Manual de instrucciones para el Día del Libro


         Manual de instrucciones para el Día del Libro

Ir a ver el Día del Libro se parece a visitar un zoo.

Costumbrismo Digital por Juan Luis Saldaña

Se acerca el Día del Libro, después vendrá la feria y usted necesita esta pequeña guía para saber manejarse en ese ambiente. Si quiere conocer cómo surge la idea de este artículo deberá leer el artículo “Cómo surge la idea de este libro”. Así podrá entender que la inercia y la vanidad son dos de los grandes motores de este tipo de celebraciones. Nunca lo olvide.

El Día del Libro se parece algo a un paseo por el zoo. Es un acontecimiento curioso en el que se pueden observar, más o menos juntas, muchas de las especies de la fauna literaria. Los autores de literatura infantil y juvenil son mama osa y sus oseznos, viven al margen de todo, llevan camisetas con mensajes graciosos, se abrazan y se frotan como si fueran lámparas con genio y, al firmar, utilizan dibujos, garabatos y letras que haría una maestra de primaria. Los del cómic son cebras y jirafas, llaman la atención, son coloridos y algo ruidosos, se lo pasan bien y divierten al respetable.

Los poetas van de negro, llevan botas, gorra Kangol, foulard, sombrero, bufanda, cuello alto y lo que se tercie. Son esquivos como perezosos que muestran al público la punta de una garra mientras dormitan en la rama de un árbol. Si venden medio libro será un milagro. Hay también poetas de Facebook que son más vistosos, más carne de recital, que venden cuarto y mitad de poemario con la alegría de un pescadero de Barakaldo. Foto y a positivar. Me gusta.

Recuerde que no conviene acercarse al recinto con animales, es decir, con otros escritores sin libro. No conviene arrojar alimentos ni azuzar o provocar la conducta habitual de los animales. El alcohol es especialmente peligroso en algunas especies.

Los de la novela negra se ponen serios y son como el gorila macho, que siempre está enfadado y mira con recelo. Firman muy en diagonal y con letra de médico para que no se pierda el misterio. En un zoo hay siempre elefantes, próceres locales que editan y reeditan porque se les espera y creen que sin ellos no hay fiesta. El escritor de éxito es como el león que ha decidido darse un garbeo y logra que todo el zoo lo mire, aunque solo desea irse a echar una buena siesta.

Hay una especie curiosa que es el escritor de éxito en su propia ciudad. Siempre se está yendo, lo esperan en Barcelona o vete a saber dónde y aunque está, no está. Es el camaleón o la iguana. Se mimetiza tanto con el entorno que termina por desaparecer. Los de la novela histórica son rinocerontes e hipopótamos, los de autoayuda, loros, los libros de éxito sobre dietas, economía, ejercicio, bricolaje, Internet o lo que toque cada año son pavos reales que andan libres en un mundo ajeno y muestran el plumaje porque no saben qué hacer. Los ensayistas -ay, los ensayistas- son esa serpiente enroscada que hay que mirar con esfuerzo a través de un cristal.

Recuerde que no conviene acercarse al recinto con animales, es decir, con otros escritores sin libro. No conviene arrojar alimentos ni azuzar o provocar la conducta habitual de los animales. El alcohol es especialmente peligroso en algunas especies. Algunos se pueden incluso tocar, pero hay que hacerlo con sumo cuidado y solo si el librero o el editor lo permiten. Pase la mano por el lomo y diga los adjetivos necesario y valiente, por ejemplo. Ya sabe, inercia y vanidad.

{getToc} $title={Tabla de Contenidos}

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Formulario de contacto