Los enormes carteles colgados de los edificios de Teherán son un medio de propaganda para el régimen islámico de Irán desde 1979. Este domingo, un inmueble de la plaza de Palestina de la capital iraní amaneció cubierto con una enorme pancarta que mostraba una bandera israelí desgarrada ondeando frente a una lluvia de misiles. “La próxima bofetada será más fuerte”, decía el cartel, en persa y en hebreo. Ese mensaje es la plasmación gráfica de declaraciones como las del jefe de Estado Mayor iraní, el general de división Mohamed Bagheri, que ha amenazado con una acción “considerablemente más severa” que la andanada de drones y misiles de la madrugada de este domingo, si Israel toma represalias contra Irán. Este militar, el presidente iraní, Ebrahim Raisí, y los miembros de la misión de Irán ante Naciones Unidas forman parte de una lista de responsables que han subrayado que su país actuó en “legítima defensa”. Sin embargo, el ataque traspasó una línea roja; la de golpear en territorio de Israel. Por su parte, Irán cree que quien ha atravesado límites que considera intolerables es Israel. Como sucedió, sostiene, el 1 de abril. Aviones israelíes bombardearon ese día el recinto de la Embajada de Irán en Siria y asesinaron a un general de la Guardia Revolucionaria, Mohammad Reza Zahedi, y a otras 15 personas.
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