí, su tipo de público y, por tanto, también su estilo. Los hay más electrónicos, donde priman las zapas 'chunky' (esas enormes y en mi opinión feas), los chándales, 'crop tops', 'maxi eyeliners' y grandísimos pendientes de aro. Los 'indies', donde las RayBan Wayfarer, las camisas hawaianas, los vestidos de flores o las camisetas con mensaje son un 'must'. No podemos olvidarnos de los más rockeros, con sus Dr. Martens, sus vaqueros negros y las camisetas de grupos con tipografías de lo más reconocibles. Para terminar están, los festivales molones. Los más eclécticos, pero también los más instagrameables. Aquí es donde podemos encontrar 'lookazos' dignos de portada de revista y maquillajes imposibles.

Por si queréis ir este año os comento que parece que vuelve la tendencia que triunfó en los primeros años del siglo XXI y que mezcla los shorts vaqueros con botas y vestidos hippies abiertos mostrando barriga. Los sombreros enormes y las trenzas. Los chalecos de flecos sobre sujetadores de croché e incluso casi me atrevería a decir que este año volveremos a ver las famosísimas coronas de flores que fueron tan importantes en los festivales de hace unos años como las pulseras que te dan acceso al recinto.

En definitiva, que ya no podría asegurar qué música escuchas por tu estilismo, pero estoy casi convencida de que viendo vuestro look os podría aconsejar a qué festival ir, porque por suerte o por desgracia en estos eventos parece que lo que pasa en el escenario ya es lo de menos, pero lo que te pones es clave para disfrutar de la experiencia completa.

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