Los servicios tiran del carro de lo que parece el comienzo de una tímida expansión tras más de año y medio de estancamiento.
La eurozona comienza a despertarse de una larga hibernación que se prolonga ya desde hace más de un año y medio. La economía de los países del euro lleva parada desde el tercer trimestre de 2022, pero los indicadores de actividad más recientes indican que la actividad ha vuelto a repuntar —todavía tímidamente— con la llegada de la primavera.
Así lo refleja el índice de gestores de compras (PMI por sus siglas en inglés) de abril publicado este martes por la consultora S&P. El PMI es uno de los indicadores que mejor miden el dinamismo económico casi en tiempo real. Se trata de una encuesta en la que participan más de 5.000 empresas de todo el Viejo Continente y que en esta edición refleja que la actividad en la eurozona alcanzó en abril su nivel más elevado en once meses.
Este índice, capaz de anticipar con bastante precisión el crecimiento posterior del PIB, alcanzó en abril un valor de 51,4 puntos frente a los 50,3 registrados en marzo. Los valores superiores a 50 puntos implican que la economía es encuentra en fase expansiva, mientras que si la cifra es menor se está contrayendo. Se trata del segundo mes consecutivo en el que el PMI se coloca por encima de esa referencia. Antes, la economía de la eurozona había pasado nueve meses seguidos en terreno ligeramente contractivo.
En todo caso, estamos hablando de una expansión de la actividad todavía modesta que se sitúa en niveles inferiores a los que se veían hace un año. Además, el acelerón de la actividad ha sido dispar entre sectores. Los servicios están siendo el principal motor de crecimiento, frente a una industria que sigue todavía en terreno contractivo, aunque la caída se está mitigando.
Entre las dos grandes economías del euro destaca que Alemania ha sido capaz de volver a zona de crecimiento por primera vez en diez meses gracias al tirón de los servicios y a una menor desaceleración de las manufacturas. En cambio, Francia sigue en terreno contractivo, aunque la actividad se acerca poco a poco a la zona positiva. El PMI publicado este martes no incluye información desagregada para la economía española. No obstante, las últimas cifras de PIB conocidas reflejan que España ha sido capaz de esquivar el estancamiento que sufre la eurozona con crecimientos de su economía muy superiores a los vistos entre los grandes países europeos estos meses.
El PMI de abril muestra también que el empleo aumentó por cuarto mes consecutivo en abril y alcanzó un nuevo máximo desde junio de 2023, fundamentalmente por culpa de los servicios. Una de las características que está teniendo esta crisis es que el empleo está aguantando mejor que el PIB. Mientras la economía de la eurozona lleva más de año y medio sin moverse apenas, el paro se ha mantenido en mínimos históricos, con una tasa del 6% en el conjunto del euro (en España, el porcentaje de desempleados duplica la media de la eurozona con un 11,8%).
Para los analistas del Hamburg Commercial Bank, que participa en la elaboración del indicador, los datos del PMI son compatibles con un crecimiento de la economía de un 0,3% en el segundo trimestre. De materializarse, estaríamos hablando de lo más parecido a un movimiento en la economía del euro desde el tercer trimestre de 2022.
La clave ahora está en ver si estamos ante un espejismo o verdaderamente la eurozona está saliendo del bache. Para los analistas de ING, los datos del PMI dejan una imagen "razonablemente optimista de la economía de la eurozona" tras un largo periodo de estancamiento. Una visión compartida por los analistas de la consultora Oxford Economic, quienes sostienen que la información que llega del PMI coincide con señales que se han visto en otras encuestas. "El dato sugiere que el crecimiento del PIB en la eurozona repuntará en el segundo trimestre, tras unos tres primeros meses del año flojos", comentan.
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