James Cameron dijo que la sopa era de mejillones. Bill Paxton, por su parte, afirmó que era de almejas. Fuese lo que fuese, la noche de 8 de agosto de 1996, el equipo de Titanic se encontraba en Halifax (Nueva Escocia, Canadá) en su última jornada de rodaje en la ciudad. Aquel día iban a concluir las escenas ambientadas en la actualidad (”Han pasado 84 años...”, etcétera) e, inmediatamente, se trasladarían a Baja California, en México, donde les esperaba una monumental réplica del navío maldito en un enorme estudio al aire libre. Filmaron al anochecer, y en torno a medianoche, el equipo hizo una pausa para cenar algo. Entre otras opciones que la empresa de catering local les sirvió se encontraba la sopa de marisco. “Aquella sopa estaba riquísima. La gente volvía a por más”, reveló en 2017 la artista Marilyn McAvoy, encargada de recrear las reconocidas obras de arte que aparecen en la película, a la revista Vice; “Y creo que eso fue parte del problema: la gente comió mucho más de lo habitual porque aquello estaba delicioso”. Lo que pasó a continuación les sorprenderá.
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http://dlvr.it/T5fvbm
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